Capitulo 30.

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Capitulo 30.

"Fuego eterno"


Un portazo azotó aquella habitación haciendo retumbar las paredes.

- ¿Y ahora por qué demonios estas molesta? - No hubo respuesta, solo unos ojos que querían matarla -Estas siendo infantil- Normani dijo rodando los ojos con fastidio mientras se dejaba caer en la cama, Dinah resopló cruzando los brazos mirándola con recelosa

- ¿Infantil? Si yo estoy siendo infantil, tu está siendo un verdadero dolor en el culo-Recriminó, ojos negros se entrecerraron en ella, mirándola con enojo

-No soy yo la que está haciendo un drama por nada-

-Pero eres tú quien siempre causa esos "Dramas por nada"- Normani tomó una honda respiración

-Ven a dormir, es tarde- Pronunció lo más relajada que pudo, pero como era de esperarse, aquella joven bruja no quiso hacer las pases

-Ni loca comparto la misma cama que tu-Escupió con enojo, Normani no apartaba la vista de ella, ojos negros escrutándola a todo momento

- ¡Oh! ¿Ahora ya no quieres dormir conmigo? ¿Quién fue la que anoche se metió a mi recamara sin permiso? – Dijo, su tono llenó de veneno, la boca de la joven bruja se abrió con indignación pura

- ¡Patán de mierda! ¿Quién jodido te crees? – Gritó llena de enojo, su cara roja de la ira, Normani ya se había reincorporado de la cama, mirándola con el ceño fruncido

-Terca, insoportable bruja majadera, que te acuestes en la maldita cama-

-No- Dijo tajantemente- Que te jodan- Y justo cuando iba salir de esa recamara, Normani la había aprisionado contra la puerta, besándola tan profundamente que Dinah olvidó como respirar

- ¿Vas a seguir alegando? Porque si lo haces, te volveré a besar- La forma tan cínica en la que se lo dijo, hicieron que el enojo de Dinah volviera en un dos por tres

-Loba estup....- Y sus labios volvieron a atacar los suyos, rozando su lengua con osadía, cambiando ese enojo, por una pasión que comenzaba a nublar su mente.

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La tensión que sentían en el trascurso del camino era abrumadora, pero por sorprendentemente que fuera, era ese tipo de tensión donde los nervios son a tu favor, sientes esa corriente de adrenalina descender por tu cuerpo, logrando que tu corazón jamás logre calmarse, tus manos pican y tu boca se seca, mientras imaginas el encuentro de su piel tocar la tuya sin restricción alguna, tus ojos viajan a ella, la vez como agarra el volante con fuerza a tal grado que sus nudillos se vuelven blanquecinos, pero sus ojos te muestran que esta tan ansiosa como tú, que desea eso tanto como lo haces tú, te muerdes el labio y luchas con tus instintos de tocarla y besarla en esos malditos momentos, jamás te habías sentido tan fuera de control, jamás la pasión había logrado que te volvieras una maldita demente, pero la necesitabas, la necesitabas tanto que todo tu cuerpo dolía.

- Mis padres no están en casa- Camila informó cuando se encontró con la mirada llena de vacilación de la mujer lobo- Les dije que me quedaría en casa de Dinah, ellos pasaran el fin de semana en casa de mis abuelos junto con Sofia- Lauren fue incapaz de responder verbalmente, solo se limitó a asentir mientras veía a Camila abrir la puerta, cuando esta se cerró y esos ojos volvieron a los suyos, todo se había perdido, Camila le extendió su mano para encaminarse hacia su recamara, subiendo las escaleras con el corazón en la maldita garganta.

Lauren estaba más que nerviosa y no tanto por ser su primera vez, si no, por el miedo de poderla lastimar, ella confiaba en Camila, sabía que sería ella quien tomaría el control de la situación esta vez, pero ¿Camila realmente confiaría en ella si le dijese los riesgos que podían pasar si Lauren perdía el control estando con ella? La mujer lobo estuvo a punto de arrepentirse, pero los labios de la castaña silenciando sus pensamientos, se lo impidieron, esta vez sus labios eran gentiles, acariciándole con ternura, moviéndose tan jodidamente lento que Lauren sintió el calor embriagarla por completo, su lengua buscó la suya y Camila la aceptó gustosa mientras la guiaba hacia la cama, Lauren gimió cuando esta se sentó a horcajadas sobre ella, separándose lo suficiente para mirarla a los ojos.

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