Caminamos en silencio por las oscuras calles, en dirección a nuestra única opción. Realmente esperaba que no tuviéramos que acudir a esto, pero Horus insistió y cuando ese maldito dice algo, es casi imposible negarse. A pesar de ser un simple hechicero, su estatus es mayor que el mío, cosa que odio.
Tengo que obedecer a un gato... ¡Un gato! ¿Qué sigue? ¿Pájaros? ¿Una rata?
—¿Puedes decirme a donde vamos? —susurró Artemisa, cuestionando nuestros pasos.
Imagino que las vistas de la parte más fea de la ciudad, no le hacen ninguna gracia ni hace que se sienta más segura. La sorprendí queriendo llorando cuando pasamos al lado de una mujer y su niño, revisando el basurero. Los humanos también tienen sus problemas, en parte se ven afectados por la presencia de los hechiceros y los brujos que intenta llevar una vida normal, tomando trabajos como cualquier humano. El problema para los humanos es que los hechiceros somos mejores en muchos ámbitos y eso generó que muchos humanos perdieran sus trabajos. No entiendo porque mi madre no ha hecho nada para resolver ese problema.
Así que ante la mirada de tristeza de Artemisa, ocupé un poco de mi energía para aparecer algo de comida en el basurero que el niño revisaba, junto a un poco de dinero que tenía guardado en la caja fuerte de mi apartamento.
Será un dato que me guardaré para mí mismo, pues no quiero quedar como un héroe, solo quiero ayudar en algo que, sin querer, hemos contribuido.
Debajo del puente, donde había mucho más vagabundos, estaba la entrada ilegal hacia la casa de Merlín. Horus puso su pata en el tablón de madera que usa para cubrirlo y después de repetir la palabra "Sehen-ita", el tablón se hizo tranparente, dejando a la visión una parte de su estudio.
Antes de que Artemisa pudiera ver al niño de hace minutos entrar con la enorme bolsa de comida, la empujé hacia el estudio de Horus.
—¿Esa es tu forma de enamorar a una mujer? —preguntó Eros, sonriendo.
—¿Esta es tu forma de no hacer que te hacer mate? Porque te digo que no está funcionando.
Horus entró, riendo en voz baja ante mi respuesta mordaz. Eros sacudió la cabeza y para no sentirme mal después, por ser tan duro con él después de estar arriesgando su vida por nosotros, sonreí.
—Haces unos terribles chistes —me reprendió, soltando el aire que retuvo por el miedo de haberme hecho enojar—. Pero me alegro de que estés más calmado que de costumbre.
Cruzó hacia el estudio, dejándome de último. Antes de entrar y sellar la entrada, le eché un vistazo al niño que compartía su comida con todos, parecían que muchos llevaban un par de días sin comer y ver la alegría de poder comer, me animó a seguir adelante.
Si puedo, les cambiaré la vida a los humanos.
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Príncipe Desterrado. [TERMINADA]
FantasiSylver, el príncipe desterrado, está cansado de las reglas del mundo mágico. La organización fue creada para que los demi-âme y hechiceros pudieran comenzar una vida nueva, junto a los humanos en vuestro mundo ordinario. Sin embargo, el romance ent...