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No paro de mirar la foto en el móvil. Está ella con una enorme sonrisa y si no se encontrara borrosa, sería una increíble ayuda para volverla a ver, pero al parecer soy un pésimo fotógrafo porque la tomé demasiado mal y aun así, siento que se ve increíble y eso es lo que hace que siga con mi plan en marcha.

Tal vez a las personas que llamé y pregunté por Lía, no me dijeron que la conocían porque para ellos soy un total desconocido, pero si voy a la casa de las personas que son amigas de Ian y es él, quién pregunta por la chica, existe una probabilidad mayor a que alguien comente algo interesante y que sirva o si tengo suerte, que digan alguna manera de ponerse en contacto con ella.

Con esa idea en la cabeza y con mi amigo de lado acompañándome en mi locura, visitamos cada casa que podemos, hasta que ya es demasiado tarde como para seguir visitando a sus amigos preguntando por alguien, así que sin muchas ganas, terminamos por el día de hoy y decidimos ir al súper a comprar cosas para mi hogar, porque no hay nada para comer.

—Ríndete ¿sí?

Suplica mi amigo mientras que yo voy manejado, intentando no prestarle mucha atención.

—No pienso rendirme, así que deja de pedirlo —digo rodando los ojos y estaciono el auto mirando a mi amigo para que ya no haga ningún comentario al respecto.

Caminamos en silencio hasta la entrada, nos saluda el guardia y seguimos avanzando con un carrito empujado por él, mientras que yo voy viendo los anaqueles para ver qué es lo que me hace falta.

—Estás demasiado obsesionado con Lea, sí que te hizo un muy buen trabajo —habla para molestarme ya que ese es su pasatiempo favorito.

Lo miro queriendo asesinarlo y eso logra hacer que Ian suelte una gran carcajada y agradezco que el pasillo dónde estamos se encuentre vacío.

Ian no para de pensar que solo busco a Lía porque tuvimos una increíble noche en la cama, solo que no es únicamente por eso, hay mucho detrás de ese pobre pensamiento. Desde que chocó conmigo, se disculpó y de alguna forma me armé de valor para ir a hablar con ella, de inmediato supe que existió algo entre los dos, hubo un click que no puedo olvidar tan fácilmente y estoy seguro que con ella pasó lo mismo, lo que me causa una gran confusión porque no logro entender la razón de porqué se fue sin dejar algo para volvernos a ver.

Tomo una caja de cereal y le recuerdo como se llama la chica, ya que siempre se lo está modificando y yo siempre lo estoy corrigiendo. Tal vez por eso mismo dice otro en lugar del verdadero, ama ver cómo me estreso porque lo dice mal.

—Hola.

Una chica acompañada de una niña llega con nosotros con una sonrisa en el rostro. Mi amigo y yo guardamos silencio luego de responderle el saludo.

—Me llamo Sidney y lamento en serio molestarlos, pero mi hermanita es súper fan tuya y me preguntaba si podrías tomarte una foto con ella.

Le sonrío de manera amigable a la mayor y luego bajo la vista para ver a la más pequeña que me observa con curiosidad y algo apenada.

—Con mucho gusto —respondo de inmediato.

La chica le da un delicado empujón a su hermana para que avance hasta donde esto. Cuando se coloca en seguida de mí, me agacho para intentar estar en la misma altura.

—¿Cómo te llamas?

—Alison.

Responde como si estuviera susurrando y con una sonrisa imposible de ocultar. Le solicito su permiso para poder abrazarla y al tener una respuesta afirmativa, me dispongo a hacerlo, coloco mi brazo atrás de sus hombros y con mi mano la apego un poco a mí, intentando no incomodarla, pero al ver que no es así, giro hacia la cámara del móvil que tiene su hermana y sonrío. Al terminar, la suelto y me pregunta si puede darme un abrazo, cuando le respondo que sí, todo su rostro se pone rojo y me abraza, no la suelto, hasta que ella lo hace, solo que antes, me susurra un delicado, te quiero y le respondo lo mismo.

—¿No quieres que te firme algo?

Es muy extraño que yo haga esa pregunta, pero la niña derritió por completo mi corazón.

La sonrisa de ella se agranda mucho más al escuchar mi pregunta, se dirige a su hermana para solicitarle algo, ella busca entre su bolsa, de ahí saca una pequeña libreta y un bolígrafo, se lo entrega y Alison vuelve a donde estoy.

Le escribo algo corto y que considero bonito, luego hago mi firma y le devuelvo sus cosas a la pequeña. Coloco mi mano frente a ella para que choque los cinco, cosa que hace para después volver con su hermana.

—Muchísimas gracias, ella jamás olvidará esto —habla Sidney sonriéndome y tomando de la mano a su pequeña y adorable hermana que me mira como si no pudiera creer lo que acaba de suceder.

—No agradezcas, es lo menos que puedo hacer por apoyarme —respondo y me despido con la mano de Alison.

Cuando las pierdo de vista, sigo avanzando con Ian detrás de mí empujando el carrito y mirándome extrañado, lo que provoca que inicie a sentirme incómodo y me detengo en seco, haciendo que casi choque conmigo. Lo veo exigiéndole que hable de una vez por todas.

—Una chica llegó a ti y te pidió una foto para su hermana. La chica está demasiado buena. ¿A qué voy con esto? Pues que tienes a millones de chicas detrás de ti demasiado hermosas y solo te preocupas por encontrar a Lea —dice desacomodándose el cabello, un tic que hace cada que no logra entender algo.

—Así es y créeme que lo seguiré haciendo hasta que la encuentre —camino hasta llegar a la caja y empezar a poner todo para pagar e ir a casa.

—¿Cómo le haces para no pedirle el número a cada chica linda que te pide una foto? —pregunta sin comprender, para él es una tortura no verlo hecho.

Lo miro riéndome, siempre le he dicho que, si no fuera famoso, lo haría sin dudarlo, pero lo soy, lo que significa que podría traer algunos problemas, como que se filtrara mi número y eso es lo menos grave que podría ocurrir. Ian conoce esa explicación bastante bien, solo que cada ocasión que ve que una chica se acerca a mí para pedirme una foto o comentarme algo respecto a que es mi fan, él lo olvida por completo, tanto así que a veces ha querido pedirles su número y por suerte, he hablado a tiempo antes de que lo haga.

¿Dónde estabas en la mañana? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora