MARATÓN!

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Capitulo 11

Al día siguiente en clase de matemáticas, el profesor explicaba el teorema de Pitágoras, mientras yo pasaba los dedos por las lineas cuadrículas de mi cuaderno, cuando se escuchó que alguien abría la puerta con cuidado.

— Buenas, ¿podría hablar con alumna Lucía, por favor?

La clase entera voltea mirame, una vez más, hubo un murmullo alrededor. Todos se miraban entre sí y se secreteaban. Se preguntaban para que buscaría el director a la alumna nueva.

Yo permanecí inmóvil. Sin hacer gesto alguno. Levanté el dedo del cuaderno, me puse de pie, esperé el consentimiento del profesor y caminé hacia la puerta.

Ni bien estuvimos fuera del salón el director puso una mano sobre mi hombro y yo sólo sentí asco. Me llevo caminando por el pasillo como la había hecho alguna vez Alicia y sentí mas asco todavía. Un nudo en mi garganta.

— Mira Lucía supongo que no te extrañará porque te buscado, ¿no?

Me quedé en silencio. Bajé la mirada y la clave en el suelo.

— Solamente te quiero decir que lo que viste ayer es una cosa de grandes, algo que no debiste haber visto.

Miré sus bigotes grises. El botón de la panza a punto de disparar si se mi pecho. No entendí como Alicia podía haber estado con eso y a mí no era capaz ni de hacerme un comentario sobre mi corte de pelo.

— Si te digo todo eso es porque quiero que lo entiendas bien para que después no haya malos entendidos y se arruine la paz del colegio, ¿me dejó entender? — Moví la cabeza de arriba a abajo.

— Para ser exactos — demoró un instante recordar mi nombre — Lucía, lo único que te estoy pidiendo es discreción. Supongo que tampoco querrás ver de involucrada en un lío después, ¿no es cierto? — Moví la cabeza de un lado a otro. — Entonces es buena y quédate en silencio, ¿si? Lo de la profesora Witz y yo es cosa de nosotros y no la tiene por qué saber nadie, especialmente nadie del colegio.

Asentí. Mire sus grandes zapatos marrones, viejos y sucios como él.

— Gracias — y, viendo a ambos lados, vigilando que nadie lo estuviera mirando, pasó una mano por mi pelo — eres tan linda, chiquita ... Yo puedo ser muy bueno contigo, pero sólo si tú lo eres conmigo. No me gustaría que nada malo te pase nunca pero yo te voy a cuidar solo si me cuidas a mí, ¿okay?

HAY UNA CHICA EN MI SOPA©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora