15. El camino no tomado

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Jimin se acercó, me agarró por la cintura y aplastó sus labios sobre los míos. Yo estaba demasiado sorprendida para reaccionar entonces. Sus labios eran suaves sobre los míos, yo le había besado antes, pero esto era diferente. Yo sentía lo que él era en realidad en este beso. Fue intenso. Podía sentir la ira, la pasión, el placer, todo conjunto en este beso.

Tiré hacia atrás, pero él me estaba sosteniendo demasiado fuerte. Entonces, intenté retroceder de otra manera, pero él me acercó más a él. Luego, dejó de besarme y se echó para atrás; yo me encontraba muy confusa y me sentía rara. Me besó nuevamente y retrocedió, después sonrió. Me quedé inmóvil donde estaba, mi rostro no tenía ninguna expresión. Incluso si él me gustaba, no me agradaba lo que había hecho. Soy una persona libre, no me gusta que las personas me tiren a la fuerza y me besen así.

De pronto, oí algo.

No estábamos solos.

Jimin y yo, miramos a nuestro alrededor y vimos a Tae parado allí. Él parecía sorprendido, enojado y herido. Oh no, pero yo no había hecho lo que él creía que había hecho.

—Lo sabía. Tú no cambiarás ¿no? —él dijo, mirándome.

Le echó una mirada de desdén a Jimin

—Tae...espera—dije.

—Yo no creo que deba —dijo él mientras se alejaba.

—Tae... —dije y empecé a caminar en la dirección en la que él se había ido.

En ese instante, Jimin tomó mi mano, me volví para mirarlo.

—¿Qué hay de nosotros? —preguntó—. Te lo dije, te amo—agregó.

Me estremecí ante sus palabras.

—Jimin, yo amo a Tae —susurré mirando hacia abajo.

—Oh —él murmuró, soltando mi mano de su agarre.

—Esto no me gusta, pero...lo amo —dije totalmente inmóvil.

—¿Qué tiene él que no tenga yo? —me preguntó.

Suspiré.

—No es eso Jimin. No se trata de quien es el mejor. Se trata de por quién tengo sentimientos.

—Pero él es tan poca cosa y es un nerd. Yo puedo ser mejor que eso —protestó.

Me sentí furiosa ante sus palabras.

—Jimin, yo no sé lo que tú piensas sobre mí, o lo que estás pensando sobre ti mismo. Yo lo amo, él es poco y es nerd pero por aquello no significa que no debería amarlo. Tú no tienes ningún derecho a decirme, quien es mejor para mí y quién no. Yo te gusto, pero amo a Tae. Me encanta la forma en que me ha apoyado, aun cuando fui una perra. Ni una sola vez se ha aprovechado del hecho de que soy un desastre. Él me ha ayudado a hacer frente a mi vida, él me ayudó con mi papá, me ayudó con la vida que lleva mi madre. Él estuvo conmigo en cada paso de mi vida y lo amo. Nada en este mundo puede cambiar eso. Nada —finalicé.

Jimin me miró herido.

—¿Eso significa que no hay oportunidad para nosotros? —dijo.

—Me temo que no. Tú eres uno de mis amigos más cercanos. Además, a una parte de mí siempre le vas a gustar. Tú estuviste conmigo, incluso cuando me avergoncé —agregué tranquilamente.

—En zona de amigos ¿verdad? —dijo con una triste sonrisa.

—No —le sonreí y lo besé en la mejilla.

Él me tomó el rostro en sus ahuecadas manos y me besó suavemente en los labios una vez más.

Dejé que me besara, lo merecía mucho. Retrocedió entonces y besó mi frente.

—Eres maravillosa. Desearía que pudiésemos estar juntos. Eres la primera chica, yo nunca te he dicho que te quiero —susurró.

—Nosotros siempre tendremos nuestra historia, Jimin. Los novios y novias van y vienen pero los amigos están para siempre —dije sonriendo.

Lo abracé. Me sentí mal por dejarlo, él me abrazó de vuelta.

Apoyé la cabeza en su pecho.

—Debes irte, _____. ¡Ve a conseguir a ese Tigre! Nos vemos en la escuela —pronunció con una sonrisa.

Tuve el presentimiento de que todo estaría bien ahora.

Sonreí y caminé lejos.

Corrí rápidamente, esperando que Tae no se encontrara demasiado lejos. Llegué a una pradera, vi a Tae de pie allí, de frente justo al otro lado. Él tenía sus brazos cruzados alrededor de su pecho. Él no se movía, miraba todo derecho, el viento soplaba suavemente. La hierba de color verde de la pradera bailaba al ritmo del viento. Los grillos llenaban el silencio en el aire.

—¿Tae? —dije, dudando un poco.

—Ve con él —respondió categóricamente.

—Pero... —empecé a decir.

—No me digas que no significó nada besarlo. Aun si no hubieses querido, lo besaste de todas formas. Después de haberme dicho que me amabas —dijo.

—Yo no lo besé, Tae. Él me tomó por sorpresa, me tenía apretada e inmóvil y yo estuve tratando de echarme lejos de él. Yo no lo besé de vuelta, él solo me besó —agregué tranquilamente.

—Pero eso no hace diferencia, ____. Él es alto, es guapo y es divertido, a diferencia de mí —replicó volviéndose hacia mí.

—Eso no es... —empecé a decir.

—Ve con él, todo es lo mismo, en cada historia, las chicas tienden a elegir a un tipo como ese. No a un perdedor como yo. Él es la oportunidad de cada chica —dijo.

De repente, recordé algo.

—Dos caminos se bifurcan en un bosque y yo, yo tomé el menos viable. Y eso ha hecho toda la diferencia —dije pasivamente.

—¿Qué? —preguntó Tae.

—Ahora recuerdo esas dos últimas líneas. Me había olvidado de mirar hacia adelante —susurré.

—¿Huh? —preguntó. Estaba segura de que él pensaba que había perdido la cabeza.

—He hecho una elección extraña, y así he hecho la diferencia —dije sonriendo.

Crucé los pocos metros que nos separaban, me acerqué a él dando pasos fuertes en la distancia. Sostuve su rostro entre mis manos y descansé mis labios sobre los suyos.

Al momento en que mis labios se encontraron con los suyos, pude sentir como mis rodillas se debilitaron. Siempre había leído en los libros que cuando uno besa a alguien que ama de verdad, puede sentir fuegos artificiales, chispas eléctricas, una corriente que te atraviesa completamente. Me di cuenta de que, lo que ellos decían no era verdad. Cuando lo besé sentí que el mundo a nuestro alrededor desapareció. Sentí como si solo existiéramos nosotros. Éramos uno, era todo acerca de nosotros. Este beso había sido puro, tan casto, como si no hubiese nada más puro que esto en el mundo. Sentí que los planetas cambiaban su alineamiento, cerré mis ojos. Tae me besó de vuelta, sus manos estaban en mi cintura. Una lágrima cayó por mi ojo, su mano automáticamente la limpió sin romper el beso.

No podía creerlo. Me sentía una persona fuerte. Nunca me había considerado así. No podía creer que me había enamorado de Tae, quien se consideraba feo. Estaba enamorada de él. Me encontraba prendada del chico que me había enseñado a ser yo. Quien me había enseñado cómo vivir. Quien me había hecho creer en el amor. Supe en ese instante, que este chico era mi guardián.

—Te amo —dije en voz baja cuando rompimos el beso.

—También te amo —susurró devuelta.

Alerta Bitch. | Ταehγυηg.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora