15| final

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Bajo del auto indicándole a mis piernas que tiene que avanzar porque solo estoy parado a un lado del vehículo sin poder dar un paso más. Me golpeo y regaño mentalmente para lograr empezar a caminar hacia la entrada.

En cuanto llego, con mi mano temblando empujo la puerta regocijándome un un ambiente cálido y agradable. Se escucha una canción en todo el lugar no tan alta, pero lo suficiente para que la gente logre escucharla, veo a las meseras con su uniforme típico atendiendo a las personas con una sonrisa. Al observar todo eso, hace que me tranquilice un poco y camine a sentarme a una mesa pegada a la ventana, ya que de esa manera pueda ver cuando Lía se encuentre llegando.

Al tomar asiento, una chica se detiene a un lado mío para preguntarme lo que voy a pedir, únicamente solicito una taza de café y un muffin para intentar despejar mi mente en comida, ella se retira con mi orden y vuelvo a quedarme solo con el tormento de mis pensamientos, hasta que la mesera regresa dejando la comida en la mesa, me da una sonrisa coqueta y se aleja a atender a las demás personas. Le presto más atención cuando me da la espalda y me doy cuenta que es linda, pero no se compara con la chica que estoy por ver.

Le doy un pequeño trago al café sacando mi celular del pantalón para entrar a mi Instagram y entretenerme porque aún falta media hora para que Lía llegue..

Ian:
¿Ya llegó tu chica?
9:36

El mensaje aparece en la pantalla del celular haciendo que levante la vista de inmediato para ver por todos lados buscándola

Nolan:
No, aún es temprano.
9:39

En cuanto le envío la respuesta,  bloqueo el móvil volviendo a guardarlo, lo que me lleva a solo dedicarme a ver quienes entran a la cafetería. Veo como ingresan personas y salen otras, pero ninguna de ellas es la que estoy esperando.

La puerta de abre por enésima vez y miro hacia allí sin esperanza a verla, pero lo hago. Todo lo que había pensado que iba a hacer se arruina, mis sentidos no reaccionan, ni si quiera mi mente está trabajando, mi cuerpo se encuentra congelado y pegado a la silla, observando como la chica de mis sueños me busca con la mirada y yo intento hacerme chiquito para que no logre verme. Necesito que alguien llegue a golpearme para salir corriendo a su alcance porque sigo sin poder mover si quiera un dedo y ese golpe sucede cuando mi canción, la canción que le escribí empieza a reproducirse por el lugar.

Nunca fui muy creyente del destino ni nada de eso, pero en las primeras notas de la canción, mi mirada se encuentra con la suya y eso me saca del estado en el que me encuentro. De inmediato empiezo a caminar a donde se encuentra mirándome sin poder creerlo. Voy temblando de nervios y al estar frente a ella se pone pálida, haciendo que el miedo me invada mucho más.

—Ho-hola —saludo tartamudeando.

—No entiendo nada —dice la chica para ella misma— Sidney no dijo que estarías aquí, se suponía que no íbamos a volver a vernos, por eso mismo solo agradecí, no teníamos que vernos de nuevo, no puede estar pasando esto.

Escucharla decir eso, logra hacer que se me pongan los ojos llorosos del mismo modo que a ella, ambos nos encontramos en una situación demasiado incómoda sin saber cómo actuar, agregando que la canción sigue reproduciéndose y más alta que cuando empezó.

—¿No sabias que nos veríamos? —pregunto para confirmar lo que ya he notado.

Lía niega con la cabeza y las lágrimas se resbalan por sus mejillas, solo quiero envolverla en mis brazos y nunca soltarla.

¿Dónde estabas en la mañana? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora