13.
“Apenas nos dimos cuenta escapamos sin mirar atrás”, terminé de contarle a Clara respecto a esa noche.
Me miraba atenta, con los ojos bien abiertos. Era viernes, casi a las seis de la tarde, estábamos regresando de la Biblioteca, con un trabajo de Ciencias que habíamos revisado, nos detuvimos en el parque a tomar unos helados. Pese a que los primeros vestigios de otoño comenzaban a caer en las hojas de los árboles, el calor aún era bastante pronunciado, casi calcinante.
“Esos profes son bastante raros. No creo que esto se quede así, pero me parece más raro que no haya pasado nada hasta ahora.”
“Vimos las noticias y en ninguna se informa la muerte de alguien.”
Ambos sentados en una de las bancas del parque. No supe qué decir, de verdad estaba preocupado, y ella también... aunque jamás se lo preguntó a su hermano, prefería saberlo desde mis palabras. En ese silencio, ella dijo lo siguiente
“Tenemos que reunir al Club, ¿te parece el próximo viernes?”
Me opuse... quizás lo más importante no estaba relacionado con el grupo, pero quería que efectuáramos las reuniones aunque sea en mi casa. Clara dijo que sería en la Biblioteca y yo me imaginaba que no nos dejarían en paz, con todo el ruido y todas las personas moviéndose de un lado a otro.
“No quiero que se los digas, pero he resuelto que lo mejor será disolver el grupo”, dijo con un aire serio y seco, y detrás de aquello con un dejo de bronca y cansancio.
14.
El sólo hecho de ser el único, que supiera de la noticia, era como si tuviera una bomba en el curso y sólo fuera yo quien conociera el momento en que reventaría. Era una angustia bastante molesta. No estaba dispuesto a que el Club se disuelva, me parecía una idea apresurada. Así tuve que esperar a que la nueva semana ocurra con las clases... un nuevo lunes, otra vez...
Cuando nos presentamos, había, conjuntamente alineados con los profesores, un grupo de policías. Vi hacia el grupo de Chris, lucían nerviosos... no ocultaban la idea de que tal vez se haya descubierto el cuerpo del Cara-de-Sapo.
Sin embargo, Clara y yo teníamos su materia, que fue cubierta por un maestro sustituto de manera temporal... ¿Sustituto, sólo sustituto? ¿De manera temporal? ¿Que acaso no lo había visto sin pulso... muerto? Fue lo que pensé en ese momento. Clara también se extrañaba.
El sustituto pidió que vaya a la dirección a recoger unos textos que había olvidado, quise negarme, pero él insistió en que fuera yo... parecía una actitud sospechosa... Clara me apoyó, dijo que ella también iría, sin otra alternativa nos envió a los dos. Temía a que los policías allí presentes habían dado con nosotros, pero también resultaba raro que el Cara-de-Sapo no hubiera muerto.
Al bajar, no obstante, nada de aquello ocurrió... quizás, eso hubiera sido lo más lógico... lo más probable, aquello que estaba sólo en nuestra cabeza y en la de los chicos del grupo de Chris. Cuando recogimos los textos del sustituto, dirigimos nuestra mirada hacia la Oficina de Monitoreo Educativo, los policías empezaron a ingresar allí.
15.
Clara no podía contárselo a Chris, ni a nadie. Según el grupo, éramos los únicos que sabían aquello, así que inmediatamente escribí a Chris un mensaje para tranquilizarlo, aunque no estaba muy seguro si la noticia de saber que alguien, que supuestamente habíamos matado, en realidad no estaba muerto. Sonaba bastante confuso. A tal punto de que Chris me llamó para quedar esa misma noche con el resto para que les cuente todo con detalles, todos estaba aturdidos y necesitaban una aclaración.
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SOBREVIVE
RandomEl Colegio San Juan Bautista es el peor de la ciudad de Charcas, pero es el único establecimiento capaz de sobrevivir a una arremetida zombi. Y aunque haya anuncios de una posible invasión, la aparición de un nuevo personal docente y estudiantes de...