VI- Propiedad de Midoriya Izuku

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Sin entender que era lo que tenía delante, intenté analizar mejor la escena

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Sin entender que era lo que tenía delante, intenté analizar mejor la escena.

Mi precioso Kacchan, era curioso que estuviera fuera. A él no le gustaba salir, y ahora mismo, no tendría por qué estar en algún otro lugar que no fuera su casa.

A su lado, estaba la horrible garrapata que ahora se pegaba a él, mi mayor problema en estos días. Kirishima.

Y por si no fuera suficiente, la puta de la clase estaba a su lado. Demasiado cerca.

–¿Midoriya-kun? –se abrazó de un salto al brazo de Kacchan y me sonrió–, ¡Que genial verte, y a usted también All Might! –mordí mi labio tan fuerte que noté la sangre en mi boca, con ese sabor metálico.

–Es un placer verlos, muchachos –ni me molesté en saludar, tenía los ojos clavados en los de Kacchan. Mi máscara ahora se estaba rompiendo, y no podía hacer nada.

–Que coincidencia que nos encontremos, ¿a dónde ibais? No le estarás chivando cosas de la academia ¿no, profesor? –daba asco, lo preguntaba con ese tono coqueto y simpático. Quería arrancarle los dientes y la lengua.

–No, no, claro que no –rió falsamente y negó con los brazos-, solo me iba a mostrar cómo había mejorado con su entrenamiento, ser mi sucesor es duro –ya apenas escuchaba nada. Kacchan temblaba y se encogía. Daba pequeños tirones para intentar desprenderse del agarre de la zorra pelinegra.

El maldito tiburón lo notó. Chasqueó la lengua y no dijo nada.

–Se está haciendo tarde y la semana que viene tenéis la prueba práctica, ¡más os vale entrenar y dar lo mejor! –con esa positividad asquerosa me puso la mano en el hombro y me obligó a andar.

–¡Sí! –por fin, suelta el brazo de Kacchan-. Me iré ya a casa, ¡adiós, chicos! –se fue por un callejón paralelo y se distanció de nosotros. Ambos caminaban en silencio y a una cierta distancia.

– ¡Hasta luego, muchachos! –se despidió All Might, pasando por su lado conmigo.

No pude evitar enfocarme en Kacchan. No me miró, cómo siempre. Pero hizo algo que no me esperaba, ladeó la cabeza y buscó con los ojos desesperados al inútil de Kirishima, que tan solo le hizo un ademán para empezar a andar.

Me corazón se encogió. Dolía.

­–Sabes bien que no puedes dejarte ver –me avisó en voz baja, alejándonos de ellos–, y menos aún si ese chico conoce tu verdadera identidad –la sonrisa se esfumó de su cara. Ahora tan solo miraba hacia delante serio, con un tono estricto.

–Él es mío –no tenía otra explicación, era así de simple. All Might me miró frunciendo el ceño, cómo si su obediente cachorro hubiera hecho una trastada.

–Ese capricho no te traerá nada bueno, tienes que ser más prudente, Midoriya –aparté de un manotazo su mano que continuaba sobre mi hombro.

【Inverted】- PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora