Capitulo 11

1K 59 3
                                    



Ryeowook ya había sabido que era inevitable que algún día se encontrara frente a frente con Kangin Sagesse. Sin embargo, que lo supiera no quería decir que estuviera preparado para ello. Recordó el aborrecimiento que había sentido hacia él, el miedo y la desesperación que lo habían impulsado a cometer la temeridad de atravesar el pantano él solo enfrentándose a todos los riesgos. No dudaba ni por un instante que su opinión acerca de él había estado bien fundada. Si se hubiera casado con Kangin, él lo habría insultado y rebajado de cien maneras distintas con su prepotencia. Ryeowook buscó a ciegas la mano de Yesung y sintió cómo los dedos de él se cerraban tranquilizadoramente sobre los suyos.

—¿Qué es lo que quieres? —le preguntó Yesung secamente.

—Oh, pues felicitarte —respondió Kangin— Como no me invitaron a la boda, no había tenido oportunidad de hacerlo hasta ahora. — Su fría mirada de reptil no se apartaba del rostro sonrojado de Ryeowook— Pareces estar muy contento de ser un Vallerand, Ryeowook. Pero si no me falla la memoria, Yoona también se sintió así... al principio.

—Si quieres otro duelo—gruñó Yesung— lo tendrás. Y esta vez llegaré hasta el final.

—¿Eso es un desafío?

—No —se apresuró a decir Ryeowook— Yesung...

—No es un desafío, sino una advertencia —lo interrumpió Yesung. Su mano se tensó para reducirla al silencio, y Ryeowook torció el gesto al sentir cómo le apretaba los dedos.

—Piensas que has ganado —le dijo Kangin a Yesung— Tienes todo lo que quieres, ¿verdad? Pero sólo es cuestión de tiempo que lo pierdas todo, y para mí supondrá un gran placer presenciar tu caída.

Estuvo a punto de perder el equilibrio mientras se iba, describiendo eses de borracho a través del jardín.

Ryeowook y Yesung lo siguieron con la mirada sin abrir la boca hasta que desapareció.

—Espero que su familia se lo lleve a casa antes de que organice una escena en público —dijo Ryeowook— Parece como si quisiera causar su propia ruina. Es extraño, pero con todo lo que le odio... ahora he sentido compasión por él.

Yesung la contempló con una expresión sardónica.

—¿Tú no? —preguntó Ryeowook.

—No.

—Me parece que sí que la has sentido. —Ryeowook se apretó contra la pechera de su camisa, respirando el familiar olor de su cuerpo— No permitiremos que Sagesse nos estropee la velada, Yesung. Llévame dentro. quiero volver a bailar.

Desgraciadamente, la presencia de Sagesse proyectó una oscura sombra sobre el resto de la noche a pesar de todos los resueltos esfuerzos de Ryeowook por disfrutar de la celebración. De pie en un rincón de la gran sala, Kangin no apartaba la mirada de él mientras los otros Sagesse trataban de mantenerlo calmado. Los ojos de los invitados iban de los Sagesse a los Vallerand para volver a posarse en los Sagesse, hasta que finalmente Ryeowook se dio por vencido y le pidió de mala gana a Yesung que lo llevara a casa.

Yesung apenas abrió la boca durante el trayecto de regreso a la plantación de los Vallerand.

Ryeowook se dedicó a conversar de cualquier cosa con Bo Ah y Kyuhyun, intercambiando observaciones y cotilleos.

—¿Qué tal te ha ido la velada? —le preguntó a Kyuhyun— ¿Has podido hablar con la tante de Sungmin Clement?

—Oh, sí —dijo Kyu con expresión lúgubre— La estuve rondando como un perfecto imbécil durante al menos un cuarto de hora. Al parecer ella cree que ningún joven inocente estaría a salvo en compañía de un Vallerand, ni siquiera con diez carabinas presentes.

Casado Con Un Extraño [YeWook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora