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Días después...

Mañana regresaré a la ciudad solo para ver a mis amigos.

- hola Hipo

- hola Astrid

- ¿Listo para ir nos?

- claro

Astrid y yo quedamos en que íbamos a ir al cerro a pasar el rato.
En esos días casi no nos vimos debido a algunos pendientes y asuntos personales.

Al llegar al cerro Astrid y yo hicimos una carrera hasta la cima.
Empezamos bien pero sin duda ella tenía una mejor condición que la mía, en cosa de minutos me rebasó quedando en frente de mi. Me puse muy rojo, debido a que pude ver con una perfecta vista el movimiento de sus caderas y lo largas que eran sus piernas. Sin duda tenía una cara de embobado.

- ¡Gane! - grito Astrid sacando me de mis pensamientos - ¿Que tienes Hipo?

- ¿Que?, No es nada

Astrid puso una manta en el piso y nos sentamos en ella.

- Hipo ¿Recuerdas cuando vivías aquí?

- la verdad no

- ni yo recuerdo a verte visto, me cuesta trabajo recordar lo

Astrid tenía una mirada confundida

- ¿Mañana te irás a la ciudad?

- si

- espero y no tardes

¿Que no tarde?

- ¿Porque dices eso?

Astrid me miró y se sonrojo

- no es que, quería enseñar te algo es todo

- entiendo, no te preocupes solo será un rato

Astrid me sonrió y siguió viendo el cielo sin borrar su sonrisa.
No podía dejar de ver sus piernas, no soy un pervertido pero diablos que tiene esta chica que me vuelve loco

- Astrid ¿Te gustaría ir a la ciudad? - pregunté

- si, ¿Porque la pregunta?

- solo curiosidad, si tú quieres un día de estos te puedo llevar

- ¡¿En Cerio?!

- si, para eso estamos los amigos

- es verdad

Narra Astrid

Me dolió que dije "amigos" pero tenía razón eso era lo que éramos.

Después de un rato platicamos de la familia y de cómo nos fue en los últimos días.

- ¿Te peleaste con esa persona?

- si

- ¿Porque no hablaron del tema?

El matrimonio de la luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora