Tomo aire antes de responder y camino con Ian pisándome los talones para salir del local.
—Hola.
Por fin me animo a hablar, pero sigo sintiendo el nudo en la garganta.
—¿Quién habla? —pregunta la chica confundida y hace que no se me ocurra nada para contestar.
Si le digo mi nombre no existe una probabilidad alta en que me crea y decirle un nombre falso, tampoco ayudará mucho.
—Nolan Harford...
Pronuncio la verdad y soy interrumpido.
—No estoy para juegos, dime quién eres o te cuelgo y bloqueo el número.
Esa es exactamente la manera en como esperé que reaccionaría, claro que nadie me va a creer. Es algo imposible que yo, siendo cantante y el favorito de su hermana menor le hable por teléfono con toda la normalidad posible y como si nos conociéramos por años.
—En verdad lo soy, pero no sé cómo confirmártelo. No mentiría con algo así.
—Hazte una foto saltando...
—¿En serio?
—No pienso creerte si no lo haces.
Le pido que espere, luego le digo a Ian que tome la fotografía mientras él se está burlando por lo que tengo que hacer para que me crean. En cuanto la tengo, presiono enviar y vuelvo a colocar mi celular en el oído para volver a hablar con la chica, solo que al hacerlo, escucho un silencio que me provoca un enorme escalofrío que recorre cada parte de mi cuerpo. Hablo varias veces para ver si alguien responde, ya que, sigo en llamada.
Decido comentarle que nos veamos en el mismo lugar donde conocí a su hermana y a ella, ahí es cuando recibo una respuesta diciendo que nos vemos en ese lugar en die minutos, de inmediato le respondo que estaré ahí en cinco y al colgar salgo caminando con rapidez para subir al auto.
Siento la mirada de Ian en mi espalda cuando me sigue para ir al carro. Es demasiado extraño que se encuentre en silencio después de escuchar un poco la conversación, pero no es momento para prestar atención y preguntarle lo que le ocurre. Los dos subimos al vehículo al mismo tiempo y emprendemos marcha al sitio asignado.
Sé que no voy a ver a Lía sino a su amiga y aun así, la emoción y los nervios están presente en mí. Si tengo oportunidad de charlas con Sidney, tal vez ella me dé un poco de información acerca de Lía o hasta le pregunta a ella de mí para que me llame. No sé que pueda ocurrir.
Voy concentrado en la carretera pensando solo en todo lo que puede ocurrir al ver a la chica, otra vez, solo que el silencio de mi amigo el que siempre tiene algo que decir, me comienza a poner los pelos de punta.
—¿Estás vivo? —pregunto dándole una rápida mirada cuando el semáforo se pone en rojo.
—Es que no puedo creer lo imbecil que eres —habla tomándome por sorpresa sus palabras— A esa chica la conocimos hace tiempo y es la mejor amiga de Lía. Te mataste buscando una manera de encontrarla, la tuviste frente a ti y no te diste cuenta.
No digo nada porque él tiene demasiado razón y no encuentro nada para decir y poder defenderme. Si ese momento en que vi a Sidney en las compras, la hubiera reconocido, tal vez Lía y yo ya hubiéramos hablado.
Al pasar unos minutos, detengo el carro en el estacionamiento sintiendo como crecen los nervios, provocando que no quiera bajar, solo que gracias a mi amigo que me da un puñetazo en el brazo, vuelvo a la realidad, recordando la razón de porque haré todo lo que sea para intentar verla. Ian y yo bajamos del auto y empezamos a caminar directo a la entrada, al llegar, me detengo, pero soy jalado del brazo por el chico para seguir caminando.
Veo con una rapidez impresionante a Sidney y a Alison, apresuramos el paso para llegar más rápido con ellas, las cuales se encuentran sentadas en las mesas que hay disponibles para que la gente coma. Nos detenemos frente a las chicas, la mayor me observa paralizada, sin creer lo que ven sus ojos. Lo único que puedo hacer es sonreír de manera amigable y levantar la mano en forma de saludo. Alison se percata de nuestra existencia, levanta la mirada de su hot dog y se queda con la boca abierta, intentando comprender que nos estamos volviendo a ver.
Trago saliva nervioso y toso un poco para luego decirles un hola intentando parecer seguro. La mayor responde de la misma forma que yo, en cambio la pequeña no dice nada. Sidney nos hace una seña con la mano y la cabeza para indicar que podemos sentarnos con ellas.
Ian es el primero en entablar una plática, decide hacerlo con lo más sencillo, empezar con Alison. Poco a poco, la niña va sintiéndose más en confianza al igual que todos nosotros, lo que nos lleva que en pocos minutos ya estemos relajados en una entretenida charla, pero ni si quiera así puedo sacar de mi mente la preocupación de no saber cómo decirle a Sidney la razón de porqué quiero hablar con ella.
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¿Dónde estabas en la mañana? ©
RomanceNolan asistió a esa fiesta por obligación de su mejor amigo, pero fue donde conoció a la maravillosa y simpática Lia Gray que fue la que le alegró toda la noche, pero en la mañana siguiente en cuanto Nolan despertó empezó a buscarla por toda la habi...