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Narra Hipo

Llegue a mi casa y me sorprendí recibir un mensaje de Eugen.
Al parecer quiere que reunamos y que invite a Astrid. Será como una fiesta para celebrar nuestro primer día.
Astrid....

No puedo creer que la besara, la verdad es que ya no podía evitar lo. Ahora me siento algo triste e incómodo, ¿Se habrá molestado? ¿Que pensara de mi ahora? Espero y no le diga a sus padres, ya me puedo imaginar a su padre contento si le llega a decir

- ¡papá Hipo me beso! - gritaría Astrid

- mi futuro yerno ya está entrando en confianza... Se casaran esta tarde - diría el padre de Astrid con lágrimas en los ojos

- que felicidad

- ahora si tendré un cuñado

Debo admitir que sería gracioso ver todo eso.
Le pregunté a Eugen que cuando sería esa fiesta, me dijo que sería pasado mañana lo cual me pareció perfecto porque así podría decir le a Astrid con tiempo. Lo que no se, es como decir se lo sin poner me nervioso por lo del beso.

Al día siguiente...

Mi despertador comenzó a sonar, me fui despertando poco a poco y note que eran las 6:00 de la mañana. Tenía ganas de levantar me pero tenía que hacer lo, Chimuelo subió a la cama y se puso encima de mi

- Chimuelo levanta te, debo ir a ver a Astrid - dije con sueño

El me miró, miro la ventana y se acercó a ella mientras maullaba

- ¿Que ocurre? - pregunté al ver lo

Me miro y después a la ventana.
Con muy pocas ganas me levanté de la cama y me asome.
Era Astrid estaba afuera, mire a Chimuelo.

- ahora lo entiendo, venis te a avisar me que estaba Astrid afuera... - sonreí aún con sueño- que Astrid está afuera - dije y cerré los ojos -  ¡¿QUE HACE AQUÍ?! - grite alterado

No me esperaba que viniera a esta hora.
Por ver la se me quitó el sueño y me puse a limpiar el departamento por si se le ocurría venís hasta acá.
Ya estaba terminando cuando escuché que tocaron la puerta.

- ¿Si?

- hola Hipo, soy yo Astrid

Trate de no sonar alterado

- hola Astrid ¿Cómo estás? - pregunté mientras seguía limpiando

- bien ¿Que tal tu?

- si, también estoy bien

- se escucha mucho ruido ¿Todo bien? - pregunto

- claro

Ya estaba terminando

- ¿Puedo pasar?

- ¡NO! - grite - quiero decir, aún no... Es que... Me estoy cambiando

- oh, bueno

Al decir eso note que ni mis pantalones me había puesto

- ahorita te abro - dije y me fui lo más rápido que pude por ropa para poner me.

El matrimonio de la luna Donde viven las historias. Descúbrelo ahora