STEREK

Esta Muerto

Cap. 16

Una vez dentro de la escuela, miré a Scott.

—Una pregunta. ¿Qué vas a hacer si el Alfa no aparece? —Lo cuestioné, confundido.

—No lo sé. — Me contestó honestamente.

— ¿Y qué harás si aparece? —Le pregunté.

—No lo sé.

—Es reconfortante saber que planeaste esto con tu usual atención al detalle. —Le dije, del mismo modo sarcástico que él uso cuando lo llevé a buscar la mitad del cuerpo.

Al darse cuenta que estaba usando sus palabras en su contra, Scott sonrió.

—Dijiste que un lobo aúlla para dar su ubicación a la manada, ¿cierto? —Me dijo. Por un segundo creí que me la iba a regresar, usando mis palabras en mi contra. Cuando Scott siguió hablando, me di cuenta de lo mucho que la mordida lo había cambiado. —Espero que traerlo aquí no signifique que soy parte de su manada.

—Sí, yo también. —Contesté. Nadie quiere a un mejor amigo Hombre-Lobo parte de una manada dirigida por un Alfa psicópata. —Entonces. Todo tuyo.

Le entregué el micrófono de la escuela y me tapé los oídos. No vale la pena quedarme sordo por esto.

Claro, eso creí hasta que oí el patético aullido de Scott. Sonaba como un gato muriéndose. No solo tengo un mejor amigo Hombre-Lobo parte de una manada dirigida por un Alfa psicópata. Sino que también aúlla como ballena Orca pariendo.

— ¿Sonó bien? Fue un aullido, ¿cierto? —Me preguntó, y no tuve corazón para decirle la verdad.

—Sí. En teoría.

— ¿Qué te pareció entonces? —Dijo, emocionado.

—Como un gato golpeado hasta la muerte. —Le contesté, siendo honesto.

— ¿Qué hago? ¿Cómo debo hacerlo? —Me contestó, desesperado.

—Oye, oye. Escucha. Le hablas al Alfa, ¿bien? —Empecé a decir, mientras ponía mis manos en sus hombros, masajeándolos. —Sé un hombre. Sé un Hombre-Lobo.  No seas un Lobo-Adolescente. Un Hombre-Lobo.

—Bien. —Dijo, pensando en mis palabras.

—Hazlo. —Le ordené.

Scott se acercó al micrófono, y aúllo. Esta vez no me tapé los oídos, lo que fue la peor decisión de mi vida. Déjame decirte que ese sí fue un aullido de Hombre-Lobo.

Cuando salimos de la escuela, Derek nos miró molesto.

—Los voy a matar a ambos. ¿Qué diablos fue eso? —Gritó el Lobo-Amargado. — ¿Intentas llamar a toda la ciudad a la escuela?

—No sabía que sonaría tan fuerte. —Contestó Scott.

—Sí. Fue muy fuerte. Y asombroso.  —Añadí, y justo cuando las palabras salieron de mi boca, vi la cara de Derek. Creo que el Lobo-Amargado estaba aún más molesto que antes.

—Cierra la boca. —Me dijo.

—Ay. No seas cobarde. —Le reté.

Scott interrumpió mi peleíta con Derek diciendo: — ¿Qué hiciste con él?

— ¿Qué? —Preguntó Derek, volteando a ver a la cajuela de su coche. Deaton no estaba.

De la nada, Derek empezó a escupir sangre. El Alfa le había clavado las garras por la espalda, y lo estaba levantando. Scott me jaló hacía la escuela para escondernos, pero parte de mi quería dar la vida por Derek.