Yesung se quitó los pantalones y tras despojar a Ryeowook del camisón, lo llevó a la cama.
—Te he deseado desde el primer momento en que te vi —dijo con voz enronquecida— Incluso sucio, cubierto de arañazos y apretado por aquel vendaje, me pareciste hermoso. Estabas tan cansado que apenas podías tenerte en pie, pero me desafiaste como nadie más lo había hecho nunca.
—Y me deseaste —dijo él con placer, arqueándose hacia arriba cuando él le besó la garganta.
Yesung le respondió en las pausas entre los besos que le iba dando, cada uno de ellos como un chorro de fuego que ardía lentamente.
—Tanto que me prometí a mí mismo... que haría cualquier cosa con tal de mantenerte a mi lado. —El ritmo de su respiración se aceleró espasmódicamente cuando bajó la mirada hacia su cuerpo desnudo— Ryeowook... no cambies de parecer esta noche. Pues me temo que no sería capaz de parar...
Ryeowook lo interrumpió con su boca y, cogiéndole la mano, la llevó hacia su pecho desnudo.
—No cambiaré de parecer—dijo— Hazme lo que quieras. Házmelo... todo.
—No, todo no —farfulló él mientras acariciaba el pecho de Ryeowook con las yemas de sus dedos— Eres demasiado inocente para eso, mi pequeño.
Un delicioso estremecimiento recorrió la espalda de Ryeowook.
—Entonces haz tanto como creas que puedo soportar.
A Yesung le bastó con esa invitación. Su cuerpo descendió sobre el de Ryeowook, y dejó que una parte de su peso quedara asentada entre los muslos de Ryeowook, manteniéndolo inmovilizado donde estaba. Su sexo. Ryeowook se relajó bajo él y cerró los ojos cuando sintió cómo Yesung le tomaba el pezón entre los dedos y lo moldeaba con suaves caricias hasta que estuvo endurecido. Yesung bajó la cabeza y el suave y húmedo calor de su boca se cerró alrededor de el, que luego fue chupando y moviendo suavemente con la lengua hasta que Ryeowook ya no pudo seguir reprimiendo los gemidos que pugnaban por escapar de su garganta. La boca de Yesung se deslizó a través de su pecho, descendiendo dulcemente al pequeño valle central para luego ascender lánguidamente por la segunda y delicada curva. Suave como el terciopelo, la lengua de Yesung le lamió el pecho y lo hizo vibrar con una insoportable palpitación. Ryeowook tiró de la cabeza de él, apremiándolo a que la tomara más profundamente en su boca, y él accedió a la petición con una lentitud que casi lo hizo gritar. Ryeowook empezó a entender cuál era la clase de juego sensual que estaba practicando con él, y supo que tenía intención de prolongar su tortuoso deseo, y el suyo propio, hasta que ya no pudieran seguir soportándolo por más tiempo.
Ryeowook se erguía un poco más con cada suave tirón de la lengua de Yesung, elevando las caderas contra la parte inferior de su miembro viril. La sensación de su contacto era tan incendiaria que Ryeowook empezó a concentrarse en el movimiento, separando las piernas y restregando su cuerpo contra el de él en un ritmo cada vez más rápido.
Una risa ahogada escapó de los labios de Yesung, y rodó sobre el costado apartándose de el.
—No —jadeó Ryeowook— Yesung, déjame...
—Todavía no —dijo él con dulzura, su voz ya enronquecida por la pasión— Te daré la clase de satisfacción que estás buscando, pequeño..., pero todavía no.
Ryeowook se puso encima e hincó su pecho encima del pecho de Yesung. Su boca capturó la de Yesung, y se apretó contra su largo cuerpo en un resuelto esfuerzo por sabotear su control de sí mismo. Durante unos momentos abrasadores, Yesung permitió que Ryeowook le hiciera el amor sin responder a sus actos, tan sólo moviendo las manos por encima de la espalda y las nalgas de Ryeowook. Pronto, sin embargo, la obligó a darse la vuelta y le sujetó los brazos contra los costados.
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Casado Con Un Extraño [YeWook]
FanfictionNueva Orleans, a comienzos del siglo XIX Ryeowook Kersaint, un resuelto criollo que huye de un padrastro que la maltrata y de un matrimonio de conveniencia, encuentra protección en la casa de Yesung Vallerand, un notorio libertino que, según se rumo...