Capítulo 50

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Phoebe

Al abrir los ojos, literalmente, todo me da vueltas. Lo poco que soy capaz de ver es borroso.

Siento una punzada en el brazo y tengo el vago recuerdo de que me lo lastimé durante el tiroteo... sea lo que sea que suceda... estaba segura de que este dolor no era una buena señal.

Ordeno a mi cuerpo moverse, pero parece que no está dispuesto a cooperar conmigo.

Alguien se pone frente a mí y creo que me habla, pero no entiendo nada de lo que me dice, es como si todo llegara distorsionado hasta mis oídos.

Pronto de alguna forma, quien sea que haya sido se apiada de mi dolor del cual no sé si es consiente que tengo, pero cuando comienza a pasar y mis parpados a cerrarse agradezco por no tener que sentir más dolor.

***

En cuanto comienzo a recuperar una vez más la consciencia, también un dolor agudo comienza a aparecer, tengo el vago recuerdo de que ya había pasado por esto antes, pero en mi mente todo es muy confuso.

Abro los ojos, pero no soy capaz de ver nada a mi alrededor, todo está oscuro y no escucho nada tampoco. Puedo oler a humedad, pero no es nada que me dé la mínima pista de donde estoy.

Intento pensar en lo último que recuerdo. Estaba saliendo de mi casa por primera vez desde que vi a Apolo marcharse, iba a ir al hospital a visitar a Valerie. De repente todo se volvió negro y ahora no sé dónde estoy o cuánto tiempo ha pasado.

Debería asustarme y comienzo a pensar en las palabras de Apolo antes de irse, pero creo que mi falta de emociones se debe más a lo que sea que me han puesto, que a unos nulos instintos de supervivencia.

Escucho a lo lejos una puerta cerrarse y mi cuerpo se pone en tensión de inmediato, como si reconociera el peligro inminente que significaba no tener el control por completo de mi cuerpo y más aún en una situación como esta.

De una cosa estaba segura, quien quiera que fuere la persona detrás de mis ataques, había decidido ir más allá y dar su golpe maestro. Lo que significaba deshacerse de mi de una vez por todas. Dentro de mi estoy aterrada aún no lograba pensar con claridad y esto se traducía en que no podía pensar en una manera coherente para salir de aquí por mis propios medios. Algo era seguro, debía mantenerme lo más consciente posible o mi situación no haría más que empeorar.


Apolo

Jesse me mira de reojo mientras sorteo a los autos por la autopista a toda velocidad.}

Intente llamarla, a su celular y al teléfono de la casa, llamé a Jonás quien no es que le haya alegrado saber de mí, pero tampoco tenía noticias de Phoebe en los últimos días. Incluso, en un intento desesperado por encontrarla me atreví a llamar al teléfono de su hermano, quien como yo perdió la cabeza al enterarse que nadie sabía de ella en este tiempo.

Lo que se traduce en que, en mi mente pasaban cientos de escenarios por los que podía estar pasando Phoebe en este momento y para mi lamentable suerte, no eran nada positivos. Solo había algo dentro de mí que me decía que necesitaba encontrarla, y rápido.

En cuanto estoy frente de la casa de Phoebe ni siquiera me preocupo por aparcar el auto, me detengo en medio de la calle y camino hacía la puerta como alma que lleva el diablo, me detengo en el umbral de la puerta para sacar las llaves del bolsillo trasero cuando noto que la puerta esta junta, no cerrada.

Me vuelvo y veo a Jesse detrás de mí.

—No entres ahí —dice mientras saca su teléfono del bolsillo trasero de sus pantalones—. Se acabó el juego de los investigadores, Apolo. Esto va más allá de lo que Kath y todos sus contactos deben hacer, hay que hablar con la policía.

SAGA LUX I | El secreto de ApoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora