Introducción.

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"Todo comienza"

Te encuentras en una habitación totalmente vacía, sintiendo como el ruido ensordecedor del silencio taladra tus oídos, tanto que tu cabeza quiere explotar, das vueltas en la cama sintiendo como tu temperatura corporal comienza a subir, el aire en tus pulmones parece ser casi nulo y por más que intentas mantener la calma, más la pierdes.

Primer acto.

Tu cerebro se desconecta de la realidad, sabes que estas pero no te sientes, lo único que hay es un pánico que controla cada parte de tu ser, buscas con la mirada alguna señal, algo que te ayude a no perderte por completo, pero te encuentras más sola que nunca.

Segundo acto.

Tu garganta se seca tanto que no puedes pasar ni tú propia saliva, tu respiración se corta y te preguntas si aún sigues respirando, lo compruebas por las palpitaciones que prácticamente quieres sacar tu corazón del pecho, cierras los ojos y tomas una gran bocanada de aire, liberando la poca fuerza que te queda y rezando por encontrar la calma.

Tercer acto.

Todo intento fue en vano, la bestia sale a desquitarse con el mundo una vez más, no sabes de medidas, de compasión, de límites, solo necesitas descargar de ti esa oscuridad que tanto se empeña en hundirte, lo haces, es satisfactorio al instante, disfrutas esos segundos donde no sientes, no piensas, donde no duele, pero el acto termina, tus manos están llenas de culpa, y todo de lo que escapaste minutos atrás, te golpean cien veces peor, la función se había terminado, pero la pesadilla comenzaba una vez más.

Tus ojos se abren, y te encuentras desnuda bajo la tierra, los rayos del sol penetran tus ojos y se te es imposible abrirlos ante lo intenso de estos, te quedas ahí, sin deseos de levantarte, sintiéndote arder en tu propio infierno y no tienes las fueras de levantarte y salir de él, pero ya no duele, ya no sientes.

Todo se siente como programado, rutinario, dolor, buscar el alivio y después de ello el arrepentimiento, pero te da miedo, miedo por que poco a poco del arrepentimiento no queda nada, tomas un poco de fuerza para sentarte y mirar a tu alrededor, soledad, silencio, vacío, suspiras tratando de llenar tus pulmones de aire y te levantas, borrando tu memoria, arrancándote los sentimientos y alzando esa guardia que día a día va resguardando todos esos sentimientos que deseas jamas quieran volver a salir.

Llegas a ese lugar que ha sido tu casa por un año ya, fingiendo ser inquebrantable, una mirada fuerte y una sonrisa amistosa posándose en tus labios, nadie debe oler, ni mucho menos notar lo rota y débil que estas, tú tienes permitido todo, menos verte débil y desecha ante esos pares de ojos, sientes el peso en tu espalda, ser el ancla cuando más fuera de ti te encuentras, es tan desgastante, pero te has vuelto una experta en fingir, nadie sabe, nadie debe saberlo. Resoplas al ver las caras de admiración y respeto y te sientes sucia, preguntándote por que te miran y te guardan tanto respeto si eres el ser más desagradable y vil te la tierra, pero no tienes opción, nunca la has tenido.

-¿Todo bien?- Escuchas preguntarte y no saben cuánto odias esa pregunta, pero no te queda más que sonreír amablemente y afirmar con la cabeza.

-Claro- Respondes con entusiasmo, mientras tu cabeza se siente pesada y te queman las entrañas- ¿Alguna novedad?-

-Lo mismo que noches pasadas, aún seguimos rastreando, pero seguimos sin encontrar nada- Lauren asintió con la cabeza

-No quiero que se enfoquen mucho en eso, Lucia, tenemos mucho tiempo en este lugar y aparte somos toda una manada, no creo que alguien sea tan tonto como para venir a atacarnos-Ella comenzó, sus ojos viajando y analizando el lugar- Ayer volví hacer el recorrido, el área está segura-

Eraser.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora