Lo único que quería era estar en paz y poco a poquito lo había estado logrando. Pero no. Él debía regresar.
Los segundos transcurrieron lentos mientras iba en dirección a la puerta, mi respiración se volvió lenta y mis pies parecían haberse hecho de plomo.-Buenas... - dijo Carlos, casi susurrando y cabizbajo
-Hola, ¿cómo estás?- Y me sorprendí yo misma de poder seguir articulando palabras. Él se veía como siempre, como mi Carlos, parecía que había acabado de darse una ducha, su pelo hacia un lado, sus ojos café expectantes. Aunque quisiera gritar y tirar todas las cosas, había algo en el que me hacía contenerme y al parecer esperaba esa explicación que jamás me fue dada.-Mmmm... Bien, creo. ¿Puedo pasar? - preguntó él
-Si, claro, disculpa- dije haciéndome a un lado
-Discúlpame a mi, por venir sin aviso- dijo, dándole un vistazo rápido a todo el apartamento, juro que pude percibir un atisbo de tristeza en su mirada.
-Mmm... No pasa nada, esta también fue tu casa, ya me había parecido raro que no te aparecieras- iba diciendo todo tan rápido que pareció en tono de reproche.
Él se giraba incómodo en su sitio, mirando de un lado para otro, al parecer había algo importante que él quería decir y eso me asustaba más, él aún tenía ese poder sobre mi, ese que me encandilaba y me hacía querer pasar el resto de mi vida a su lado.-¿Entendiste? - dijo Carlos
-¿Qué? - solté rápidamente.
-Deia, me he dejado el corazón diciéndote todo, no me digas que no me estabas tomando atención
-Yo, yo... Lo siento, de veras, me fui por otro lado, lo siento, mi cabeza se fue por las ramas... Yo... - comencé a sollozar
-Tranquila, yo lo siento pequeña, todo este tiempo he sido un idiota, he pensado en Rodri, en Kris, en todos, menos en ti y menos en mi, jamás he dejado de quererte, jamás he dejado de extrañarte, quiero que sepas que siempre has sido y serás la chica de mis sueños- diciendo esto y cuando menos los esperaba se acercó y me acarició la mejilla, rápidamente su toque se sintió del otro mundo, había extrañado tanto sus caricias, su aroma cerca, su calor único rodeando mi cuerpo. Nos fundimos en un abrazo y al poco tiempo ambos estábamos envueltos en lágrimas. Yo no quería que esto acabara, en este momento no pensaba en nada más que sentirme segura en sus brazos.-Carlos, yo voy a ser muy sincera contigo, aun te quiero, no quiero que esto termine, pero tengo miedo a que vuelvas a irte, así, sin explicaciones y que me dejes sin nada a que aferrarme, estos días han sido muy duros y la verdad siempre despertaba creyendo que aparecerías por esa puerta con unas flores y tu sonrisa exhuberante, que me pedirías que te perdone y que todo volvería a ser como antes. Pero acabo de darme cuenta que es como si algo dentro de mi estuviera roto, aunque quisiera volver a sentirme como antes, siento que nada volverá a ser igual.
-Deia, yo sé que si, que demoré demasiado en darme cuenta que tu eres lo mejor que me pudo haber pasado, que no debí dudar cuando tu más me necesitaste, pero quiero que sepas que eres con quien quiero despertar cada mañana, todo esto que hemos construido tu y yo, nada ni nadie lo va a destruir, que me equivoqué, pero prometo que dedicaré cada segundo de mi vida a hacerte feliz.
-Espera, yo, aun tengo mucho que procesar, entre esto de tu hijo, lo del bebé, lo de la mamá de tu hijo, esto se va a complicar demasiado, dame tiempo por favor, mantente lejos, pero no tanto, tampoco quiero que por mi culpa te alejes de tu hijo, creo que ya te has perdido bastante de él y con Kristell, bueno, creo que tendrás que aclarar cosas básicas, creo que ella se está precipitando.
-Tienes razón, esperaré, pero... ¿De qué bebé hablas? Mi hijo ya tiene 8 años, no es ningún bebé. Es hermoso... Y está en la selección de vóley de su colegio y... Lo siento, a veces me emociono mucho... - dijo claramente orgulloso
-Si, tu hijo no es ningún bebé, lo siento, tal vez tenía una percepción equivocada, debe ser que estoy hablando de más de la emoción, disculpa.
-Ay Deia, me estabas asustando, ya decía yo de que bebé estabas hablando, hasta creía que me dirías que estabas embarazada y eso si jamás me lo perdonaría, haber dejado a mi mujer sola y a la deriva, pero tranquila, estaré aquí para todo lo que necesites, ya no temas - lo decía en tono conciliador y esperanzado
-Ja, ja... Embarazada yo? Este, sabes que siempre he tomado la pastilla, no hay riesgos, jajajaaaaa, que ocurrencias dices. - sonreí nerviosamente
-¡Ay Deia! Casi me matas del susto, es por eso que te amo, contigo no hay cuando aburrirse. Bueno, yo creo que te daré tu espacio y pues, creo que debo conseguir algo muy muy cerca de aquí. Prometo venir a verte y por favor, aun no botes mis cosas, no creas que no me he dado cuenta.
-No sé de qué hablas, yo solo estaba haciendo la limpieza anual--reí socarronamente
-Ja ja... Si claro, y Papá Noel me traerá mi Audi... Si, claro, como no- él reía, me dio un beso en la frente y se dispuso a salir.
-Adiós - le dije
-Hasta pronto- recitó altamente y desapareció de mi vista.¡Diooooos!, prácticamente el lo había hecho de nuevo, solo había venido, me había dicho un par de palabras y se las había creído todas, debía de darme un baño de agua bien fría ya. Esto no me estaba pasando a mi. Casi le había dado otra oportunidad a ese por el que había estado llorando días, le había abierto mi corazón de nuevo y no tenía la certeza de que esta vez no lo haría trizas. Aún necesitaba más respuestas, más evidencia. Además que estuve a punto de decirle lo de nuestro bebé, fue un momento de debilidad, obvio, ¿pero que estaba pensando? Él acababa de procesar lo de su hijo, yo no podía cargarlo con lo del bebé. Yo podía entender lo del hijo, pero el no había ni siquiera intentado tocar el tema de "Kris", si, así la había llamado. La próxima vez si lo enfrentaría.
La próxima vez.°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°
BUENOOOO, no me odien... Sé que este capítulo está medio aburridón, aunque, que onda con Deia y el seguir ocultando lo del bebé?... Nahhh.. pero prometo que el cap que viene será bomba!
Mil gracias por cada una de sus buenas recomendaciones y su apoyo constante! 💕✌🏼
ESTÁS LEYENDO
Creo que una parte de mí, se quedó en Madrid
Roman pour AdolescentsDeianira tenía 7 años cuando se enamoró por primera vez, y nada menos que de su mejor amigo, ella lo vio crecer, lo admiró y soñó en secreto por mucho tiempo. Cuando ella cumplió 14, sus padres decidieron que debido a la crisis económica debían volv...