Tras un par de días con Alex me había acostumbrado a su extraña forma de ser. El hombre no me golpeaba, ni me maltrataba, y empecé a pensar que todo lo que estaba ocurriendo lo estaba haciendo por Federico, no porque realmente lo quisiera. El chico todos los días me traía un café e insistía en que no me besaría hasta que estemos en España, y que el primer beso lo daríamos en el altar. A mi me daban escalofríos cada vez que él decía algo así, porque me recordaba todo lo que alguna vez pude haber sido junto a Federico.
Alex me tenía suelta dentro de la casa, no había momento en el que no estuviera planeando mi escape, pero él no se iba y yo no estaba dispuesta a someterme a su ira, de modo que simplemente me rendí. Esa mañana la puerta se vino abajo repentinamente, dando paso a dos personas vestidas de militar, y aunque una tranquilidad se apoderó de mi, no fue hasta que vi que realmente estaban allí por mi que me atreví a suspirar.
Pero duró poco.
Alex, con rápidos reflejos, sacó dos armas, apuntando a los policías, y a mi, que estaba a su lado.
─ Vení, vení preciosa, vení conmigo. Vos vas a ser mi escudo para ayudarme a salir de acá, vas a ver. ─ dijo mientras me obligaba a ponerme al lado de él y me apuntaba con un arma a la cabeza.
La poca calma que había tenido se había convertido en nervios, y ansiedad, comencé a llorar desesperadamente.
─ t/n, llevamos una semana buscándote ─ habló un oficial, dandome la certeza de que hacía una semana que estaba junto a este psicópata, pero se había sentido como muchisimo más tiempo.
Comenzamos a caminar hacia fuera de la casa, los militares daban pasos hacia atrás y nosotros hacia delante, me temblaban las piernas, quería morirme ahí mismo. Me daba igual todo, sabía que después de esto Alex sería muy diferente, podría violentarme físicamente... sería mi fin.
Todo ocurrió muy rápido, no sabría decir muy bien cómo fué, solo recuerdo que Alex se separó de mi lado, una de sus armas quedó en el suelo, pero fue recogida en seguida por alguien, y el arma que apuntaba hacia mi seguía haciendolo. Una persona se tiró sobre el rubio y lo golpeó en la cara.
Cuando éste estaba cayendo al piso, entre mis lagrimas noté que el chico apretaba el gatillo, haciendo que una bala impactara injustamente contra mi abdomen.
Se generó un silencio, o al menos eso sentí yo.
Me miré, noté como la sangre comenzaba a brotar sobre la blusa blanca que llevaba el día de la boda, una semana antes de esto. Un grito se escuchó, pero los oídos me zumbaban, no llegué a escuchar que decía. Estaba perdiendo mucha sangre, y estaba perdiendo la conciencia, sin embargo, vi entre nubes como alguien me tomaba en brazos antes de llegar al piso.
Unas manos que podría haber reconocido en cualquier parte, porque me habían tocado muchas veces.
Las manos de Federico.
Pov. Federico
En cuanto sentimos el sonido de la bala efectuarse contra t/n todos vimos como el mundo se nos venía abajo, yo, que tenía a Alex debajo de mi, pude ver como en él asomaba una sorpresa también. Lo que el chico menos esperó era que el disparo le diera a su "amada". Lo miré con ojos de odio, y mientras un policía lo capturaba, corrí hacia t/n, que se encontraba debilitada a punto de caer al piso. Todo ocurrió muy rápido, casi sería imposible contarlo con palabras, pero es un recuerdo que siempre quedará en lo más doloroso de mi ser.
Uno de los oficiales de policía nos trasladó a t/n y a mi hacia el hospital, donde la ayudaron con urgencia.
No podía estar pasándome esto.
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Juntos, y eternos. #3 │Federico Vigevani. (EDITADA)
FanfictionTercera temporada de "Juntos" y "Juntos, contra todo" │ Federico Vigevani. / (ya editadas 5/9/21 y 16/11/21) en mi perfil. Una vez comprometidos, no hay nada que pueda salir mal, ¿cierto? o al menos eso pasa en las películas de Disney.. ...claro qu...