Naranja dulce
siembra de querubes.
Como el sol tenía miedo
se escondió en una nube.
Hoy el sol no hace falta, está en receso,
la vitamina D me la das tú con un beso.—Nos debemos de ir, volveremos el domingo.
Dipper y Mabel contestaron al unísono un 'sí' y se despidieron de sus padres con la mano mientras los veían salir de casa.
—¿Te irás de nuevo?
El castaño asintió mirando al suelo, ambos estaban sentandos en las escaleras y él sólo se levantó y se fue a su cuarto por alguna chaqueta que le cubriera bien esa noche.
Mabel lo miró triste desde su mismo lugar y sólo suspiro en cuanto vio la puerta cerrarse detrás de un acelerado Dipper.
Vaya que le dolía ver a su hermano así, le dolía saber que el castaño aprovechaba cada oportunidad que sus padres salían para acabar con sus propios pensamientos.
Dipper llegó de nuevo a otra fiesta y tomó. Como siempre. Mezclando algunos alcoholes hasta acabar con sus propias memorias tortuosas.
La vida que llevaba era mala, muy mala, pero la soportaba porque siempre tenía en mente que alguien podría pasar por cosas peores.
Empezó a pensar en todo. Demonios, ésto no estaba funcionando.
La primera vez que su padre le había golpeado. Sólo había sido un error.
—Yo me encargaré de que no vuelvas a cometer ese tipo de errores.
En su mente resonaban esas palabras, las tenía tan, pero tan metidas que ni el alchohol más pesado podría hacerle olvidarlas, pero al menos trataría de borrarlas por un momento.
Después de un rato, sintió sus ojos pesados y su cabeza comenzaba a dar vueltas. Ahora sí, se estaba arrepintiendo de haber mezclado esas bebidas.
Corrió a lo que había reconocido como el baño desde que llegó a la casa y al abrir la puerta, justamente salía ese rubio ya conocido.
Mierda, mierda, mierda.
Empujó al Cipher contra la puerta y entró directo a la taza del baño, expulsando completamente esas dañinas sustancias de su estómago.
Su garganta ardía y pudo escuchar por un momento como la puerta se cerraba detrás de él, pero sólo eso, porque siguió en lo suyo.
—Dipper...
El castaño terminó y se hizo hacia atrás, después se acomodó, recargándose en la pared, mirando sus manos.
Bill se agachó y ayudó a limpiar el rostro de Dipper, así como sus manos y parte de su ropa.
Dipper cerró los ojos un momento, se sentía tan cansado.
Pero se quedó dormido.
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Ojos Color Sol | Billdip
Short Story"La luna sale a caminar siguiendo tus pupilas, la noche brilla original después que tú la miras, ya nadie sabe ser feliz a costa del despojo, gracias a ti y a tus ojos." Historia basada en la canción Ojos Color Sol de Calle 13.