(31-32)

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31.

Desde que vi aquel bicho salir de mis entrañas no dejé de sentir un terrible dolor en mi cuerpo. No quise moverme, prefería mantenerme quieto, sólo observando a la gente que había alrededor. Tampoco quise hablarlo con el Grupo, no se lo dije a Valentina, mucho menos al resto del grupo. Sólo asentía. Y como estaba alejado del grupo, no podía saber ninguno de sus movimientos. Así que la cosa me estaba deprimiendo bastante.

Aunque... quizás no sea oportuno, pero, pese a la tristeza que sentía en mi interior. La gente me decía que no me veía mal, sólo que parecía que todo el mundo me valiera un comino... que no importara en lo absoluto. Yo dije que no era así, pero mi forma de decirlo, la pausa y desgano de mis palabras, mi inexpresivo rostro, eran los que revelaban aquello.

No quise creer en nadie y fui de volada hacia los baños del colegio. Allí, me miré al espejo y quise reír... no podía, me forcé a reír tratando de recordar algunas situaciones, lo conseguí. Mi interior decía que estaba riendo, hasta logré sentir las pequeñas lagrimillas en los ojos, pero cuando me miré al espejo, en el rabillo de mis ojos no había rastro de ninguna lágrima.

No sabía qué sentir.

32.

Traté de pensar en algo... en alguna razón. Quizás debía confesárselo al grupo, pero ya estaba muy relegado para darles una razón más. Preferí el silencio. Buscar a otras personas. Pensé que si hablara con el profe de Ciencias, el viejo y renegón de López, me podría ayudar. Le confesaría algunas cosas que estaban ocurriendo en el colegio... sí, esa era una de mis opciones.

Tuve que pensar un momento propicio para abordarlo, por lo que, antes tuve que tratar con Valentina, quien empezó a notar esa mi frialdad. Ese mi hablar distante y apático. Quizás, no pudiera expresar con claridad mis emociones, pero ella los vio desde otra perspectiva.

"Te ves muy tranquilo", me dijo, "no creo que estemos en un momento para sentirnos así, hasta donde sabemos, irán metiendo a los profesores a ese cuarto."

"¿En serio?"

"Sí... la verdad, es que yo estaba pensando salirme. No creo que consigamos nada. Todo el tiempo estamos divagando, pese a que entrenemos, como si fuéramos una especie de servicio militar, sin armas, sin más que nuestra fuerza y nuestro ingenio de improvisar. Yo me había imaginado un equipo de grandes luchadores, y no es que desprecie a los chicos, sino que siento que no llegará nada a ocurrir. Además, veo injusto que te hayan sacado del grupo por algo tan pequeño, no ha pasado nada aún."

"Pero, puede que el temor que ellos sientan sea verdadero."

"No sé...", su rostro estaba cansado.

¿Podía alentarla? ¿Decirle que los temores eran verdaderamente fundados? ¿Qué acaso no le bastaba con haberse enterado que uno de los profes fue asaltado y asesinado, y aún estaba ahí, como si no hubiera ocurrido nada? Tal vez debía confesarle lo que sufrí, pero no, no lo hice. Sólo le miré a los ojos.

"Es mejor que esté aún así. Las peores noticias llegan en los momentos menos pensados."

;m

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