La Cura

394 25 108
                                    

-¡José, José! ¡Os estaba buscando! -entra gritando con emoción un jovencito.

-¿Pero que pasa Samuel? ¿Que os ocurre? -pregunta extrañado.

-Veréis, ya falta poco para Navidad y bueno... Quería saber si tendréis visita ese día o algo por el estilo -preguntó con cierta timidez.

-Pueees... Probablemente vengan algunos colegas a visitarme, pero no sera mucho rato. ¿Por qué?

-Bueno, tengo 100€ y quería saber si os gustaría cenar conmigo esa noche en mi cuarto.

-¿Y eso? ¿Tus papás no vendrán? -preguntó José extrañado.

-¿Mis papás? Si es por su culpa que estoy aquí.

Hace una leve pausa al mirar la reacción de José.
Exhala profundamente y lo mira a los ojos con firmeza.

-Ellos no fueron unos buenos padres, al menos no conmigo. Yo como todo hijo los adoré a pesar de sus insultos y desprecios, pensé que sería pasajero, pero mi panorama cambió cuando nació Keila, mi hermana. Noté su preferencia y amor hacia ella incondicionalmente. Yo tenia cinco años cuando ella nació.

-¿Cuantos años tienes actualmente?

-Tengo diecisiete -contestó el joven-. Yo ví como toda su felicidad era ella. Me herían mas sus palabras que sus golpes hasta que un día ya no pude mas. Yo estube a nada de morir en los baños del cole, si no es por un colega de un grado menor que avisó a los maestros yo no estaría aquí -finalizó con una pequeña sonrisa.

-Samuel yo...

-Nada José -interrumpió-. Eso no importa ahora. Hace año y medio de eso. Ahora estoy bien, de verdad. En otro momento esto habría sido difícil de contar.

José tenía llorosos los ojos conmovido por la historia del joven.
Se acercó hasta él, lo envolvió entre sus brazos y lo abrazó fuertemente.

-Nada ni nadie volverá a lastimaros mientras yo esté a tu lado. Desde ahora, si me lo permites, yo seré tu guía y tu bastón si pierdes fuerza.

-José... -murmuró-. Te lo agradezco mucho.

El jovencito se recargó en el hombro de José y unas leves gotitas corrieron por sus mejillas.
Sonrió plenamente.

Habiéndose separado ambos, se rieron al ver que habían llorado juntos.
Se quedaron en silencio y se vieron fijamente.

-Eres un muchacho muy fuerte, Samuel. Ojalá pueda aprender algo de ti y ser tan rudo como tu - dijo y sonrió dulcemente alborotando su cabello.

-Tu también lo eres José, no digas eso. A todo esto... ¿Que dices?

-Humm... Tendrás una cena de Navidad aunque seamos sólo tu y yo. Nadie merece pasarla sólo en estos días... Ni siquiera el mas hijo de puta de todos -contestó susurrando esto último-. Ahora andando, que ya es tarde para ir a las charlas y ya sabes como se pone Julia.

-Uyyyy con que ya no le habláis de Doctora ¿Eeehh? ¿Pues que se traen? -preguntó Samuel pícaramente.

-No es nada crío, sólo somos amigos. Lo más normal del mundo.

-¿Seguro? -insistía sibilinamente.

-Bueno ya, han sido demasiadas preguntas para un solo momento ¿No lo crees? -contestó José saliendo de su habitación hacía el salón de la reunión.

- Ja ja ja, pues, soy muy curioso como verás -respondió burlón caminando tras él.

Caminaron platicando y fastidiándose hasta llegar al lugar citado.
Las puertas se cerraron y su plática comenzó.

Desde Mi Cielo (Mägo de Oz Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora