El revuelo que se armó alrededor de la misteriosa sirena hallada en Rocaluz se fue expandiendo por toda Alfea.
Luego de llamar a las Winx pudieron trasladar a la hermosa sirena hacia el invernadero. Donde había suficiente humedad para que su piel no se deshidratara luego de tanto tiempo fuera del agua.
Apoyada en la larga camilla de metal con Barbatea, Faragonda y las Winx rodeándola Aisha pudo ver sus rasgos, sus escamas eran de un verde tornasolado y su rostro era uno de los mas hermosos que había visto.
-No es una sirena de Andros.
Confirmó interrumpiendo a Faragonda, quien comentaba jamás haber visto nada igual.
-¿Hay sirenas en otras mareas?
Preguntó Bloom.
-Si. Se expandieron por razas. Pero no puedo saber quien es ella.
Contestó tomando su cabello el cual estaba seco luego de tanto tiempo fuera del agua.
-Lo que nos faltaba.
Susurró Stella cruzada de brazos.
La princesa de Andros sintió que era un misterio que ella misma debería resolver. Tenía ciertos datos interesantes en su mente, pero no los compartiría con sus amistades hasta confirmarlos.
-Directora Faragonda, si me lo permite quiero por favor reunirme con los reyes de Andros para hablar sobre este asunto. Debo saber que hacer con ella.
Solicitó con educación. Las Winx tenían demasiados problemas con los cuales lidiar.
.
Musa descansaba de todo aquel revuelo en su cama. Su investigación personal, Dalila metida con Max, sus amigas con pesadillas al igual que ella, la misteriosa sirena encontrada, era demasiado para ella.
Hace días no hablaba con Riven por más de 5 minutos fluidamente. Ya era el momento de volver donde siempre era feliz.
Contestó el teléfono exageradamente rápido.
-Oh, mira quien recordó tener un novio.
Lo escuchó hablar sarcástico. La alivió saber que no estaba molesto.
-Gracias por darme mi espacio estos días Riv, quiero verte.
Terminó la frase en un llanto. Agachó la cabeza para llorar lo que no pudo llorar en el día.
-Musa, ¿estas bien?
Era una pregunta muy tonta.
-Es demasiado estrés. No puedo con todo.
Continuaba hablando entre sollozos.
-¿Quieres que pase por ti a las ocho?
Sonrió al saber que se verían más pronto de lo que imaginaba.
Una parte del hada se sintió egoísta por dejar a sus compañeras. Pero la otra parte se defendía diciendo que se lo merecía, merecía descansar.
Luego de lavarse el rostro escuchó como llegaban más hadas al departamento.
Al hacerse presente en el living vió a todas sus amigas sentadas en los sillones muy serias.
-Se que es demasiado peso emocional. Todas estamos cansadas, pero somos las Winx.
Habló Bloom. Quien junto a Musa, que estaba apoyada en una pared cercana al sillón, era la única que permanecía de pie.
-Resolveremos todo esto y más estando juntas.
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Manual de Padres
Fiksi PenggemarLa juventud y fuerza no dura para siempre. Pero los problemas no dejan de llegar para las Winx justo cuando deciden que es hora de avanzar...