II- Gestos que marcan

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Tan tranquilo, a paso lento me dirigía a la academia

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Tan tranquilo, a paso lento me dirigía a la academia. Todavía no había empezado a relacionarme con los chicos que serían mis futuros amigos, pero bueno, tampoco quería apresurar las cosas demasiado. Aunque a decir verdad, la paciencia nunca había sido mi fuerte.

Absorto en mis pensamientos, unos extraños ruidos me hicieron detenerme. Provenían del callejón que estaba poco más adelante a la derecha.

¿Gemidos?

Extrañado y sin retener mi curiosidad, me asomé sigiloso. A simple vista tan solo podías ver un montón de bolsas amontonadas de basura. Pero sin duda, eso eran gemidos.

–¡J-joder...! –vale, acababa de confirmar con una sonrisa de incredulidad que habían dos personas haciendo cosas obscenas.

Ya estaban divirtiéndose como cerdos y no eran ni las siete de la mañana. Escuché el típico sonido de una cremallera cerrándose, "fwip" reproduje en mi mente. Me escondí al instante, intuyendo que ya habían acabado.

–Esta vez ha estado mejor, toma la recompensa –y no pude quedarme más de piedra. Aquel hombre salió de su escondite entre la basura y se incorporó. Pero lo que me impresionó más fue la chica.

Iba a mi clase.

El hombre, de unos cuarenta o así, se fue sin prestarme atención. Lleno de emoción, fui hasta donde estaba ella, con los labios hinchados llenos de semen.

–¡Vaya, hola Yaoyorozu-chan! –de la sorpresa se cayó hacía atrás, golpeándose la cabeza con la pared. Lo primero que hizo fue taparse la cara.

–¡¿Q-que haces aquí, Todoroki?! –sus ojos estaban tan abiertos que parecían que se iban a salir.

–¿Mmh? Pues ir a la escuela –estaba tan nerviosa que verla así por mí me estaba empezando a agradar. Tenía el control de la situación.

–¿¡QUE COÑO MIRAS!? –espetó iracunda.

–Nada, nada, simplemente no me imaginaba que tuvieras este tipo de pasatiempos – hice la sonrisa burlona que siempre adornaba mi cara, eso la enfureció aún más.

–Como se lo digas a alguien...

–¿Qué? –di un paso hacia adelante, apreciando su expresión rota.

–¿Que tengo que hacer para que te calles? –sugirió rápida, sin parecer tan desesperada como en realidad estaba.

–Oh no, no, yo no quiero que te denigres así por mí –reí ante su propuesta. El brillo de odio en sus ojos se acentuó–, pero me gustaría saber por qué estás haciendo esto, ya que bueno, eres una futura heroína –bajó la vista y se levantó, enfrentándome. Sus labios ya estaban limpios.

–No es de tu puto interés –me dio con el hombro al pasar por al lado de forma brusca.

–¡Nos vemos luego, Yaoyorozu-chan! –la escuché rechistar antes de quedarme solo en aquel callejón.

【Inverted】- PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora