Capitulo 10

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Estar tanto tiempo en la biblioteca la hacia recordar a esos días completos que pasaba entre libros estudiando, pues sus compañeras de habitación no eran las más silenciosas.

Tres horas desde que la bibliotecaria abrió la sala y tres horas desde que ella no paraba de investigar los poderes del sueño.

Ningún hada en Alfea podía meterse en la cabeza de nadie, entonces descarto la posibilidad de una estudiante en busca de venganza.

-Señorita Musa.

Aquella voz diplomática hizo que levantara su nariz del grueso libro que leía.

-¿Hay algún problema señorita bibliotecaria?

Respondió amablemente pero al mismo tiempo queriendo deshacerse de la mujer. Sentía que la culpable estaba muy cerca de ser descubierta.

-Usted esta aquí desde hace 5 horas y aún no se ha ido. ¿Encontró lo que buscaba?

Interrogó con toques de entrometida.

Realmente no quería que todo el mundo sepa el gran problema con el que lidiaba. Aunque por otro lado la señora bibliotecaria, llevaba gran sabiduría, tal vez podría ayudarla.

-Estoy buscando libros sobre sueños. ¿Sabe usted como controlarlos o de alguna forma manipularlos?

Al principio quiso protestar y dedicarle una diplomática charla sobre el porque de no meterse con algo tan intimo sobre un ser, pero luego pensó que jamas un hada como Musa haría algo así.

Acomodándose los anteojos se sentó frente a ella y comenzó a hablar.

-Los sueños no son algo que sea fácil de manejar, en lo absoluto. De hecho no todas nacen con ese don, solo las hadas con el poder de meterse en tu mente, tal vez una de tipo hipnotizante o ilusionista. Pero aun así es complicado. La mayoría de las veces se trata de una mala intensión, ¿investigaste sobre las brujas?

No lo había pensado en lo absoluto. Agració lo más cortante posible a la bibliotecaria luego de marchar hacia Torre Nubosa.

.

Flora se auto-consideraba una mujer fuerte. Realmente no comprendía porque el temblor de sus piernas mientras esperaba que la puerta frente a ella se abriera.

Decidió ir por Dalila sola. Helia era demasiado intenso para momentos como este. Realmente su prometido habría restado mas que sumar en aquella situación.

Mientras seguía esperando continuó pensando. Una conversación mujer a mujer, hada a hada, le daría una buena razón para responder porque hacia algo tan de novela. Era como esas mujeres las cuales vidas propias no importaban, todo sea por estar con su amado.

Pero esta era la vida real. Max realmente pudo haberla matado convirtiéndola en una victima mas, en un casi mas, en un día lamentable mas.

Se sobresalto al escuchar el sonido de la puerta abriéndose.

-¡Flora!

Exclamo alegre.

Eran las mismas bienvenidas cálidas y acogedoras que siempre daba. Trataba de encontrar algo diferente a ella. Algo por lo que, si en su ignorancia fuera, prendiera su alarma.

Pero nada. Las mismas palabras, el mismo te, las mismas charlas. Si hubiera estado ajena a su secreto la notaría hasta mas feliz. Pero, ¿por que demonios estaría mas feliz?

-Ademas los baños son mejores...

La escuchaba hablar a segundo plano sobre su estadía en Alfea y su comparación con otros edificios. No la escuchaba, solo pensaba en como decirlo. Tal vez soltarlo seria lo mas conveniente. Simplemente preguntar, ella asumiría todo rápido para responder. Si, definitivamente si.

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