Misión: Laberinto [COMPLETA]

¿Quién eres? 2/2

Narra ___

Hace un día que lo llevé a mi "refugio" y todavía no ha despertado.

Lo observo mientras está en su estado de inconsciencia. Le vuelvo a limpiar la herida varias veces, pero no despierta. Tal vez sea mejor así, para que no me haga muchas preguntas. Sé que tengo que inventar algo para explicar quién soy y que hago. Sopeso la idea de decirle quién soy y ver que hace, pero la deshecho.

Me tumbo no muy lejos de Newt y cierro los ojos. Estoy muy cansada, necesito tumbarme un poco, pero si me duermo, las pesadillas volverán, como cada noche. Siempre las mismas. Distintas de las que tenía en el Laberinto, pero siempre se repite un dato. Siempre aparecen él y su mirada llena de odio.

Me levanto y salgo para que me dé el aire. Ya está anocheciendo. Probablemente Minho y los demás estén ya lejos de la ciudad durmiendo a la intemperie.

Lo único que las erupciones y el destello no nos ha quitado son los atardeceres. Después de la muerte de mis padres, en esas horas en las que caminaba sin rumbo fijo, aprendí a apreciar las cosas que quedaban en vida. Los atardeceres es una de ellas. Los colores se entremezclan para crear una paleta de colores en el horizonte. El sol hace que la arena del desierto reluzca como oro. Hecho de menos el viento del Laberinto, ese que cada vez que corría me revolvía el pelo y me acariciaba la piel.

Vuelvo a entrar y saco comida de una bolsa, esta vez tendré que repartirla para Newt y para mí. Por una parte me alegra que esta vez no vaya a comer sola, por otra, desearía que no fuera en estas circunstancias.

Siento a Newt moverse. Se está despertando, me pongo la capucha. Me acerco a él.

Abre los ojos poco a poco y, como esperaba, una mueca de dolor cruza su cara, pero dura apenas un segundo antes de que la siga una de desconcierto.

-¿Dónde...-empieza a decir con voz ronca- ¿Dónde estoy?

Narra Newt

Me duele la cabeza y siento las extremidades entumecidas. Estoy tumbado en un suelo  de piedra. Tardo un poco en acostumbrar los ojos a la luz. No tengo ni idea de dónde estoy.

-¿Dónde...dónde estoy?

Me sale apenas un susurro, pero una voz a mi lado me sobresalta y me responde.

-Estás a salvo. ¿Cómo te encuentras?

- Bien, me duele un poco la cabeza y me gustaría levantarme. ¿Cuánto llevo inconsciente?

- Un día. No creo que debas hacerlo, puedes volver a desmayarte, el golpe que recibiste no fue muy grave pero es mejor no arriesgarse. ¿Recuerdas algo de lo que sucedió?

- Pues... Recuerdo estar con mis amigos, correr de los raros, que se me tirara uno encima y que lo atravesará una flecha... Luego salieron por los aires con una explosión y... Nada más. - de repente caigo en la cuenta- ¿Y mis amigos?

-Ellos están bien, tranquilo. Salieron antes de que todo se cayese a pedazos.

- Y.. ¿quién demonios eres tú? Nos has salvado dos veces y no siquiera nos dices quién eres.

- Eso ahora no importa, deberás confiar en mí, porque ahora mismo soy tu única oportunidad de volver con tus amigos.

- ¿Me estás amenazando?

-No -suelta una carcajada- Considéralo más como un consejo. Nada te impide que salgas e intentes buscar a tus amigos, pero si estar por la ciudad es peligroso de día, de noche lo es aún más.- buen punto- Y, necesitas que alguien te cuide ese golpe y comida. Tú elijes.