Capitulo 3

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-No sabía que eras tan madura Musa- replicaba Flora sirviendo un poco más de té en las tazas de sus amigas.

Luego de volver de compras. Todas se bañaron y nuevamente vestían sus pijamas. Era como una costumbre, los fines de semana, o por lo menos los sábados, dedicaban su tarde en descansar en los sillones y acompañar anécdotas de todo junto a tazas de té. Era una hermosa costumbre, siempre reinaba la calma, totalmente lo contrario a sus locas pijamadas.

-Solo hice lo que pensé que debería- contestó Musa.

El hada estaba en el sillón mas largo centrada en el medio con las piernas entrecruzadas.

-A veces pienso que realmente hay castigos muy severos allí- comentó Bloom, más para si misma que para sus amigas.

Bloom estaba sentada en un sillón individual.

-¿A que te refieres?- preguntó Stella algo indignada -Si fuera directora de esa escuela habría renunciado hace mucho tiempo. Desde que las Trix tomaron la escuela con tan sólo diecisiete años- carcajeó irónicamente -Eso me haría pensar que la maldad que manejan allí, a veces superan al maestro-

Luego de un minuto de silencio alguien tenía que decirlo.

-Pero que madura Stella-

Todas rieron ante el comentario de Musa. Stella se mostró algo confundida, luego se unió a las risas.

-Aunque hablando en serio- habló Layla -Griffin no renunció, al contrario. Ahora en lugar de mandarlas a escribir todo un pizarrón. Convierte a sus alumnas en animales de los que sus compañeras de habitación tendrán que cuidar hasta el fin del castigo-

-Así las hechiceras aprenden a cuidarse una a la otra. Maldad y maldad se apoyan- le siguió Tecna.

-No le veo sentido. Para que querrías graduarte en una escuela y luego fomentar la maldad- comentó Flora.

-Dicen que es un arte- dijo Tecna.

-Su arte necesita un distinto sentido de la moda- comentó Stella.

-Esa chica- Musa miraba fijamente el contenido en si taza -No tenía maldad, tenía miedo. La descubrí y tenía miedo de que la convierta en un animal- miro a sus amigas -Esas acciónes son muy abusivas. Aquí hablamos con sus padres. Allí los castigos son implementados por mano propia sin consentimiento de ellos-

-Tienes razón- hablo Flora -Mirtha me contó que su prima entro a Torre Nubosa hace poco. Por dejar un conjuro en el libro de una profesora Griffin la convirtió en araña, su gran miedo. Sus compañeras no la ayudaron, y ella sola se arregló para vivir- comentó la preocupada chica.

-Pues en ese caso el castigo le salió mal- dijo Tecna con una media sonrisa -Desde ese momento su prima no le teme más a las arañas-

-¿Y si ese era su propósito?-

-Oh vamos Layla, eso es absurdo- rió Stella.

-Puede que tengas razón- pensó Bloom -Hay que estar más atenta. No vaya a ser que convierta a una alumna en mosca y se la coma un sapo-

-Señoritas- tocó la puerta educadamente su superior.

-¿Si?- habló Stella.

La mujer entró al departamento diplomáticamente. Aunque en su rostro había algo que no andaba bien.

-Hay un especialista esperando a Musa en la entrada.

A la llamada le latió el corazón. No sabía si realmente debería ignorarlo y esperar a que se vaya, o ir a pedir disculpas. Valdría la pena dialogar y resolver sus diferencias, pero también valdría la pena acomodarse en su sillón y continuar la charla con sus amigas.

-¿Musa?-

Sacudió la cabeza levemente para volver en si y darse cuenta de que esos segundos pensando en que hacer, sus amigas la estaban esperando.

-Ya voy. Muchas gracias señorita Griselda- se levantó rápidamente.

Todo el camino hacia la entrada a Alfea estuvo ensayando su disculpa mentalmente, aunque inconscientemente movía sus labios pensando en sus diálogos.

Pudo divisar una moto de Fontana Roja. Pero al mirarlo solo sonrió y corrió a abrazarlo.

-¡Jared!- sintió su contacto más intenso.

-Planeaba verte en alguna reunión pero me pregunte porque no hacerlo ahora- reía.

-Cambiaste mucho Jared- le dijo al separarse y sacudir juguetonamente su cabello.

-Tú simplemente sigues hermosa- comentó mirándola a los ojos.

Jared nunca había cambiado sus sentimientos por Musa, pero con el tiempo entendió que si quería seguir disfrutando de ella sería desde la posición de amigo y no de novio. "Quédate al lado de ella. Luego se dará cuenta de que Riven es un idiota" le aconsejaban sus amigos.

Con los años había madurado y llevado su recuerdo en el corazón. Al graduarse consiguió trabajo como entrenador en Melodía, nuevamente se había planteado; "Si llega a volver a su planeta ahí estaré", pero luego se replanteó; "Si no vuelve significa que siguió su vida con alguien más". ¿Cómo la enamoraría estando a planetas de distancia?

Luego aprendió a guardarse a Musa en su corazón y vivir de mensajes llenos de pura atención amistosa. Así, podría estar cerca de ella y seguir su vida como entrenador.

-Oye, que te parece si te cambias y vamos a dar una vuelta- se animó a decir.

Musa sintió arder sus mejillas al ver su pijama, era uno de los más reveladores que Stella le había dado. Recordó como tiró su café encima y su amiga rubia cambió su atuendo con la mejor imaginación. Aceptó quedarse así porque pensaba que nadie más que sus amigas la vería en una remera de ceda bordó tapándole hasta mitad de su trasero y dejando un escote revelador. La parte más vergonzosa era que estaba en pantaletas tan finas que parecía no tener nada debajo. Al momento de la siesta no había nadie en la escuela que no estuviera durmiendo, además contaba con que vería a Riven, no a Jared.

-Lo siento, Jared...y-yo no me di cuenta-

-Musa- la interrumpió con una sonrisa -Toma- se quitó la chaqueta y disfrutó cada momento en que tocaba su piel al ponérsela. -Sube- le ordenó luego de montar su motocicleta.

-¿Dónde me llevarás?- reía Musa en su espalda.

-Descuida, así no te llevaré a la ciudad- sonrío-Vamos al bosque-

Cada momento que sentía a Musa apoyarse en su espalda sentía como si alimentara su alma. Trato de hacer más largo el trayecto, hasta manejó un poco más lento para disfrutar aquel agarre que sabía, no habría otro igual.

Manual de PadresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora