P.O.V. Sebastián Michaelis
Aún recuerdo aquel día en que mi joven amo decidió huir de la mansión, esa mañana decidió salir del confinamiento que se había impuesto, o más bien que nos había impuesto porque también estaba incluido; aquel día al andar por la ciudad luego de haber comprado los libros que supuestamente compensaría su aburrimiento me percate como vivazmente miraba a su alrededor como tratando tal vez de memorizar cada detalle de las calles que recorríamos.
Cuando regresamos a la mansión, rápidamente se encerró en su habitación, pero pude escuchar como caminaba de un extremo a otro de ese lugar y solo se detuvo cuando fui a irrumpirlo para arroparlo a dormir, en donde me di cuenta de que su rostro mostraba una latente determinación de huir, entonces entendí que ya había tomado una decisión y yo no me iba a entrometer.
Al abandonar su habitación inmediatamente me dirigí al techo de la mansión esperando lo que ya sospechaba. En minutos lo vi salir a toda prisa, usando su velocidad inhumana, deteniéndose a una distancia óptima, en donde se quedó brevemente observando la mansión, algo que me intrigó, así que me concentre en el sonido de su respirar y los latidos de su corazón para tratar de leer lo que sentía pero me sorprendí al escuchar sus palabras de despedida, para luego desaparecer en la inmensa oscuridad.
Me quedé algo atónito, aunque en segundos y llevado por la inercia comencé a seguirlo, pero abruptamente me detuve al darme cuenta de lo que estaba a punto de hacer, enfadado, retorno a la mansión, con la idea de que él volvería y no por sentimentalismo, más bien porque dependía tanto de mí que no podría sobrevivir por su cuenta, al menos es lo que pensé engreídamente.
Pasaron 3 días y salí a buscarlo por toda la ciudad, pensando que estaría ahí, pero no lo encontré, di un salto y aterrice en el lugar más alto de la ciudad, me crucé de brazos viendo cómo los humanos avanza por las calles, me quedé ahí, esperando, tal vez alguna señal o simplemente que me invoque, algo que podía hacer gracias al sello del contrato, sonreí con malicia al pensar que lo haría en cualquier momento, pero no ocurrió.
—Ese mocoso no aguantara más tiempo por su cuenta. —Murmuré con esa sonrisa tan perfilada en mí.
Sin perder más tiempo regresé a la mansión y la destruí sin esfuerzo, con solo el simple tronar de mis dedos, y el lugar se convirtió en un mar de llamas hambrientas que devoraba con velocidad cada parte de la residencia. Una sonrisa de satisfacción surco mis labios al pensar que ya nada me retenía al mundo humano, ni mucho menos el mismo Ciel Phantomhive, quien había decidió morir por su cuenta, del cual me parecía perfecto, aunque, debía esperar ese momento para ser libre en su totalidad.
Me di la vuelta dejando atrás aquel lugar para sumergirme al sitio del cual pertenezco; el infierno, ahí, el tiempo es irrelevante, que por consecuencia no sabía con exactitud cuánto tiempo llevaba aquí, pero a pesar de ello, los recuerdos de lujuria que pase con Ciel asaltaban mi mente, torturándome, y cada vez que eso pasaba me quedaba contemplando el sello del contrato del cual me hacía entender que aún seguía con vida.
No puedo conseguir sacar esos recuerdos de mi mente,
y una especie de locura comenzó a evolucionar.
Intente reprimir todas esas reminiscencias, pero era imposible, su ausencia estaba golpeando cada parte de mi ser, y eso me frustraba en demasía
—¿Cómo es posible que un demonio como yo se sienta así por alguien que alguna vez fue humano? —Me pregunté con indignación, pues era irritante no poder entender lo que comenzaba a sentir.
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Tú Olvido y Mi Pasión
FanfictionDespues de haber sido en convertido en demonio, Ciel decide abandonar su vida normal y esconderse, sin pensar que terminaría enamorandose de su mayordomo, aunque las cosas no saldrán como el esperaba, por lo que tomara una decisión apresurada... Dec...