Juntos, y eternos. #3 │Federico Vigevani. (EDITADA)

Capítulo 8// Seguimos aqui..

Uno de los mayores problemas de t/n era la pérdida de sangre durante el camino. Llegué al hospital manchado con sangre de ella, y deseando que se salvara. Recibía reacciones cortas, un parpadeo, un apretón de mano. 

─ Vas a estar bien 

─ Está bien si no.. ─ pronunció antes de bajar del auto.

─ Amor, tenemos mil cosas que hacer juntos todavía. Vas a estar bien. 

─ Te amo, Federico. ─ temía que eso fuera una despedida, y me la arrebataron de mis manos antes de que pudiera decirle lo mucho que la amaba también. 

Mi pecho se agitaba de imaginar mi vida sin ella, sin sus abrazos y su positivismo, sin tenerla al lado mío todos los días. No. No debía pensar en esas cosas, debía ser lo más positivo que pusiera, porque así es como ella afrontaría el problema de haber sido al revés. 

Los doctores comenzaron a reanimarla, ya que la estaban perdiendo, yo, que nunca había sido un gran creyente, comencé a rezar. Por ella, por nosotros. 

Uno de los doctores que habían estado con ella salió de la sala, y me preocupé.

─ Debo preguntarle en que situación le sucedió esto.. lo siento mucho, es protocolo. 

─ Lo entiendo, ella.. lleva una semana de secuestro, en su rescate le ocurrió.. ¿sobrevivirá? ─ pregunté temiendo la respuesta 

─ Eso explica la poca alimentación que hay en su organismo, los golpes y machucones en su cuerpo.. ─ el hombre miró la ficha, fijandose de haberme dado toda la información ─ Necesitaremos donantes de sangre, ya que no podemos extraer la bala sin tener sangre para la paciente cuando termine el procedimiento.. Perdió muchísima, si hubieran demorado un minuto más la perdían... sobre eso... ─ el doctor, un hombre mayor, se acercó amistosamente hacia mi con mirada triste ─  Respecto al bebé... lo siento mucho pero no pudimos hacer nada, la hemorragia fue mucha para que el feto pudiera soportarlo. ─ un escalofrío recorrió mi cuerpo junto con las lágrimas que comenzaron a salir de mis ojos.

─ Yo..no lo sabía 

─ Lo siento mucho, tener que enterarse así... 

─ Está bien, muchas gracias doctor. 

Unos brazos me contuvieron antes de que cayera al suelo en llanto. 

─ Fede pará, ¿que pasó? ¿que te dijeron? ─ preguntó Mathias mientras parecía querer evitar que yo me partiera la cabeza contra el ladrillo puntiagudo de la pared.

─ ESTABA EMBARAZADA, ibamos a tener un hijo.. iba a ser papá... IBA A SER PAPÁ ─ dije mientras abrazaba a mi amigo, que no me dijo nada, simplemente me abrazó de vuelta. 

t/n y yo teníamos el mismo tipo de sangre, ARH+, sin dudarlo le doné la sangre que los médicos necesitaban, hubiera drenado mi cuerpo con tal de tenerla conmigo otra vez.

Cuatro horas más tarde me permitieron entrar a verla, la imagen era fuerte, t/n llena de tubos y cables, pero estaba viva, y me sonreía con su pálida piel. 

─ Soy un sapo atropellado, espero que después de esto no me quieras dejar ─ ella era tan diferente, podría estar en el peor de sus días pero de igual forma lograba sacarme una sonrisa. 

─ Estás hermosa. Siempre lo estás. ─ le dije antes de acercarme a su cama y sentarme junto a ella. La tomé de la mano sin saber que decirle, ¿ella sabría que ibamos a tener un hijo? no quería caerle con esa mala noticia también, prefería que ella no supiera nada a amargarla por eso también... 

Pero antes de poder sacar un tema de conversación sus ojos se llenaron de lagrimas. 

─ Me enteré una semana antes de la boda. Te lo pensaba decir ahí, esa noche cuando estuvieramos solos, estaba de un mes y medio... me pareció prudente. Pero cuando pasó todo lo de Alex asumí que lo iba a perder... Viví por una semana a base de café y fruta, no iba a sobrevivir.. ─ dijo mirandose las manos ─ sé que fui una tonta y que no merezco que me perdones por haberte ocultado un secreto así, solo que buscando que sea especial... la cagué.

─ ¿Querías que fuera especial? No entiendo..

─ La noche de bodas podría haber sido un sueño si te decía que ibas a ser papá, no se.. son cosas que pensé en ese momento y que ahora se ven idiotas

─ No, mi vida, te entiendo... No tenes la culpa de nada, nadie iba a saber que nos iba a pasar esto.. 

─ Pero ahora ya no está.. ─ dijo con lágrimas en los ojos ─ Me mandé una cagada, Fede... la peor de mi vida ─ se tapó la cara con las manos. ─ Soy una idiota 

Y yo que siempre le había brindado las palabras correctas, en ese momento no supe que decirle. 

Una semana después ambos seguíamos pensando en el hijo o hija que hubieramos tenido así como pensamos en el viaje a Disney que nunca hicimos, pero no nos lo decimos entre nosotros. Decidimos actuar como si Alex no hubiera existido en nuestras vidas, aunque una cicatriz en el abdomen bajo de t/n siempre nos lo recordaría... 

Había pasado una semana internada, con chequeos y estudios todo el tiempo, pero hoy día le dan el alta, y aunque debía seguir con los chequeos, y probablemente el trauma jamás se iría, saber que mi princesa y yo volveríamos a casa era un alivio.