Capitulo 7

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Las personas que iban pasando solo eran sombras para el hada que acababa de saber que algo o alguien quería lastimarla.

Al llegar a su apartamento pudo ver como sus amigas estaban algo decaídas. Cada una estaba en lo suyo, pero podía notar sus caras.

Mientras Layla estaba en el sofá leyendo Flora buscaba malezas entre sus plantas. Tecna ayudaba a Bloom a ordenar un poco el lugar mientras Stella miraba revistas con sus auriculares puestos al lado de su amiga morena.

Dentro de lo normal todas estarían formando un poco más de ruido. Pero solo se escuchaban los cantos de Stella y las frases cortas que compartían Bloom y Tecna. Además, todas estaban en pijama alrededor de las 2:00 pm, todas excepto Stella, la única que había disfrutado de su noche.

El hada de la música por su lado caminó directo a su habitación. Se acostó en su cama y adoptó una posición fetal antes de llorar.

Llorar de alivio, frustración, desilusión, confusión. Todos sus sentimientos se mezclaban. Volvía a pasar. No podían tener un año de paz sin que nadie tratara de hacerles daño. Podía soportar a sus enemigos anteriores, ellos tenían como objetivo destruir o reinar el reino mágico. Este nuevo enemigo solo la quería lastimar a ella.

Por su cabeza pasó la idea de ser madre. De por fin dar un paso más con Riven y juntos criar a un bebé, un orgullo. Se había hecho la idea desde su primer sueño. Y ahora solo le quedaba la duda. No estaba cien por ciento segura de que no estaba embarazada, pero la doctora le había quitado el test, no podía saberlo.

Alguien jugaba con sus sentimientos y eso era más doloroso que cualquier ataque mágico. No se quedaría de brazos cruzados a que este ente siguiera atormentándola.

Unos golpes en su puerta hicieron que rápidamente se sentara sobre su cama y limpiara su cara como pudiera.

-Pase.

-Oye.

Stella se acercó con su teléfono en mano algo tímida.

-Riven ha llamado a cada una de nosotras para hablar contigo. Esta algo alterado- Le dió una media sonrisa. -Lo que no sabe es que ninguna de las chicas esta de humor para aguantar sus berrinches.

Musa soltó una pequeña risa al ver como su amiga se esforzaba para hacerla reír por lo menos un poco.

-¿Está todo bien?- Se animo a preguntar.

-Claro- le sonrió y tomó el teléfono.

Stella comprendió su mirada y se retiró de la habitación para darle el espacio suficiente a Musa.

-Musa, ¿estas ahi?

Con solo escuchar su voz las lágrimas comenzaron a escaparse sin su control.

-Lo siento Riven, ahora no podemos hablar.

-Musa, escúchame no llores. ¿Que sucede? ¿Por que te fuiste?

-Hoy no Riven, ¿si?

Lo que no sabía era que a su novio desde el otro lado del teléfono se le rompía el corazón con solo escuchar sus sollozos por el teléfono.

-Musa, espera. ¿Que sucede? ¿Estás bien?

-Luego te llamo, ¿si?

Sin esperar respuesta la mujer se acostó nuevamente en la cama para recaer un poco más en su depresión.

Del otro lado Riven tiró con violencia su teléfono al notar que ella lo había dejado hablando solo.

Todas las teorías caían en su mente como balas. Una sobre la otra no lo dejaba pensar y no encontraba otra solución mas que ir a buscar a Musa.

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