Capitulo 9: Los detectives, la bruja y el mago

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Capítulo 9: Los detectives, la bruja y el mago.

Rui llego a su nueva casa desanimado, abrió la puerta y anuncio su llegada, siendo recibido por el silencio, camino hasta la habitación que le pertenecía, dejo la mochila en el suelo para después salir, se dirigió a la cocina y encontró una nota de su acompañante donde le avisaba que había ido a cuidar del bar, apretó la pequeña nota de papel arrugándola hasta formar una bola y la arrojo a la basura, abrió el refrigerador y solo encontró restos de comida empaquetada, dio un leve gesto de asco, así que solo tomo una pequeña caja color café con detalles amarillos y cerró la puerta del aparato. Tomo el control de la televisión y se sentó en el sofá para comenzar a cambiar los canales buscando en que entretenerse mientras sorbía el contenido de la caja que había sacado; deliciosa leche de chocolate, cansado de no encontrar nada que distrajera su mente, apago el televisor y se recostó en el sillón, oculto su rostro con su brazo y dejo que las lágrimas fluyeran, agradeciendo internamente que al día siguiente no hubiera clases.

Era el último día hábil de la semana, Hakuba había intentado obtener información de Kuroba por medio de Aoko, pero esta solo le decía que no había recibido más mensajes por parte de su compañero, frustrado y preocupado, aunque no lo admitiera en voz alta, intentaba hablar con su pelirroja compañera, pero esta parecía evitarlo continuamente dándose la vuelta en cada ocasión en la que se encontraban. Cansado ya de la extraña situación, al final de la clase se abrió paso entre el grupo de admiradores de la peli roja y llego a ella.

—Necesito hablar contigo Koizumi — aviso en cuanto se colocó frente al asiento.

Akako asintió, sabiendo a donde se dirigiría la conversación en el futuro. —No tengo ningún problema, ¿Te parece bien la azotea? — pregunto.

El rubio asintió y se dirigió a la salida del salón. Akako se despidió de sus admiradores y siguió al rubio, todo ante la curiosa mirada de Aoko, quien terminaba de guardar sus cosas en su mochila.

—¡Regresemos juntas a casa Aoko! — pidió Keiko mientras se aferraba al brazo de su amiga.

Aoko le sonrió y asintió. —Así podemos pasar por un helado a la tienda cerca de la estación. — comento mientras salía del salón en compañía de su amiga.

Hakuba llego al final de las escaleras y abrió la puerta que llevaba a la azotea del edificio, un fuerte viento removió su cabellera al salir al lugar y la luz solar le hizo cerrar ligeramente los ojos en lo que se acostumbraba al brillante lugar, camino hasta la baranda para poder admirar el paisaje y ver como salían sus compañeros de la escuela, Akako llego a su lado a los pocos segundos.

—Kuroba esta bastante cerca — fue la frase que dijo la peli roja con la que inicio la conversación. Hakuba la miro asombrado. — No pude averiguar el lugar exacto, pero al menos unas cuantas visitas nos hará encontrarlo.

—¿Dónde? — preguntó en voz baja el detective.

Akako no se dignó a mirarlo, dejo que sus cabellos obstruyeran un poco su visión antes de suspirar. — En algún lugar de la ciudad de Beika. — comento.

Hakuba se quedó tieso de la impresión, no esperaba tener a su compañero tan cerca. —¿Estás segura? ¿Qué tan confiable es esa información?

—Mucho más confiable que cualquier otra información que puedas conseguir. — hablo orgullosa — Sin embargo, como dije no tengo la ubicación exacta, lo cual ya es un gran problema, intenté todos los medios posibles, pero no conseguí dar con exactitud el lugar.

Saguru cerró los ojos, intentando buscar una manera de encontrar a su compañero. — Debemos asumir que no se queda encerrado todo el día.

—En efecto.

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