Capitulo 11

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La directora Griffin se mostró muy confundida cuando vio a Musa frente a la escuela esperando que la dejaran pasar a Torre Nubosa. Parecía muy metida en sus propios pensamientos mirando hacia un lado y luego a otro inconsciente de esto.

Las puertas de la escuela se abrieron para darle la bienvenida a la joven hada para rápidamente transportarla a la oficina de la directora.

-Señorita Musa, es una sorpresa tenerla aquí.

Expresó Griffin en cuanto la tuvo en frente suyo delante de su escritorio.

-¿Hay problemas?

Continuó. Debía admitir que le llamaba la atención ver a una Winx sola sin compañía alguna.

-Para nada directora. Verá, me encuentro realizando una investigación. Es sobre los sueños y los poderes que las hadas y hechiceras pueden tener sobre ellos.

Respondió mostrando algunos libros y apuntes que llevaba en su cartera a simple vista. Musa no pensaba contarle a la directora la verdadera razón de su llegada. Si bien Griffin y Faragonda arreglaron sus diferencias mucho tiempo antes, aún no descartaba la idea de que podría ser una oscura idea de las hechiceras apoyadas por sus docentes.

-Estoy dispuesta a abrir nuestra biblioteca para cualquier ser que desee aprender de nuestras artes oscuras. Sin embargo debo advertir que mis chicas pueden sentirse incómodas en la presencia de un hada. Algunas pueden ser...algo traviesas.

Y hablaba muy en serio. Mientras contestaba con voz diplomática, en su mente pensaba las veces que había autorizado y consentido que sus alumnas practicaran sus hechizos y encantos en las hadas de Alfea. Costumbre que borró luego de pelear contra las Trix unida a Faragonda y sus alumnas.

-Comprendo. Puedo esperar a que se vacíe.

Musa por su lado no veía la hora de acceder a la biblioteca de Torre Nubosa para continuar su investigación.

-En realidad, nuestra biblioteca siempre esta casi vacía. Nuestras alumnas encuentran más práctico estudiar en sus habitaciones.

Luego de escoltar a el hada hacia la biblioteca, y recibir muchas miradas en el camino, Griffin ordenó conocer todos los libros que Musa tocara durante su visita.

Se sentía obligada a informarle a su compañera Faragonda que estaba sucediendo. Si una hechicera se presentara en Alfea y solicitara acceder a la biblioteca de las hadas, le gustaría saberlo.

.

Como todos los Domingos, Fontana Roja estaba casi vacía. Muchos alumnos aprovechaban el fin de semana para visitar a su familias o pasar la mayoría del tiempo en Magix. Pero los que decidían quedarse no se quedaban sin diversión; entre los pocos especialistas se organizaban para mejorar su prácticas en enfrentamientos con espadas. Algunos miraban desde las gradas y otros se encontraban en la zona mas cercana de combate gritando y abucheando a los contrincantes.

-¡Peleas como anciana Timmy!

Riven gritaba desde los asientos del campo de práctica. Acababa de darle una paliza a un competidor y su ego se encontraba por los cielos.

Por su lado, Timmy se limitaba a esquivar o defenderse de los múltiples ataques de su competidor, quien se veía muy concentrado.

-¡Realmente confirmo que el frente se batalla no es mi fuerte!

Continuó el especialista acomodándose los anteojos mientras tiraba movimientos al azar con su espada.

-Es divertido. Pero no olvidemos las veces que nos salvo la vida con sus aparatos y máquinas.

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