Cuando en tus manos está corregir una situación y acabar con ella, pero no lo haces o no te das cuenta, es que empiezas a perder una batalla.
A veces hay que perder lo que amamos para empezar a valorarlo.
A veces hay que sufrir un poco para compren...
-Así que... "Soy tu rosa" ¿Eh...? -Dijo José mientras veía el auto de Txus yendo a toda velocidad en dirección a la casa de Zeta. Se agachó en dirección a la rosa y la tomo delicadamente entre sus manos. Estaba muy maltratada y era muy bonita como para dejarle perder sus pétalos...
La tarde se había vuelto nublada y fría; se había oculto por completo el sol tras las espesas nubes grises, se acercaba el invierno. Gotas de lluvia ligeras comenzaban a caer seguidas de leves vientos que pegaban sobre la cabellera rizada del moreno.
José entró al cementerio y se dirigió hacia la banca donde momentos antes estuviera Txus sentado. Estaba como en una especie de shock; no podía digerir aquello como un "engaño" , No había hecho nada tan malo como para que el se comportara así. Probablemente todo eso solo estaba en su mente. Ideas locas que le surgían.
-¿Donde quedó el Txus del que yo me enamoré? ¿Donde quedó? Ahhh... Ojalá viera lo loco que estoy por el y lo mucho que eh sufrido por su comportamiento.-dijo José mirando a su lado derecho, como si el estuviera ahí, mirándole.- Mi Txus... ¿Acaso no ves cuanto te necesito? Que parte de Te Amo ¿No entiendes?
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Ahí se quedó José por un momento sentado, cabizbajo, con la rosa que dejó caer Txus entre sus manos. Se le había caído un pétalo y traes el, una lagrima caía a su lado.
-Míralo, ahí está! -murmuraban unas voces a lo lejos acercándose a José.
-¿Y que coño esperas que haga? ¡Ve con el, menudo idiota!.-exclamó el pelichino a su compañero.
-Si tan solo pudiera devolver el tiempo, yo...
- ¡¡Eah, José!! ¿¡Que haceis aquí, tío!?
- ¿Ah?
- ¿Que? No me digas que no te acuerdas de mi, hombre!
- Si, lo recuerdo pero...
- A ver, ¿Como me llamo?
- Carlos
-¿Y como me dicen?.- cruza los brazos con una sonrisa burlona.
- una sonrisa se esboza en el rostro de José- Moha...
- ¡Venga tío, dadme un abrazo, cojonudo! - alza los brazos invitándole a abrazarle.
-Venga, Moha!! -abraza a el violinista con fuerza y efusividad.- Os había extrañado un montón, coño.
-¿Estás ocupado? -preguntó Moha alejándose de José.
- No, ¿por que? ¿Me invitarás a salir?
- Algo así -toma por los hombros a Jose y acerca su rostro a el- ésta tarde te la pasarás bien. Ven con nosotros.
