Pertenecerte.

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Luego de contárselo todo, el pelinegro le conto todo lo que había hacho esas semanas, incluso que traía la nota que el le había dejado guardada en el funda de su celular.

- Necesitaba recordarme todo el tiempo que estabas vivo... y que me amas como yo a ti...- sonrió embobado y el menor se ruborizo a mas no poder, cubriendo su rostro avergonzado.

El mayor quito las manos y dejo un beso dulce el los labios de aquel chico, dsus bocas jugaban dulcemente entre caricias tiernas de por medio.

-Jimin, se que prometí que iba a demostrarte que no estoy aqui por otra cosa que no sea cuidarte y darte cariño.... pero....- bajo la cabeza algo apenado por aquello que iba a pedirle al joven.

-Pero?- el rubio se asusto un poco, acaricia con cariño la mejilla de su mayor y lo miro expectante.

-Quiero... podemos... bueno, ya sabes... nosotros...- se sintio tan torpe al no poder formular correctamente la oración, estaba tan ruborizado que el calor en su rostro lo haría explotar en llamas.

El rubio soltó una risita divertida, entendido a lo que el mayor se refería y sintió ternura por la forma tan inocente en que le estaba pidiendo tener relaciones; le dedico una sonrisa tan pura que Yoongi solo pudo quedarse hipnotizado en ella.

-Si Yoongi... si quiero, quiero pertenecerte.- dijo en voz baja tan solo para ellos dos, acariciando ahora la curva de su cuello.

El mayor lo miro a los ojos, quedándose en ellos por un minuto.
Acorto la distancia entre ellos y lo beso de manera lenta, que conllevaba una cierta intensidad emocional; toda la vida sexual del menor se había basado en sexo, nadie jamas se había preocupado por su cuerpo o hacerlo gozar, mucho menos hacerlo sentir amado.

Mientras recostaba al menor debajo suyo en la cama, este se sostuvo de su cuello, repartiendo mimos y caricias en su nuca, intentando apurar todo, de sexualizarlo. El mayor se separo con delicadeza.

- Mi amor... tranquilo, tenemos todo el tiempo del mundo, debes gozarlo...- hablo con suavidad y volvió a besar sus carnosos labios

No tenían protección, Yoongi jamas había tenido relaciones sin condón de por medio, pero ya era tarde, no le importó nada mas que su acompañante y el placer que quería hacerle sentir.

Jimin se atrevió a pasar sus manos por la espalda y los brazos del mayor, de forma suave, lenta, era la primera vez que lo hacia así, ni su primera vez habia sido tan dulce.
Sintió su cuerpo ser acariciado y debió romper el beso cuando el pelinegro quito su camiseta con suma delicadeza mientras las caricias no se detenían.

Se miraron un momento, Yoongi hizo viajar su mirada desde los ojos de Jimin, por todo su rostro, el filo de su mandíbula, su cuello, aquellas marcadas clavículas, el pecho y el estomago del mismo.

-Tan... perfecto...- susurro y acerco sus labios a la mejilla del menor, desde alli emprendió un camino húmedo, detallado y milimétrico, por cada lugar que había observado hace unos segundos.

Dejo suaves marcas rojizas en el cuello blanquecino, su piel estaba tersa, bajo las mismas por sus claviculas y parte de su pecho, acaricio con sus grandes manos cada curva y pliegue en sus brazos y su torso.

Bajo a sus delicados botones rozados y lamio ambos, comenzo a estimularlos con lentitud, intercambiando su boca y sus manos entre ambos, hasta que quedaron coasi rojizos y rígidos.

Los jadeos descontrolados y la respiración profunda del menor solo lo dejaban ansioso de más, se reincorporo un poco y quito su camiseta bajo la atenta vista ruborizada del rubio.

Trastorno Limite. [Yoonmin.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora