Phoebe
El timbre suena y miro extrañada a la puerta. No espero a nadie, Nix se ha ido a averiguar los documentos que necesita para volver a la universidad y no regresará hasta dentro de unas horas. Jonás por otro lado se encuentra en el hospital trabajando y por su puesto los demás hermanos Lux deben estar en la disquera.
Camino hasta el intercomunicador que Apolo hizo instalar mientras estuve en el hospital, me sorprendo por que la cámara no muestra ningún movimiento. Extraño.
Vuelvo hasta el salón, tomo el libro que estaba cómodamente leyendo antes de esa inesperada interrupción. Me acomodo una vez más en el sofá y retomo la lectura desde donde la deje.
***
—Tus huesos han sanado de una forma maravillosa —comenta la Doctora Ward, me encanta escuchar su acento inglés, aunque a muchos de mis antiguos colegas no les agradaba tanto.
—Me alegra mucho saber eso.
—Ahora vamos a deshacernos de esa molesta escayola y veremos como se han recuperado tus nervios.
Asiento un tanto nerviosa. Me he preparado para el peor escenario, estoy segura de que las marcas serán algo difícil de ver por un tiempo y que la rehabilitación, serán horas y horas de frustración hasta poder ver algún avance. Como médico conocía todo el proceso, pero como paciente, saber todo eso hacía que todo se volviera más difícil de lo que ya era. Estaba asustada, aterrada por lo que podía ser.
Me dedico a ver como con cuidado cortan la escayola para poder retirarla, lo primero que veo con las líneas rojas cursando desde mi brazo hasta la punta de cada uno de mis dedos. Si hiciera competencia con Frankenstein estoy segura de que le ganaría y con un solo brazo.
—Se ve bastante bien Doctora Cleveland —Toma mi brazo y comienza a moverlo con suavidad. No siento dolor, pero es extraño cuando no lo he movido para nada por más de un mes.
Comienza a masajearlo un poco para que la circulación comience a ser normal.
»Ahora, voy a necesitar que intentes cerrar tu mano en un muño —dice con paciencia.
Observo mi mano y me ordeno a moverla, por unos instantes no importan que tan fuerte lo intente mi brazo parece inerte entre sus manos. Tomo unas cuantas respiraciones hondas.
»Con calma, el estrés no te ayudará, trata de relajarte un poco e inténtalo una vez más.
Asiento, por que sé que lo dice para ayudarme.
Cierro los ojos por un momento, de nuevo respiro profundamente y lo intento de nuevo.
En esta ocasión mis dedos tienen ligeros espasmos antes de contraerse unos milímetros.
—¡Muy bien! —exclama emocionada—. Esto es maravilloso, llevará un poco de tiempo, pero los nervios están respondiendo.
Sonrío y respiro aliviada por primera vez en mucho tiempo.
—¿Podré recuperarme?
—Doctora Cleveland, lo de hoy es un gran indicio de recuperación, tendremos que trabajar en mucha terapia de rehabilitación, entre más pronto comencemos los resultados serán mejores. Ahora podemos trabajar en una expectativa de recuperación completa, pero dependerá mucho de tu parte. Lo entiendes ¿verdad?
—Si, completamente.
***
—Esas son muy buenas noticias —comenta Nix toma su taza de té y se lo lleva a los labios.
Hace unos minutos ha pasado por mí, luego de que terminara mi consulta.
—Lo son —admito tomando un trozo de tarta—. ¿Cómo te ha ido a ti?
Se encoge de hombros y suspira, su rostro pierde la sonrisa que tenía momentos antes.
—Me lo están poniendo difícil —responde, pasa la mano por su cabello y se recuesta en el espaldar de la silla—. Me están pidiendo que consiga cartas de recomendación, pero de mi anterior universidad es imposible, no salí de ella en los mejores términos y no conozco a nadie aquí como para pedírselo.
Paso la mano por mi barbilla pensando, recuerdo que en una ocasión en la que Kath me visitó en el hospital la acompañaba un amigo suyo, del que si mi memoria no me falla era abogado. Y como casi todas las personas que conoce, seguramente será alguien importante.
—Podría hablar con Kath, me presentó un amigo suyo abogado. —Me mira con ojos esperanzados.
—Haz hecho buena amistad con ella, ¿verdad?
Asiento tomando otro trozo de tarta. La verdad es que yo también me sorprendo de ello. Esto sucedió mientras estuve hospitalizada en el hospital, ella me visitó en varias ocasiones, en las cuales me di cuenta de que debajo de ese imponente carisma se encontraba una mujer brillante y divertida con la que me sorprendí teniendo muchos temas de conversación en los que las horas se pasaban como si fueran minutos, además tuve la oportunidad de conocerla más a fondo. Incluso cuando me dieron el alta, nos intercambiábamos algunos mensajes a diario.
—Lo he hecho, te la presentaré en algún momento, es sorprendente teniendo en cuenta que es menor que nosotras.
—¿Es en serio? —pregunta sorprendida.
Asiento, afirmando lo que dije momentos antes.
Mi teléfono comienza a sonar y me llama la atención cuando parpadea el nombre de «Oscar» en la pantalla.
—Hola Oscar.
—Señorita Cleveland, permanezca calmada —dice con voz pausada—. Hay tres tipos sospechosos persiguiéndolas desde que abandonaron el hospital. Hemos verificado y no son ninguno de nuestros colegas. Tenga mucho cuidado.
Respiro lentamente pensando que es lo mejor que podemos hacer para salir de esta situación ilesas.
—¿Has tomado fotografías? —pregunto bajando la voz.
—Obras maestras —responde con orgullo.
—Perfecto... —Hago una pausa—. Y ¿Oscar?
—¿Si?
—Gracias.
—Para servirla.
Cuelgo la llamada y Nix me observa curiosa. Levanto mi mano en señal de que me de un momento. Con disimulo recorro la mirada por todas las personas que hay en la cafetería, donde solo hay un grupo de tres hombres.
—Nix, ¿qué tan bien sabes actuar?
Entrecierra sus ojos.
—Lo suficiente.
—Voy a necesitar que finjas un desmayo.
—¿Para qué?
—Para que logremos salir vivas de este lugar.
Quizás exagero, pero no lo siento de esa manera, no se con que intenciones están esos tipos siguiéndonos, pero algo es seguro, es que buenas no son.
Frunce un poco el ceño y me mira fijamente a los ojos durante unos segundos. Me guiña un ojo antes de caerse a un lado.
Me levanto de inmediato a su lado, debía admitirlo era una jodida actriz.
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SAGA LUX I | El secreto de Apolo
RomancePhoebe ha llevado la vida que siempre planeo para ella, una buena casa, un buen empleo u un buen hombre, la vida perfecta, quizá demasiado. La hija, estudiante, empleada y novia modelo, se ha esforzado en todo para ser la mejor, pero se ha olvidado...