Capítulo 44

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Apolo

Es normal que Athan haya aparecido en el hospital al enterarse que la hermana de su novio se encuentra delicada, pero Neo... aun si solo quisiera acompañar a su hermano su reacción me sorprende, pero no es el momento para hacer preguntas.

Vuelvo mi vista a Phoebe que todavía se agarra de mi camiseta como si su vida dependiera de ello.

Me apena mucho lo que está sucediendo por que si yo estuviera en los zapatos de Jonás es probable que estaría perdiendo la cabeza en estos momentos. Nunca he sido un hombre muy creyente, pero ahora es cuando pienso que vendría bien un milagro.

—¿Podemos hablar en privado? —Se acerca Jonás a nosotros, no estoy seguro si ello me incluía, pero cuando intento soltarla para que vaya sola, se aferra a mi mano y me lleva con ella.

Caminamos en silencio por unos cuantos pasillos hasta dar con una pequeña sala de espera. Tomamos asiento todos sumidos en nuestros propios pensamientos hasta que Jonás rompe el silencio.

—Phoe dime la verdad, ¿Hay posibilidades de que Val se recuperé? —Al preguntar su voz se quiebra y siento como ella se tensa entre mis brazos.

—Si, hay posibilidades que eso pase, aún necesitamos ver que tan avanzado esté el cáncer, según eso podrían subir o bajar la posibilidad, pero Val a luchado toda su vida y en este caso no será la excepción —afirma con convicción y me sorprende verla hablar tan segura.

Jonás asiente y toma su cabeza en las manos y comienza a respirar profundamente.

—Aún debo hacer los papeles del seguro, al parecer el seguro de mamá solo cubrirá una parte de la estancia aquí de Val —nos cuenta afligido.

—No te preocupes por eso —asegura Phoebe levantándose de mi lado, se acerca a su amigo y se pone en cuclillas para estar a la misma altura—, si es necesario podemos poner mi tarjeta en garantía lo importante ahora es que Val reciba toda la atención necesaria.

—No puedo permitir que hagas eso. Tú tratamiento se ha llevado todo tu seguro Phoe, sé que muchas cosas las estas pagando tu misma. Agradezco el gesto, pero no puedo aceptarlo.

Me interpongo entre ambos al ver que esto no va por ningún lado.

—Jonás acepta nuestra ayuda —recalco la palabra nuestra mirando a Phoebe, tomo su mano y la entrelazo con la mía—, tienes razón con respecto a Phoe, pero yo estoy en toda la capacidad de hacerlo y estoy seguro de que si Athan se entera también querrá hacer lo mismo, esto ya no depende de orgullo, es la salud de tu hermana; y ella al igual que tú son parte de nuestra familia.

Una solitaria lágrima desciende por la mejilla de Jonás mientras asiente. Phoebe a mi lado aprieta mi mano para que me vuelva hacía ella. Me impacta ver sus ojos brillosos por las lágrimas contenidas y gesticula un «gracias».

***

—¿Así que mañana nos despedimos de la escayola?

—Si, al fin —responde emocionada Phoebe saliendo del cuarto de baño.

—El médico ha dicho algo de que podemos esperar —pregunto curioso.

Se encoje de hombros y se acerca a la cama.

—Ha dicho que según las radiografías los huesos han sanado perfectamente, mañana podremos ver que tan grave es el daño de los nervios, aunque no podemos saberlo con totalidad hasta que pase por la rehabilitación —explica, levantando la sábana y entrando en la cama. Apoyo la cabeza en mi mano y me giro, mientras ella me imita.

SAGA LUX I | El secreto de ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora