Shinya es una persona muy rara, sin mencionar que sus gustos son algo extraños entre sí.
Un día que estén libres de sus responsabilidades en el ejército podría saludar al Teniente Coronel Ichinose usando un suéter rosa chillón. Al otro día, si quería, podría usar ropa holgada y tener toda la pinta de un hippie.
También le gustaba el estilo vintage y la ropa elegante. No se contiene de vestir chándal de vez en cuando como si fuese a correr, cuando la mayoría de las veces sólo va a buscar a su amado gruñón. Borracho podía vestir en su apartamento sólo ropa interior y abandonaba cualquier tipo de inhibición (cosa que, de todos modos, no tiene). Esas noches en las que se ponen a beber juntos normalmente terminan con un Shinya desnudo parcial o totalmente, lo que en realidad no suponía nada malo para la vista de Guren.
Una mañana Guren podía despertar en la cama del albino con música clásica. Otros días le tocaba escuchar rock o hip hop, en ocasiones es indie lo que percibe al volver a la realidad. A veces el merengue resuena con ahínco en la estancia tan alto que estuvo a punto de caerse de la cama un día.
Y sus películas, por el amor de Dios. Películas viejas de trama malísima, las historias rosa que tanto odia y Shinya insiste en colocar. Ciencia ficción, paranormales, clásicas, humor negro, vampiros, superhéroes, series animadas... Perdió la cuenta hace mucho de cuántas ve. No entiende cómo tiene tanto tiempo para sus pasatiempos con el trabajo que tiene.
Lo que Guren ignora es que Shinya no se ve como el único excéntrico. El albino, como el acosador número uno en cuanto a Ichinose se trata, nota las manías extrañas de su amado. Es consciente de que suele ordenar muebles u objetos en la sala muy seguido aunque no muestran ninguna imperfección a sus ojos, pero para los del moreno sí. Más de una vez nota que las pocas veces que suele decir algo tierno, frunce el ceño profundamente e insulta a la misma persona, como si buscase equilibrar su amargado ser.
En los días donde se encuentran en el apartamento del otro suele ver que viste con sudaderas o camisas de franela. Siempre va despeinado y con un ligero aspecto desaliñado, como si dijera que le vale verga verse bien para él o no; pero el de ojos azules, siendo alguien tan perspicaz, advierte que huele a perfume y su cabello sugiere que al menos intentó hacer algo bien. Esos gestos debían hacerlo sonreír como un bobo ya que Guren solía fruncirle el ceño con incomprensión.
Podía ser tan desagradable como era con la gente, pero se mostraba adorable e infantil cuando veía a un gato. Habían muy pocos en esas tierras devastadas, en realidad. Una de las escasas veces que se encontraron uno, el moreno fue directo a tomarlo entre sus manos y permitió que el minino frote la cabeza contra su mejilla. Era tan tierno que Shinya llenó muchas fotos en su álbum de ese evento, cosa que hizo que el de ojos violetas se avergonzara.
Su obsesión con el jazz es la mayor de sus excentricidades. Recuerda que una vez Kureto tachó a Guren de pretencioso por ese gusto. No sabía qué pensar de eso.
Aunque la mayoría conoce el gusto de Ichinose por ese género, sólo él sabe que también lo suele poner mientras tienen sexo.
Justo ahora la música de jazz resuena en el lugar.
Gime quedo en el oído del moreno. Sus suspiros y la melodía acompañan el vaivén entre sus caderas. Siente que sus labios se rozan en medio de unas caricias que le ponen la mente en blanco.
—Eres un excéntrico —susurra el de hebras plateadas en su oído.
—Mira quién lo dice.
Es difícil concentrarse mientras empuja contra su amante. Hiiragi teme que sus brazos dejen de aguantar su peso y se caiga sobre Guren. Cortaría la pasión del momento, sin duda.
Hay algo indescifrable y enigmático en los ojos rasgados del moreno mientras lo mira. Algo que lo desnuda más que el acto que están consumando. Desnuda su alma con su mirada y sabe que, por mucho vértigo que le dé, se quiere entregar a él.
Logra agacharse un poco contra sus labios.
—Pero al menos yo no soy el que tiene el fetiche de hacerlo escuchando jazz.
—No es un...
—Sí, sí. Lo que tú digas, mi lindo Guren.
Dejaron la conversación porque Shinya siguió embistiendo mientras lo mira a través de sus ojos entrecerrados. Su mejor amigo es precioso. El pensamiento se incrementa al verlo emitir debajo de él un gemido con voz ronca. Definitivamente ambos son muy raros, con sus propios gustos e incluso fetiches peculiares. Aún así, ¿no es mejor que sean extraños juntos?
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N/A: Espero que no todos se hayan ido. Ya sé que tardé en publicar. Pero lo hice, eh.
La siguiente viñeta será el final. Trataré en lo posible de actualizar pronto.
Nos vemos hasta eso, bebés.
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Una palabra
Fiksi PenggemarConjunto de viñetas/cortos sobre posibles vivencias entre Shinya y Guren, derivadas por una palabra como el tema principal del relato. Están, en su mayor parte, ambientadas en los cuarteles del Ejército. Contiene humor, amistad, romance, cotidianida...