Desde Mi Cielo (Mägo de Oz Fanfic)

Lucha de gigantes

ring...ring...ring...

Sonaba el celular de Manuel interrumpiendo el silencio de la noche. Txus se separó de él para permitirle contestar, se secó las lágrimas y se sonó la nariz con su pañoleta.

- Vale, está bien. Ya voy para allá. Pierda cuidado mi señor, todo va conforme lo establecido.- colgó el teléfono y miró a Txus con seriedad.- Txus, necesito hablar contigo nuevamente, pero creo que tendrás que esperar mi llamada mañana. Mantente atento del móvil, por favor.

- ¿Pero de qué hablas? ¿Que ha pasado?- preguntó con cierta molestia.

- Cállate y ven. Te llevaré a tu casa. Necesito que duermas y descanses, no has tenido un buen día mi hermano.

Gotas de lluvia comenzaron a caer sobre la espesa neblina que acorralaba el lugar. Txus miró con cierto desgano a Manuel, pero al ver como se mojaba su compañero en su espera, accedió a ir con el.

Se acercó al guitarrista y este lo sujetó fuertemente de la muñeca y corrió con él hasta el auto.
Abrió ambas puertas y se adentro rápidamente al auto, encendiéndolo. Por su parte, Txus se quedó un rato de pie hasta que decidió entrar.

- Preferiría irme caminando hasta mi casa.- dijo desganado cerrando la puerta.

- No puedo dejarte irte solo, menos bajo la lluvia.

- ¿Por qué te preocupas por mi?

- Porque eres mi jefe en la banda, por qué me diste la oportunidad de formar parte de ella...

- ¿Solo por eso?- molesto, lo miró de reojo.

- No...

- ¿Entonces?

- Por que eres mi amigo, y a un amigo nunca se le abandona.- giró su cabeza hacia su acompañante y le dedicó una linda sonrisa. Txus lo miro entre el asombro y la ternura.

La casa de Txus estaba alejada de la ciudad, puede decirse que era una especie de rancho, por ello mismo, Manu tardó en llegar hasta ella.

- Bueno Txus, hemos llegado. Ve a tu casa y nos vemos mañana.- dijo mirando la casa de su amigo. No recibió respuesta de él.- ¿Txus?

Manuel se giró para ver a su amigo quien, para su sorpresa, se había quedado dormido en el auto. Lo movió un poco para despertarlo, pero no lo logró.
Verlo así le dió una punzada en el corazón. Podría ser un hombre, pero estaba indefenso ante una adversidad que quería someterlo y hacerlo trizas. Lo cubrió con su gabardina y encendió el auto nuevamente.
No podía dejarlo solo esa noche...

- ¡Vaya que estás pesado, hijo de puta!- exclamó Manuel cargando a Txus como un bulto.- ¿No crees que deberías empezar a hacer un poco de ejercicio? Digo, por el bien de mi columna, joder...

Manu había llevado a Txus hasta su hogar. Entró con su amigo al hombro y lo dejó caer sobre su cama cuál bulto de papas.
Jadeante por el esfuerzo físico, aseguró el auto y su casa para disponerse ya a dormir.

- Bien... Y ahora ¿Dónde dormiré yo? Ni modo que en el sillón, a mí esa mierda me da tortícolis.- decía Manu hablando solo y sobándose el cuello.- ¿La pasas bien en mi cama, Txus? ¡Cabrón! - gritó fuertemente creyendo que despertaría... Pero no.- Bueno y... ¿Que tal si duermo con el? No creo que pase absolutamente nada. Si, seguro, con lo cachondo que es este tío seguro y me confunde con su José y me deja ir tremendo pollazo a mitad de la noche.- decía riéndose.- Hahaha ¿Pero que tonterías estoy diciendo? Que descanse el idiota, ya tendrá con que pagarme.- reía solo con sus contestaciones.