Capítulo 47

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Phoebe

Apolo entra después que yo a la casa, en su rostro se ve reflejada la preocupación y algo más que no logro descifrar. Yo por mi parte me siento cansada, lo único que necesito ahora es un buen baño y dormir una siesta, quizás luego de eso sea capaz de asimilar mejor lo que esta sucediendo.

Me preocupa mucho lo que esta pasando por que ya esto dejo de ser «normal» hace mucho, acepte ser acosada con el pensamiento que tarde o temprano se cansarían y solo lo dejarían estar como sucede con todo. Acepte que mi privacidad se viera vulnerada, que fotos mías aparecieran por internet, el no poder salir ni siquiera al supermercado sin que media nación se entere de eso. Pero esto ya eran palabras mayores, no estoy segura que es lo que debo hacer con esto, ni como debería reaccionar, quisiera darme la libertad de asustarme, pero no conseguiré nada. Tenía que ser racional e intentar encontrarle una solución.

—¿Necesitas algo? —me sorprende escuchar a Apolo a mis espaldas. Me vuelvo hacía a él, tiene su mirada fija en algún punto de la pared a mis espaldas.

—Creo que solo necesito descansar un momento.

—¿Solo eso? —insiste.

Entrecierro los ojos intentando adivinar de que va todo esto por que no lo entiendo. No esta siendo el mismo.

—Tal vez tome un baño antes —agrego extrañada—, sonará muy raro, pero te estás comportando de una manera muy extraña.

—¿¡Lo estás diciendo jodidamente en serio!? —explota tomándome por sorpresa.

»¿¡Que yo me estoy comportando extraño!? Eres tú a la que no logro entender. ¿Cómo es que puedes estar tan tranquila? —Pasa su mano por su cabello en repetidas ocasiones exasperado—. No te entiendo, lo que esta sucediendo no es un juego de niños y tú, solo estás ahí como si nada hubiera pasado, como si toda esta maldita mierda fuera lo más normal del mundo.

»Estoy asustado, preocupado y rebanándome los sesos en busca de una solución, una explicación; algo que me dé una idea de que mierda es lo que esta pasando.

Respiro hondo mientras lo observo caminar de un lado a otro como un león enjaulado. Sus hombros suben y bajan violentos; y no estoy segura que este sea el mejor momento para replicarlo, pero tampoco puedo dejar que piense que todo lo que está pasando no me afecta, por que no es así.

Estoy tratando de mantenerme serena, de no perder la calma por que sin importar quienes estén detrás de esto o sus razones es exactamente lo que buscan y yo no soy el tipo de persona que se da por vencida tan fácil.

—Apolo, te equivocas... —digo con suavidad y calma, espero a ver cual es su reacción antes de continuar, pero cuando se voltea y me fulmina con la mirada debo hacer acopio de toda mi paciencia para no hacer de esto algo más grande de lo que ya es—, estoy asustada, y también preocupada igual que tú, pero joder, no quiero perder la cabeza porque en cuanto eso pase comenzaremos a cometer muchos errores, la única forma que yo encuentro para lograr salir de todo esto es viéndolo con cabeza fría e intentar encontrarle una explicación.

—Ya es un error...

—¿Perdón?

—Maldita sea, Phoebe. Eres una mujer malditamente inteligente, el error lo cometimos en el momento que esto comenzó, debí detenerme desde el momento en que ese maldito paquete llegó —expone tomando su chaqueta de la percha.

—¿De qué estás hablando?

—No te queda el papel de tonta, Phoebe. Por tu bien, esto se acaba aquí —Se dirige hacía a la puerta, veo todo pasar como si de un sueño, o pesadilla, se tratara—. Uno de los dos debe ser sensato en esto y me veo obligado a ser yo, a la final soy el causante de todo esto.

Abre la puerta y se marcha, sin ni siquiera darme una oportunidad de decir una palabra más, él ha tomado una decisión por los dos. Camino hacía la puerta con la intención de confrontarlo, por que la lleva claro, si cree que las cosas se van a quedar así.

Apolo

Escucho la puerta abrirse cuando estoy atravesando el pequeño jardín hacía mi auto. Mi mente es un completo caos en este momento y ni decir la opresión que siento en el pecho que no me deja respirar con normalidad.

Phoebe grita mi nombre, pero no me detengo. Tengo que hacer esto. Debo hacerlo por los dos, por su bien.

Subo al auto lo más rápido que puedo, antes de encender el auto vuelvo la vista por un segundo y nuestras miradas se conectan por un momento y siento como todo se rompe mi ser. Rompo el contacto al sentirme que si pasa un segundo más me echaré para atrás y no puedo permitírnoslo.

Mientras salgo de su urbanización en mi mente queda grabada como fuego su mirada, había dolor, decepción en ella, y me duele haber hecho esto, se siente como la peor puta cosa que he hecho en toda mi desgraciada vida. Está noche no tenía que terminar así, solo quería por un momento perderme en sus brazos y saber, aunque sea por ese instante que estaba a salvo de todo mal que pudiera rodearnos. Pero no, tenía que explotar, como lo he hecho toda mi condenada vida y arruinar lo mejor que me ha pasado.

Aunque me repita una y otra vez que es por ella que lo estoy haciendo, sé que es la impotencia que siento al no poder protegerla la que me hace salir huyendo como un perfecto cobarde en este momento. Claro que no deseo que salga lastimada, eso no podré perdonármelo nunca, pero ahora hablaron mis miedos y fueron ellos los que tomaron la decisión. Mi maldito miedo.

Golpeo el volante con todas mis fuerzas, me estaciono antes de que cause un accidente. Grito, golpe y tiro de mi cabello tantas veces que he perdido la noción de cuanto tiempo he estado en este mismo lugar. Hasta el momento que se acerca un vigilante a darme una advertencia por estar en un lugar donde no puedo estacionarme. Pienso que de alguna manera el hombre vio mi penoso estado en cuanto baje el vidrio del auto. Si me veo un poco como me siento, debo verme como un hombre acabado.



Chachachan... Hola a tod@s quienes nos acompañan con cada capítulo en el que nos vamos acercando al final de esta novela. Como lo publique en mi muro, estamos entrando en el arco final de esta historia. 

Este capítulo fue especialmente corto pero intenso, quizás para muchas de ustedes les falte mucho drama, muchas lágrimas, no sé, pero me tomo este momento para comentarles y compartirles; mi forma de ver y sentir a esta pareja.

Ambos son dos personas adultas, maduras, que no por que ellos no lo exterioricen todo al momento de interactuar no quiere decir que no lo sientan. Debo admitir que Phoebe tiene mucho de mí, que ante la desventura no puedo simplemente hacerme una bolita en la cama y dejarme morir, es algo que yo misma no me lo permito. Pero como todo, todos tenemos formas distintas de como actuar ante las situaciones y eso es lo que he querido plasmar con ellos dos. Ese pequeño, o no tan pequeño, grupo de personas donde los sentimientos o las expreciones son introspectivas, que lo sentimos pero que nos es muy díficil dejarlo salir; compartir esos momentos de vulnerabilidad.

Estoy segura de que todos conocerán almenos una persona que es así.

En fin, no los aburro más con mi palabrería, que a este paso será mas extensa que el mismo capítulo.

Espero que sigan disfrutando de esta historia y nos sigamos leyendo más adelante.

Los quiere,

Panda

SAGA LUX I | El secreto de ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora