INTRODUCCIÓN
Las sirenas de las patrullas comenzaban a escucharse a lo lejos, salió de su escondite en la azotea de aquel museo y vislumbro como los autos patrulla se alejaban siguiendo su pequeña y típica carnada, aquel globo inflable a medida, ¿Cómo es que nunca se daban cuenta que era una trampa?, fue el pensamiento que invadió su mente por unos segundos, pero le resto importancia al ver su premio en sus manos, sonrió satisfecho —Es culpa de esos policías por no darse cuenta que era una trampa —menciono al aire mientras levantaba su brazo derecho y enfocaba la luz de la luna en aquella preciosa joya que acababa de hurtar. La sonrisa de su rostro desapareció lentamente al no notar ningún cambio en el interior del diamante, suspiro con pesadez.
—Realmente era poco probable que Pandora estuviera cautiva en una joya dedicada al sol cuando se trata de una joya servidora de la luna— se dijo a modo de aliento.
Hace unos días se había anunciado la llegada del pequeño diamante amarillo "Lagrima del Sol", una joya bastante bonita y con una leyenda de amor detrás, no estaba en sus planes ir por ellas hasta que su secuaz Kenozuke Jii le comento que la joya se encontraba en la lista de posibles objetivos de su padre hace ocho años.
Dejo de admirar el pequeño diamante y lo guardo en su bolsillo, debía comenzar a huir puesto que las sirenas comenzaban a escucharse más cerca, la policía había descubierto la trampa, con desganados pasos se acerco al final de la azotea y se dejo caer al vacío con elegancia, descendió unos metros y abrió su confiable ala delta logrando así su retirada perfecta ante los furiosos policías.
Piloteo unos cuantos minutos y finalmente aterrizo en un aparente, solitario callejón, empezó a deshacerse de su disfraz de ladrón cuando el sonido de un disparo lo hizo detenerse. Unos pasos comenzaron a retumbar en su dirección, por unos segundos se paralizó y el miedo lo invadió, «No olvides tu Póker Face» se dijo mentalmente, los pasos se acercaban aún más a su posición, de pronto, una silueta masculina apareció frente a él; Kaito respiró hondo al verlo, aquel hombre era alto con una larga cabellera platinada y vestía larga gabardina negra envolvía su cuerpo casi por completo además portaba un sombrero que escondía una fría y penetrante mirada parda. —¿Pero que tenemos aquí? Un gato perdido. — Habló con sorna Gin mientras encendía un cigarro
—Me temo que se ha equivocado caballero, lo único que hay aquí es un mago que huye de sus perseguidores. —contesto Kaito con voz calmada manteniendo cierta distancia y buscando una manera de escapar.
Gin soltó una carcajada. —¡Así que la policía está cerca, Vodka! —Llamó el hombre. Kaito esperó que saliera otro hombre, pero lo único que pudo ver fue la maliciosa sonrisa del hombre que aquel extraño hombre que tenía enfrente. El sonido de un golpe seco resonó en el lugar, el joven mago había sido atacado por la espalda.
—Es una muy buena distracción, Aniki. —Alabó Vodka, un hombre regordete que vestía un pulcro traje de color negro, además de unas gafas oscuras y un sombrero tipo fedora del mismo color. El hombre de mayor estatura se acercó a un Kaito medio inconsciente.
—No lo tomes a mal Kid, eres nuestra esperanza para escapar de aquí, aunque no puedo asegurar vayas a salir con vida. —Habló mientras levantaba la cabeza de Kuroba sin delicadeza alguna logrando que el monóculo dejara su lugar y dejando a la vista el rostro de civil del ladrón.
De uno de sus bolsillos, sacó una pequeña caja de metal cuyo contenido era un misterio para el mago quien intentaba recuperar un poco de fuerzas. Una tétrica sonrisa se dibujó en el rostro del asesino.
—Te contare un secreto a muestra de agradecimiento— Hablo el peli plateado —Luego de que Sherry escapara, se prohibió el uso de esta droga, pero yo aún conservo algunas cápsulas de muestra. Es una gran consideración de mi parte matarte con esto. —Abrió la caja y de ella extrajo una pequeña cápsula bicolor. La colocó en la boca del mago, obligándolo a tragarla con un poco de agua. —¡Hasta siempre, Kaitou Kid! —Pronunció su nombre de una manera tan fría que cualquiera que lo escuchase, hubiese temblado del miedo.
Gin se colocó de pie, mientras se alejaba acompañado del hombre regordete, dio una rápida mirada al mago que se retorcía de dolor y continuo su camino hasta salir del callejón, ambos se subieron a un auto negro, él más bajo se sentó al volante, mientras que el otro fumaba tranquilamente en el asiento del copiloto.
—Sabes Aniki, —comenzó la charla Vodka —esto me recuerda a aquel mocoso detective en el Tropical Land.
—No recuerdo a toda la basura de la que me deshago, pero de ser así, ambos estorbos están ahora en el mismo lugar, en el mismísimo infierno — Sonrió una vez más de una manera siniestra. Vodka lo miro por el rabillo del ojo y compartió una sonrisa menos retorcida a la de su colega.
Mientras tanto, Kaito con la poca conciencia y fuerzas que le quedaba se arrastró un poco para intentar ocultarse detrás de unos botes de basura, pero su cuerpo comenzó a arder sentía como sus huesos se derretían de una manera lenta y dolorosa, el aire comenzaba a faltarle y sentía que desfallecería en cualquier momento producto de él dolor que se centraba en su pecho.
—Alguien... Q...Quién... sea... Ay...Ayúdenme... ¡Aah! —Soltó un fuerte grito de dolor que resonó en el lugar.
Algunos oficiales que rondaban por la zona gracias a las órdenes del inspector Nakamori, alarmados fueron en busca de aquel grito lleno de dolor. —Ustedes dos. —Demandó el inspector Nakamori mientras señalaba con sus dedos a dos oficiales. —Revisen el callejón.
Los dos oficiales asintieron y se adentraron por la estrecha calle alumbrando su camino solamente con unas linternas. Avanzaron adentrándose aún más en el oscuro lugar. Giraron en la esquina y avanzaron en busca del origen del grito, iban concentrados que no notaron el pequeño bulto en el suelo, esto provoco que uno de ellos cayera precipitadamente al suelo.
—¿Estas bien? —Preguntó el oficial a su compañero que yacía en el piso.
—Eso creo, pero... ¿Qué es esto? —Dirigió la luz de su linterna hasta el bulto que lo había hecho caer; ambos oficiales abrieron los ojos al ver a un joven hombre tirado sobre el pavimento, con muchas heridas de balas y un gran charco de sangre.
El oficial que estaba aún en el suelo fue ayudado por su compañero a ponerse de pie.
—Iré por el inspector Nakamori para que llame a homicidios. —Comunicó el oficial que ayudo a su compañero. —Mientras tanto, busca si hay algún testigo. —El oficial asintió mientras veía marcharse a su compañero. Cuando se disponía a buscar pistas sobre el asesinato un ruido cerca de los botes de basura lo alerto, se giró para mirar de que se trataba, sin embargo, volvió a caer al pavimento pero esta vez dormido.
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Detective y Ladrón
FanfictionKaito se vera envuelto con la Organización de Negro, después de que estos pusieran su vida en peligro, ahora, como un niño, se vera obligado a ayudar a Shinichi a vencerla y al mismo tiempo, seguir buscando la joya Pandora. ¿Que secretos saldrán a...