Ms. Stalker

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Eran casi mediodía y ni el almuerzo había preparado, estaba en mi pijama rosa de unicornios y tenía el cabello alborotado en un moño de lado, pero ya era hora de darme un duchazo y esperar a Carlos, darle la gran sorpresa de verme en casa y tal vez se me apetecería ir al cine de la plaza central, tomar unos batidos en Starbucks y ver caer la noche, como hace mucho no hacíamos.

Mientras planeaba en mi mente todo lo que ese día podía hacer con Carlos, otro recuerdo asaltó y me tomó por sorpresa, era él, el de nuevo, con su uniforme azul y sus ojos pícaros ávidos de atención.

Lo que había encontrado no había sido mucho, cuando googleé su nombre no me botó mucho, excepto una de las listas de ingreso al bachillerato en una universidad local, la lista del ingreso a su maestría y una noticia de que sería catedrático en la Complutense. Me dejó un sinsabor no conseguir su Facebook ni alguna asociación con su cuenta de Gmail, el Instagram tal vez me daría más resultados pero quería dejarlo al final.

Mucho no había conseguido, pero íbamos ahí, cuando me di cuenta ya eran las 3pm y ni hambre tenía; lo que sí había encontrado eran fotos de hace 2 años de una revista local donde aparecía él y una mujer en una sesión de fotos de matrimonio, solo en una de las 2 fotos se lo veía de perfil, respingado y con porte, aún no podía creer lo que mis ojos veían. Estaba casado, él estaba casado y se veía feliz.

Me quedaron menos ganas de seguir buscando, sentí el trago amargo de la derrota, pero ¿de qué derrota estoy hablando?, creo que en el fondo, muy en el fondo quería creer que aún podíamos ser él y yo. Aunque suene incorrecto, aunque suene distante, por un segundo lo creí.

Carlos me sacó de mi ensueño con un sonoro beso, salté despavorida de mi cama, él me preguntó: ¿por qué no me coges el teléfono? ¡Te he llamado más de 10 veces! Pasé por ti a la oficina para almorzar y me dijeron que te dieron el día libre, ¿Deianira? ¿Acaso me estás oyendo?
-Si Carlos, si, lo siento, he estado un poco atareada con... con... cosas.
-Entiendo bonita, pero la próxima vez, avísame, ¿si?
-Está bien, amor. Como tu digas y disculpa de nuevo.

Carlos me preparó un super almuerzo: unos filetitos de pollo a la mostaza con papas a la francesa y ensalada de berries. Realmente delicioso. Los berries siempre me hacían recordar a mi familia y Carlos lo sabía bien, siempre trataba de que el fridge esté surtido y abastecido de berries, tenía tantas anécdotas con mis pequeños hermanos de cuando cosechábamos en el campo y lo infinitamente felices que éramos en aquel entonces, nadie creería el futuro que nos depararía luego.

Y volvió a mi mente él, el de los ojos café y mirada penetrante, sentía aún el toque de su mano sobre mi mano, sentía de nuevo su calor humano muy cerca de mi y juro que podía escuchar su respiración agitada. Volvemos al ruedo - me dije y recordé que su hermana y mi hermano Jared habían estudiado juntos, tal vez, ella era la clave para poder encontrarlo, para saber quién era ahora él y porque comenzaba a tener un extraño presentimiento acerca del sueño.

Revisé mi celular y tenía las llamadas perdidas de Carlos y Narbhy.
-¿Narbhy? ¡Que extraño! La llamaré.
Timbraba y timbraba pero no cogía la llamada, entonces comencé a revisar el Facebook de Jared y busqué a la menor de los Uribe entre sus contactos y ¡bingo! Luego de tanto buscar y buscar la hallé, era como encontrar una aguja en un pajar, ya que no se encontraba con su nombre de pila. Rápidamente busqué entre su información y ¡que creen! ¡Lo tenía como hermano! Punto a favor para mi.

Entré sigilosamente a su perfil, no podía creer lo que estaba haciendo, por un lado me sentía como una hacker/espía internacional violando la privacidad de mi ex compañero de clases y sentía tanta adrenalina al hacerlo en mi propia casa, pero a la vez no era nada ilegal así que eso hizo que mi ritmo cardíaco se normalizara por unos minutos. Me quedé absorta con la cantidad de fotos que habían, fotos de él y en las que lo etiquetaban, en fiestas, en clubes, en conciertos y por último en la universidad. Su cambio de apariencia en los últimos años había ido mejorando notablemente, y al parecer también los años habían forjado su carácter y conducta. Si, había sido un chico problema cuando fue muy joven, pero ahora era todo lo contrario! Ahora enseñaba a otros muchachos y era el catedrático más joven de su facultad, así lo confirmaba su Alma Mater en una foto de Felicitaciones. Ahora tenía una nueva duda existencial: ¿había viajado en tiempo y espacio? ¿No era demasiada coincidencia el hecho de que en mi sueño el me contará sobre sus problemas cuando era adolescente/joven?
Nunca me había sentido tan ansiosa como hoy, buscaba respuestas que nadie podía darme, ¿había sentido una conexión con alguien que tal vez era del pasado? ¿Como es que él pudo decirme exactamente lo que sucedía, pero lo que sucedía años atrás? . Más incógnitas se formaban en mi mente y de nuevo un escalofrío me recorrió el cuerpo y me hizo estremecer.
Lo demás, fue relleno, una sesión de fotos con su adorable esposa, cosa que me dio demasiada ternura de nuevo, se veían tan jóvenes, pero suponía que era lo que pasaba luego de tanto tiempo, uno tiene que tomar su rumbo, formar su familia, ser responsable y vivir. Pues parece que la vida le sonreía y no era para menos, decidí entonces que dejaría este asunto de una vez por todas. Yo no tenía nada que ver ya aquí, dejaría todo como una simple coincidencia. Solo un simple sueño y nada más. Ya quería descansar tranquila.

Creo que una parte de mí, se quedó en MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora