(1-3)

368 3 1
                                    

1.

Todos saben que en realidad nuestro Colegio es uno de los peores de la ciudad de Charcas. Tenemos compañeros que podrían parecer los más listos, sin embargo, al momento de los Juegos Florales de Arte y Ciencia nos llevamos último lugar. Nuestros deportistas son normalmente descalificados a mitad de juego, los organizadores sostienen que desobedecemos las reglas. Nuestros profes... por así decirlo, discuten con esos sujetos de traje y corbata asfixiante hasta llegar a los puños, y ya no sólo somos descalificados nosotros, sino la integridad de nuestro colegio. Eso en realidad no importa, y aunque parezca extraño, cada año siempre existe una fila larguísima para las inscripciones de nuevos estudiantes, y es que la gente sabe que este es el único establecimiento capaz de sobrevivir a una catástrofe zombi.

2.

Los primeros indicios de una posible invasión zombi se sospecharon con unos extraños sucesos. Llegó la noticia de que en el acantilado que limita a las provincias de Ikuma y Lacas, a ocho o diez kilómetros de la ciudad, habían encontrado varios restos humanos, todos "vacíos", es decir, sin ojos, sin órganos. Y pese a que aquel cuadro pueda parecer escalofriante, lo terrible fue que muchos de los pobladores de aquel lugar atestiguaron que la noche anterior al entierro, los cuerpos vacíos se levantaron y empezaron a merodear las casas, como si trataran de cercarlas. En el vacío de sus ojos surgía un brillo misterioso, ése de aquel quien desea las posesiones de los otros.

Esto ocurrió hace más de cincuenta años. Esos pueblos son ahora la sombra de lo que fueron en aquella época. El Censo más reciente sostiene que la población de aquellos pueblos ha migrado a ciudades como la nuestra y, actualmente, apenas viven alrededor de veinte a treinta familias, todas con habitantes cuya edad promedia entre los cincuenta y sesenta años. Además, el principal número de casos con personas diagnosticadas con esquizofrenia ha provenido de ese pueblo y han sido albergadas en el Manicomio de Charcas. El destino de aquellos dos pueblos, de alguna manera, ya está sellado.

3.

Puede que la relación de aquellos indicios no conduzca al camino adecuado. Sin embargo, desde que El Gobierno ha firmado un par de convenios y alianzas para el desarrollo del Nuevo Orden Nacional, no podemos temer más que aquellos indicios no son más que cebos para una trampa mayor. Entre los militantes de las marchas en apoyo al Gobierno, se han tomado capturas fotográficas de personas a quienes se les caen los ojos o son arrastradas con facilidad por el embate del viento. Todo esto, más algunas historias que llegamos a escuchar de los antiguos pobladores de Ikuma y Lacas, nos llevan a sospechar que lo peor aún está por ocurrir.

¿Y cómo sé todo esto? Bueno... aún estudio allí, en el Colegio San Juan Bautista, y estoy a dos años de graduarme.

SOBREVIVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora