"¿Porqué yo no tengo eso?"

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— ¿Y te acueldas cuando Quis se cayó?—el pequeño le dijo a su mamá entre risas.

—Claro que si me acuerdo bebe —Dulce rio con ganas. Christopher solo se pudo encoger en el asiento del copiloto.

Alex había entrado a los juegos y le pidió a Christopher que lo esperara en el final del tobogán para que lo agarrara. Christopher espero pacientemente a que Alex subiera hasta lo más alto y que luego se bajara por el tobogán, pero el niño al tener las piernas tan cortas tardo bastante en llegar hasta arriba. Christopher se canso asomo por el tobogán pero ningún niño venia, miro alrededor y vio que Dulce estaba agachada anudando las agujetas de una pequeña. Christopher se puso de espaldas al tobogán y vio como el pantalón que usaba Dulce se ajustaba a todas sus curvas, no podía apartar la mirada de ella.

Dulce termino y le sonrió a la niña pelijorra la cual le regreso la sonrisa, la pequeño volvió a correr hacia sus padres. Dulce se levanto y miro hacia Christopher, el cual tenía su sonrisa torcida característica. Dulce solo negó con la cabeza mientras se acercaba a él.

La mirada de Dulce cambio.

— ¡cuidado! —solo alcanzo a decir, cuando Christopher sintió que era golpeado en la espalda, por suerte cayó en la colchoneta que había para proteger a los niños, pero nadie lo pudo salvar del silencio que se instalo en el área de juegos.

Quis ¿etás bien? —Alex se acerco a él con la cara llena de angustia. Dulce también se acerco a él.

— ¿Estás bien?—repitió la misma pregunta que Alex, aunque aguantándose las ganas de reír.

Mmh...si —Christopher intento levantarse del suelo, Dulce y Alex lo ayudaron. Christopher sintió dolor en su espalda baja.

— ¿Quieres ir al médico?

No está bien, Alex sigue jugando, yo me voy a sentar un ratito—le sonrió al niño y le despeino el cabello.

No...ya no quiero jugar. —Alex tenia lágrimas a punto de caer de sus ojos —Ya me quiero ir a casa.— El pequeño estaba asustado, pensaba que había lastimado fuertemente a Christopher.

Vamos bebe, no pasa nada, Christopher se va a sentar un ratito y va a estar bien.

No...no quiero jugar, quiero irme —Dulce ayudo a sentar a Christopher y Alex lo abrazo. Dulce suspiro.

Bien, recoge tu juguete y vámonos.

Los tres iban caminando rumbo al estacionamiento, cada vez que Christopher caminaba soltaba un quejido. Dulce ya no pudo aguantar la risa y empezó a reír. El pequeño al ver que su mamá reía, también empezó a reír. Pronto las risas tímidas se convirtieron en un ataque de risa por parte de Dulce.

Lo siento...lo siento—dijo tratando de calmarse.

— ¿Mami? ¿De qué nos reímos?—pregunto Alex subiéndose a su silla.

De Christopher cariño —dijo Dulce, Christopher la miro con el ceño fruncido.

Ah... ¿Cuándo se cayó? Fue divertido —Empezó a reír el pequeño

Él Pequeño de MamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora