Ya con su casa en orden el castaño decidió echarse a dormir, estaba agotado, el día había sido largo y en su mente nada estaba quieto, necesitaba dormir un buen rato, unas horas al menos y esperaba en esta nueva casa poder descansar bien... Quizá las nuevas vibras de Seúl lo acunarían esa noche, quien sabe...
No ceno, a veces simplemente no lo hacía ya que su estado de ánimo le arrebataba el apetito. Simplemente se dio una ducha caliente, que por cierto le fue muy relajante y placentera, nunca se había sentido tan pleno bajo la regadera; una mínima y leve sensación de... felicidad? invadió su cuerpo recorriendo su espalda haciéndolo sentir extraño, ya que no estaba para nada a costumbrado a emociones positivas.
Al terminar su larga ducha, se puso su pijama con una sonrisa, ya que se lo había hecho Cho, quien para él era su madre ya que lo había criado todos esos años. Con su cuerpo cálido cubierto por la tela que parecía bordada en amor, se deslizo entre las sabanas dispuesto a dormir hasta quien sabe que hora.
En su pecho una mezcla de calma y dolor revoloteaban intentando ganar una pelea de vuelo, para ver quien llegaba a la cabeza del joven primero.
Por un lado, la calma de empezar de cero, se mezclaba con esa leve sensación de esperanza que inundaba su pecho, quizá esto era nuevo, quizá su vida podría ser mejor.
Por otra parte, su mente siempre en contra de el mismo, su pasado y todos sus pensamientos asechaban su mente como buitres hambrientos en búsqueda de esperanza fresca para devorar. El hecho de haberse ido del hogar no ayudaba, se sentía algo mas solo de lo normal. ¿Y si no podía solo? ¿Y si no lo lograba? ¿Y si simplemente las cosas empeoraban?
Mientras todo este remolino de emociones se apoderaba de sus ojos haciéndolo llorar como cada noche, simplemente, luego de unas horas, se durmió temblando, con las mejillas húmedas y con sus músculos contraídos, hecho un bollito en una esquina de la cama, claramente no era algo nuevo para el...
De forma muy distinta, el pelinegro, del otro lado de la pared, recién terminaba de ver su serie en Netflix echado en el sillón, sin sacarse de la cabeza a su adorable vecino que había conocido hace un padre horas, este tenía un parecido enorme con el que fue de sus primos favoritos, si, fue, ya que murió hace poco más de dos años en lo que la policía declaro como un ajuste de cuentas por parte de un grupo mafioso coreano que buscaba saldar cuentas con su pequeño primo, el caso había quedado a medias, ya que obviamente tola la maldita policía estaba jodidamente comprada y por arte de magia nadie sabía nada, ni podía encontrar pistas que pusieran tras las rejas a nadie, la muerte de su primo simplemente había quedado en el aire o más bien dicho, en un cajón, dentro de una carpetilla seguramente llena de casos sin resolver.
Pasando el pensamiento amargo con un leve bufido, volvió a inundarse de la bella sonrisa tímida de aquel muchacho de piel tersa, cabellos castaños, mirada dulce, sonrisa aniñada, movimientos delicados, cuerpo perfectamente proporcionado, todo adornado con una encantadora voz angelical....
-Park Jimin.... quién eres?- Se pregunto a si mismo mientras se acurrucaba entre las mantas para de una vez irse a dormir; una ardiente necesidad por aquel muchacho crecía en su pecho, el por qué no le intereso, solo quería saber más de él, conocerlo, enamorarlo si era posible, ayudarlo si así lo necesitaba, algo quemaba en el pecho de Yoongi y aunque no sabía distinguir que era, sabía que le fascinaba sentir ese calor dentro, tan calmo y tan profundo, que hace tiempo no sentía, que hace años buscaba encontrar.
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Hola! Lo siento, este capitulo es bastante corto, prometo que el proximo sera mas extenso y sabrán un poco mas de ambos personajes, aunque claro, todo a su tiempo...
Nos leemos en el proximo capitulo!
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Trastorno Limite. [Yoonmin.]
Fiksi PenggemarProblemas psicologicos, depresion, traumas profundos, suicidio y la dulce espera de una vida mejor. Armas, drogas, prostitutas y dinero, mucho dinero; cada uno manchados en sangre y embebidos en muerte. Podrian ser felices? Podrian vivir en paz? La...