Todos tenían un secreto que guardar. Flora ocultaba la relación entre Max y Dalila, Musa ocultaba sueños y pesadillas, Helia ocultaba el secreto que su prometida mantenía. Todas ocultaban sueños extraños en realidad.
Cuando Bloom despertó solo se había lavado la cara y decidió escuchar música en el balcón hasta el amanecer.
Flora simplemente atribuyó su pesadilla al gran secreto que mantenía oculto, que por ende también podría ser arrestada por encubrimiento.
Tecna al estar sola en su habitación lloró lo que tenia que llorar hasta quedarse nuevamente dormida.
La mejor parte se la llevó Stella, quien al soñar un futuro casamiento llamó alrededor de las cuatro de la mañana a Brandon para contarle con lujo de detalles.
Layla por su parte salió a correr, si, salió a ejercitarse a las seis de la mañana, solo una hora antes de lo usual. La princesa necesitaba distraerse, pero con cada recuerdo de Nabú le traía una lágrima que tapaba con más esfuerzo y dolor muscular.
Y ahí estaban nuestras protagonistas. Todas estaban en pijama -menos una adolorida Layla- mientras desayunaban en pleno silencio apenas notables para ellas. Sus pensamientos eran invadidos por aquellos sueños o pesadillas que no estaban dispuestas a compartir.
Sería tan fácil resolver todo en ese momento. Sería tan fácil encontrar el culpable y resolver el problema antes de que empeore. Pero las hadas estaban impactadas, sentían que todo estaba en su mente de una forma traumática.
La mejor mañana se la gano el hada de la música, quien había sido tratada como una princesa.Le veía algo raro a Riven. Desde que ella le contó lo que estaba pasando ya no era el mismo con sus comportamientos.
Cuando ella se animo a preguntarle porque au cambio tan mimoso él simplemente respondió:
-Musa creo que hay que comprar un test de embarazo
Musa lo miró con sorpresa. No tenía vomitos ni mareos. Ella conocía su estado de salud y estaba más que bien.
-Hey, no creo que sea necesario Riven. No he tenido ningún...
-Musa eres un hada. Tal vez estos sueños son un intento de que sepas de esto, no lo sé
Tras un par de palabras Musa decidió no llevar la discusión a una pelea y convenció a Riven de ir a comprarlo sola y volver.
Ni bien salió de la farmacia de Magix voló hacia Alfea, no sabría como darle la noticia en el momento.
Caminaba muy rápido por los pasillos, no miraba su camino.
-¿Puedes fijarse por donde camina señorita Musa?
Le cuestionada desde el piso la enfermera de Alfea.
-Señorita Ofelia, de verdad lo lamento
Ayudó a poner de pie a la enfermera mientras esta miraba curiosamente algo en el suelo. Cuando Musa se dio vuelta a ver que era ya fue tarde para ocultarlo.
-Señorita Musa- habló Ofelia tomando la cajita pequeña y observándola mientras se acomodaba los anteojos.
-Enfermera...
-¿Así que tienes ciertas...dudas?- la miró fijamente y hasta de una forma acusante.
La joven hada estaba helada, no sabía que responder a una pregunta tan directa. Sería estúpido de su parte decir que era para una amiga, Ofelia era capaz de buscar al dueño hasta debajo de la cama.
-Sígame por favor- ordenó tranquilamente.
Ofelia a veces era como una madre para muchas hadas de todas las edades. Y es que la juventud de hoy en día podía traer a pequeñas hadas de primer año vomitando o con una mera sospecha del porque su periodo se atrasaba o nunca llegaba.
Por lo tanto la vieja doctora ya era toda una experta. No se le hacía problema, su compañera de salón ya tenía unos 24 años y corría por los 25.
-Dime Musa- habló sentándose en su escritorio guardando en su cajon el test de embarazo. -¿Hace cuanto no llega tu periodo?-
-Enfermera. Creo que tendría que devolverme eso y...
-Buen intento, eso no pasará linda- la mujer reía dulcemente.
Por lo menos lo había intentado. La enfermera era así. Transparente, tranquila y callada, pero era la mejor compañera que podías encontrar.
-Realmente la razón de mis dudas no es un atraso- justificó -Son sueños.
-¿Sueños?
-Claro. He estado soñando con un embarazo, con una niña y hasta soñé con un aborto involuntario.
-Espera, ¿cuando fue tu ultimo periodo?
-Hace unos días creo...
-Bien- la doctora comenzó a anotar -¿Hace cuanto que tienes estos sueños tan inusuales?
-Hace poco...unas semanas.
-Bien- continuó escribiendo -Dime cuando fue la última vez que tuviste relaciones sexuales
Esta vez tardó más en contestar. ¿Valía la pena decirle que ayer fue la última vez que estuvo con Riven? Ella sabía las cuentas que haría y porque preguntaba tal cosa.
-Hace dos semanas.
-¿Segura?
-Claro. Hace dos semanas.
-¿Y estabas bajo los efectos del alcohol o drogas?
-¿Que? No, claro que no. Estaba consciente de lo que hacía.
-¿Y que me dices de tu pare...
-Ambos estábamos totalmente conscientes de lo que hacíamos, siempre fue así- aclaró con algo de incomodidad mezclada con molestia.
-Lamento si la ofendí Musa- se atajó la enfermera -Siempre crees conocer a la otra persona hasta que te das cuenta que no es así- declaró.
-Descuide. Entiendo- se justificó la joven maestra.
-Bueno Musa. Que bueno fue para ti chocar conmigo- habló con suavidad -Pero temo que gastaste dinero en algo innecesario. Lo que realmente debe averiguar es saber quien le jugó tal broma, algo pesada ¿no?
Musa había quedado realmente sorprendida.
-Usted dice que...
-Te adelantaste al comprar eso. Además, no hay forma de que nuestras hormonas afecten nuestros sueños y mucho menos para soñar cosas como abortos involuntarios o niños correteando por ahí. Somos hadas, no videntes ni profetas.
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Manual de Padres
FanfictionLa juventud y fuerza no dura para siempre. Pero los problemas no dejan de llegar para las Winx justo cuando deciden que es hora de avanzar...