Kacchan no quería ser un héroe.
Izuku molestaba a Kacchan.
Todoroki reía sin parar.
Kirishima tan solo buscaba soledad.
Sus problemas se entrelazaban más y más. La terrible adolescencia de cuatro chicos que no sabían cómo actuar ni tampoco cómo...
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Tal como esperaba, aparecieron en la hora del entrenamiento de rescate. El plan de la USJ de mi maestro se estaba llevando a cabo.
–¡Inicia el desalojo, Número 13! –Aizawa-sensei se puso serio por primera vez– ¡Prueba a llamar al edificio principal de la escuela! –parecía que los villanos habían llegado por arte de magia de algún lado. Ni la gran cúpula de la USJ estaba rota, ni había un boquete en la pared.
Sonreí, ¿quién les habría abierto la puerta?
–¡Cuida a mis perlitas de oro! –nos sonrío antes de ponerse sus gafas y lanzarse al ataque. La mayoría de mis compañeros estaban asustados, paralizados, sin ni siquiera emitir ruido alguno. Mis ojos fueron directos a Kacchan, que se estaba ocultando detrás de Kirishima.
Que asqueroso.
Con varios movimientos rápidos, Aizawa-sensei nos mostró que era digno de su nombre de héroe, Eraser Head. Con agilidad, esquivaba y aturdía a los villanos. Era realmente bueno. Utilizaba su bufanda, que estaba hecha de una tela de aleación de alambre de acero, tejida con nanofibras de carbono, para capturar e inmovilizar a los objetivos. Pero la suerte se le acabó al notar que la mayoría de sus contrincantes eran de tipo atípico, con un quirk que es una parte física del usuario, y como resultado, están siempre activos.
–¡MOCOSOS, NO OS QUEDÉIS MIRANDO! –gritó Número 13 al ver qué como yo, habían unos cuantos más intrigados por la pelea.
–¡Tenemos que resguardarnos! –explicó Kaminari, ya asumiendo el rol de sub delegado. Que plasta podía llegar a ser ese chico.
–Todavía no –una voz grave pero a la vez suave nos sorprendió. Ante los alumnos ya preparados para huir, apareció una especie de neblina, blanca y extrañamente agradable.
–Somos La Resistencia, y ahora os pondré a salvo –¿La Resistencia?
Miré a Aizawa y a Número 13, analizando sus reacciones. No parecían saber nada del plan de la USJ, ya que se les veía realmente angustiados. Entonces no podrían darme ninguna pista, pero, ¿qué era todo esto? ¿acaso también formaba parte del plan?
La neblina se propagó a nuestro alrededor. Aún contrariado por todo, me alejé de un salto, pudiendo reaccionar. Al cabo de unos segundos se abrió un vórtice, impidiendo a Número 13 utilizar su poder. Era peligroso si estaba rodeado de alumnos asustados. Con duda, contemplé la escena.
De nuevo, me enfoqué solo en la figura de Kacchan. Esta vez, nuestros ojos se conectaron. Estaba llorando. Pude leer de sus labios mi nombre, pero de repente, desapareció.
Mi corazón se encogió, provocándome un dolor en el pecho desconocido. En cuanto levanté la mirada después de ese sofoco, mis compañeros habían desaparecido.
