El verdadero alcance de las sospechas que pesaban sobre Yesung fue revelado por la visita de Jean-Claude Gervais, el capitán de las gens d'armes. Gervais, la máxima autoridad policial en Nueva Orleans, no habría ido a verlo en persona a menos que la situación fuese extremadamente grave. El capitán Gervais habría dado cualquier cosa por estar en la piel de otro. No había olvidado el favor que le hizo Yesung Vallerand no hacía mucho tiempo, cuando dejó caer unas cuantas palabras en los oídos apropiados para asegurar que las gens d'armes recibirían nuevo armamento y equipo. Y ahora él le devolvía aquel favor entrometiéndose en su intimidad e interrogándolo acerca de un asesinato. Tratando de ocultar la incomodidad que sentía, Gervais se mostró impasible cuando se le dio la bienvenida en el hogar de los Vallerand.
—Señor Yesung Vallerand —comenzó, manteniéndose más tieso que un palo mientras Yesung cerraba la puerta de la biblioteca para que pudieran hablar a solas — La razón por la que estoy aquí...
—Ya sé por qué está aquí, capitán. —Yesung fue hacia una hilera de licoreras de cristal y alzó una con una mirada interrogativa.
—No gracias —dijo Gervais, aunque tenía muchos deseos de beberse una copa. Yesung se encogió de hombros y se sirvió un coñac.
—Siéntese, si quiere. Supongo que esto nos llevará un tiempo.
—Señor Yesung Vallerand — dijo Gervais, acomodando su corpachón en un gran sillón de cuero — Ante todo debe saber usted que esto es una investigación oficial...
—Ya sé que tiene muchas preguntas que formularme, capitán. Para ahorrar tiempo, seamos lo más directos posible —Yesung esbozó una sonrisa — Reservemos la charla entre amigos para una ocasión más agradable, ¿de acuerdo?
Gervais asintió.
—¿Es cierto, señor, que hace dos noches, en la plantación de los Leseur, estuvo usted a punto de matar a Kangin Sagesse?
Yesung asintió.
—Kangin acababa de insultar a mi esposo y naturalmente, yo quería hacerlo pedazos. Pero las familias de ambos evitaron que nos peleáramos. Y me persuadieron de que no debía retarlo a duelo debido al estado en que se encontraba.
—Sí. Me han contado que bebió. —Sólo un criollo entendería el delicado significado que Gervais imprimió a la última palabra. La frase era como una acusación directa dirigida contra la masculinidad, el honor y el carácter de Kangin. Se consideraba imperdonable que un criollo bebiera más licor del que podía aguantar – Señor — añadió — su esposo y el señor Sagesse estuvieron prometidos en cierto momento, ¿verdad?
Yesung entornó los ojos negros como el azabache.
—En efecto, lo estuvieron.
—La familia Sagesse afirma que usted se lo quitó a Kangin. ¿Cómo ocurrió exactamente?
Yesung se disponía a replicar cuando llamaron suavemente, y la puerta fue abierta una rendija.
—¿Sí? — dijo Yesung abruptamente.
Gervais oyó un suave murmullo.
—Me gustaría escuchar, mi marido, si te parece bien. Prometo no interrumpir.
Yesung interrogó con la mirada a Gervais.
—Si el capitán no tiene nada que objetar... —dijo después— Capitán Gervais, mi esposo, Ryeowook de Vallerand.
Gervais se inclinó cortésmente, descubriendo que el señorito Vallerand era un doncel impresionante.
Transmitía sensatez y energía, pero al mismo tiempo hacía que su interlocutor no pudiera evitar imaginarlo desnudo, y ante la visión de su boca, tan suave y carnal, acudían a la mente pensamientos asombrosamente lúbricos. Incluso con su imponente esposo presente en la habitación, Gervais sintió que la cara le empezaba a relucir, y se alegró de poder volver a tomar asiento en el sillón de cuero.
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Casado Con Un Extraño [YeWook]
FanfictionNueva Orleans, a comienzos del siglo XIX Ryeowook Kersaint, un resuelto criollo que huye de un padrastro que la maltrata y de un matrimonio de conveniencia, encuentra protección en la casa de Yesung Vallerand, un notorio libertino que, según se rumo...