Tenue advertencia

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Fueron pronto las 5 de la tarde.
Manuel salió rápidamente de aquel baresucho donde estaban sus amigos.
Encendió el auto y corrió rápido a casa de Zeta.
Con cámara en mano, el miedo en la piel y el corazón en la boca, Manu golpeó la puerta de la casa llamando a Zeta.

- Agg, eres tú ¿Que es lo que quieres?- preguntó Josema semidesnudo pasandóse la mano por el rostro con fastidio.

- ¿Dónde está Zeta?

- Está ocupado.

- No, no lo está. Sácalo, dile que venga.

- ¡Ehh! El que obedece órdenes aquí eres tú, no el ¿Si captas?- dijo amenazante y burlesco el mayor mientras golpeaba el pecho de Manu con su índice.

- Pues me importa una mierda, dile que salga, que quiero hablar con el dueño de la granja no con sus animales.

- ¿¡Pero que cojones di...!?

- Ya cálmate Josema.- interrumpió Zeta asomándose a la puerta.- A ver ya, ¿Que es lo que quieres?

- Vengo a entregaros esto. Son tus malditas fotos, es lo último que hago contigo.

- ¿Como que lo último?

- Si, lo último. Ya no pienso seguir más en tus juegos tan viles y sucios.

- Noop, no te será tan fácil desprenderte de mi, Manuelito.- contestó con voz pícara y sonrisa casi psicópata.

- Haz lo que quieras. No te tengo miedo.- replicó Manuel envalentado.

- Lárgate de aquí.- el semblante de Zeta pasó de ese amable y dulce a uno de rabia y odio. No necesitaba gritar, su tono de voz tan severo y gutural daba a entender lo encendido que estaba.

Manuel se retiró de la presencia de Zeta lo más rápido que pudo, caminaba intranquilo, tenía miedo de que ese loco en cualquier momento le tirará por la espalda o lo estuviera siguiendo.
Para su suerte no fue así. Se subió a su auto nuevamente y emprendió el camino a su casa. Necesitaba calmarse un poco.

Josema solo se quedó admirando la escena con asombro, y no era para menos. El cantante siempre era impulsivo y rebelde, pero está vez fue serio y duro, hasta el le tenía miedo, sabía que nada iría bien desde entonces.
Zeta solo siguió su camino con la mirada. Lo estaba odiando bastante, la sangre le hervía.
La traición era algo con lo que estaba peleado desde que conoció a Josema, en cualquiera de sus versiones y desde luego, era algo que jamás perdonaría...

- Esto no se va a quedar así.

- ¿Quieres dejar de preocuparte? Manuel no hará nada, ya, déjalo por la paz.

- Cuando tu opinión sea pedida, la das.-- contestó Zeta con voz severa.-- No permitiré que ese idiota diga una sola palabra o nos deje en evidencia. Cualquier cosa que el haga puede resultar perjudicial.

- ¿Que es lo peor que pueda pasar? ¿Que te demande? Joder, si el también terminaría perdiendo puesto que fue cómplice.

- Si idiota, pero también tiene la oportunidad de hablar con Mainer y Javi y demostrar que estuvieron obligados a llevar a cabo nuestras ordenes.-- la mirada de Zeta comenzaba a demostrar asombro y preocupación, pareciese que sus ojos saldrían volando de sus cuencas. Su respiración se agitaba, el miedo y el nerviosismo lo invadía. El simple hecho de verse pisando la cárcel de por vida lo angustiaba bastante, no era algo que el estuviera dispuesto a aceptar.

- Zeta ¿Te encuentras bien?.-- preguntó Josema mirando con extrañeza a Zeta quien ya se encontraba temblando y balbuceando cosas.

Le costaba respirar, su actitud parecía la de alguien que estaba a punto de desmayarse o de colapsar. Estaba en una especie de Shock. Josema lo zarandeó fuertemente y lo giró hacia él para que le mirara. Zeta tenía la mirada perdida.

Desde Mi Cielo (Mägo de Oz Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora