Las horas pasaban y con ello los resultados del concurso estaban más cerca de ser revelados.
Samantha por su parte permanecía sentada, moviendo frenéticamente su pierna en un intento de controlar su pulso, estaba ansiosa por salir y volver donde Daniel, para rogar por un trabajo que involucrara lastimar, o en todo caso, matar.
Su familia se acercaba apresurada y por ello se puso de pie para caminar a la salida y montar un coche que había estacionado. Miro por el espejo, los rostros de preocupación por parte de su familia rompieron su corazón, pero no permitió que la detuvieran.
Al llegar a la mansión, los hombres abrieron las rejas, su choque avanzo lento mientras miraba a detalle los rostros burlones de todos los empleados, de inmediato sus sentidos despertaron sabiendo que nada bueno le esperaba.
Al estacionar y bajar de su coche un hombre le indicó que lo siguiera, avanzaron entre los pasillos y pararon en aquella habitación que odiaba con toda su persona. Al entrar su cuerpo se quedo rígido, ahí frente a sus ojos se encontraba David, atado a una silla, con cinta cubriendo su boca.
—Que bueno que llegas Samantha —le dijo en un tono divertido mirando a su hijo con superioridad
—¿Qué está pasando?
—Pasa que descubrí su traición —señalo con su dedo a su hijo —te contacto, te llevo hasta su mansión y te dio información suficiente como para que trabajaras para él
—Estas equivocado —interfirió tratando de ayudarlo, su pulso ya estaba disparado, sabía lo que vendría a continuación
—No hace falta que mientas, lo sé todo —apunto el arma que sostenía a la cabeza de David
—¡No! —el pánico inundo la voz de Samantha y solo logro que la furia creciera en Daniel —por favor
—¡No quiero que supliques Samantha! —grito con cólera en sus palabras, bajo el arma y se puso delante de ella —¡quiero que seas despiadada!, ¡que no seas débil cuando de matar aún conocido se trata!, ¡Traidores como el merecen pudrirse en el puto infierno!
Samantha solo se limito a dejar brotar lágrimas de sus bellos ojos color azul, desvío la mirada a David, sus ojos le transmitían paz dándole a entender que todo estaba bien, que no había resentimiento, y la pequeña sonrisa que le regaló agradecía su ayuda. Se iría con toda la dignidad posible.
—Que esto sea una lección O'connor —le dijo Daniel cuento volvió a avanzar a su hijo y apuntar su cabeza —nos vemos hijo mío —jalo el gatillo del arma y el estruendo creo eco en el vacío lugar
Samantha cubrió su boca con ambas manos, se sentía culpable por no haber encontrado a David antes que Daniel, en ese momento volvió a la realidad y se golpeo mentalmente por querer ser una asesina y por haber disfrutado tanto al matar aquel hombre que solo había sido un juguete más.
—Si quieres que el trato prevalezca deberás ser más fuerte —con esas ultimas palabras salio de la habitación sin ningún tipo de remordimiento por matar a su propio hijo a sangre fría
Se acerco al cuerpo sin vida del que fue su profesor y del hombre que logro advertirla de lo que se aproximaba, respiro para tomar valor y acercar su mano a sus ojos, con delicadeza los cerro y hablo claro.
—Agradezco tu ayuda… prometo vengar tu muerte y hacer que lamente cada segundo de su miserable existencia—susurro con odio y tristeza desde lo más profundo de su ser
Con una ultima mirada salio del cuarto y volvió a su habitación, todo exactamente a como lo había dejado antes de marcharse, entro a la ducha y dejo que —como siempre— todos los problemas se fueran con el agua tibia, una vez afuera seco su cuerpo y se vistió con algo cómodo, tomo tiempo para mirarse en el espejo, con cuidado cepillo su cabello para quitar los pequeños niudos.
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Traición [Trilogía T. 1] ✅
Ciencia Ficción"Los protegeré. Aun cuándo todos me odien" Samantha O'Connor es una traidora. Samantha O'Connor es una asesina. Samantha O'Connor es una criminal. Samantha O'Connor es un ser despreciable. Todos vieron sus crimines, la desonra que provocó a su famil...