Capitulo 12: Pensamientos

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Algún día publicare esto en el ritmo que quiero, sin embargo, aunque aun no  es posible, agradezco su paciencia para las actualizaciones

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Capitulo: Pensamientos.

El lugar quedo en total silencio ante la repentina partida de Koizumi, sus palabras aun resonaban en las mentes de los presentes, dejando algunas dudas. Kaito estaba petrificado al conocer de esta manera el origen de aquella joya que le había causado tanto daño, por el contrario, los dos detectives estaban estupefactos ante la historia contada por las dos personas involucradas. Las cuatro personas que quedaban sentados en la mesa dieron un brinco al escuchar un sonido de llamada, rápidamente, tres pares de ojos se posaron en el dueño del teléfono quien buscaba el aparato entre sus ropas, sacando dos teléfonos y verificando cual era el que emitía el sonido, sin pensarlo mucho contesto.

—¿Qué sucede hermana Ran? — Pregunto infantilmente al contestar. Esa frase llamo la atención de dos personas.

—¿Dónde estás? Fue la pregunta que se alcanzó a escuchar de la molesta voz de mujer de la llamada. El niño dio un pequeño brinco del susto al escuchar el tono de su amiga.

—Ya voy a la casa, no te preocupes — respondió nerviosamente mientras su rostro se ponía pálido ante el regaño que estaba recibiendo por teléfono. Aturdido por el sermón de su amiga karateka apretó el botón del altavoz logrando que todos salieras del aturdimiento de las noticias recientes.

—Dime, ¿Dónde estás? — la voz molesta de la joven resonó en el lugar, — iré por ti en este momento, ¿haz visto la hora? No es momento de que un niño de tu edad este en la calle, así que mándame la dirección.

Conan se avergonzó ante la risa disimulada de Kaito y las miradas curiosas de Hakuba y el anciano, entrando en crisis nerviosa, apretó el botón de finalizar llamada. Al percatarse de aquella terrible acción su rostro se tornó de color azul.

—¡Ran va a matarme! — menciono mientras miraba el teléfono en sus manos nervioso y con el rostro pálido e intentando inútilmente apagar el teléfono.

Kaito al verlo comenzó a burlarse sin contenerse mientras Hakuba simplemente observaba a los dos niños, nuevamente el sonido del teléfono móvil en manos del niño detective sonó, dejando en silencio la sala, Conan dejo que timbrara un par de veces antes de contestar temeroso. —¿Hermana Ran? — contesto débilmente

—Mas te vale no volverme a colgar y decirme en este momento en donde te encuentras para que pueda ir por ti — comento la voz al otro lado.

Conan estaba tan pálido que parecía que estaba a punto de desmayarse, Kaito se burlaba en voz baja para no arruinar el regaño de la karateka, el pequeño detective solo pudo empezar a murmurar incoherencias, cansado de la situación, el detective mayor le quito el teléfono sacándolo del trance de idiotez al que había entrado, dando un suspiro, hablo por el aparato.

—¡Buenas noches, señorita Mouri! — comento galante — Habla Hakuba disculpe a Conan, me lo encontré por la tarde en la calle y lo invite a una reunión de Sherlock Holmes, como fue de improvisto no pudimos avisar.

—¿Hakuba? Pero ya es tan tarde...

—No te preocupes, me encargare de que Conan regrese sano y salvo, la reunión ya termino así que solo estábamos despidiéndonos, lamento mucho la preocupación que te cause. — explico el rubio

—¡No es necesario que vengas tan lejos, yo iré con mi padre por Conan y... — fue interrumpida

—¿Cómo podría permitir que una señorita saliera de su casa tan tarde por un error mío? Soy un caballero, además, ya que yo lo invite, actualmente es mi responsabilidad. O es que acaso, ¿no confías en mí?

Detective y LadrónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora