Capítulo 27: ¿Te unes a mí?

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Cuando llegamos a casa con la compra, Jason se acercó a saludar mientras salíamos del coche y nos ayudó a sacar todas las bolsas del maletero para llevarlas a la cocina.

Fuimos juntos y estuvimos colocando cosas mientras Janelle saludaba a Christian, quien estaba revisando el garaje. Me apoyé contra la encimera mirando como de concentrado estaba Jase y sonreí. Él volcó su atención en mí cuando vio que lo observaba con atención y torció sus labios.

– ¿Te gusta lo que ves?

Me acerqué a él lentamente agachando la vista por lo sonrojada que estaba. No me gustaba que me pillara mirándolo embobada. Jase rodeó mi cintura aproximando nuestros cuerpos y yo enrosqué mis brazos en su cuello alzando levemente mi cara para coincidir con su hermosos ojos mieles.

– Me gusta mucho lo que veo, para ser sinceros.

Rió y me besó apretando sus dedos en mi cintura. Bajé las manos acariciando sus marcados bíceps.

Jason pasó su lengua por el filo de mis labios pidiéndome entrada. Se la negué mordisqueando su labio inferior. Jase bajó sus manos de mi cintura hacia mis caderas. Se separó un poco para que recuperásemos nuestro aliento y en un momento me cogió de mis muslos y me alzó para sentarme en la encimera. Di un grito inesperado y Jason rió sobre mis labios. Su cuerpo se colocó entre mis piernas mientras seguíamos besándonos. Sus manos me acariciaban las piernas de arriba a abajo haciéndome soltar un jadeo. Jase aprovechó para colar su lengua dentro de mi boca y sentí el deseo crecer en mi interior. Lo atraje hacia mí tirando de su cuello y revolviendo su pelo cuando sentimos a alguien toser en la entrada de la cocina.

– ¿Pasándolo bien? – Janelle se cruzó de brazos sin ninguna vergüenza desde la puerta – Parece que siempre soy la que os interrumpe – sonrió.

Jason se apartó de mí riendo entre dientes. Tenía calor, mucho calor. Ya fuera por la subida de temperatura que Jase había provocado en mí o por la vergüenza al ser pillados en aquel momento, quizás por ambas cosas. Me bajé de la encimera sin ser capaz de alzar la vista.

– Sí, da la impresión de que lo haces apropósito – se quejó Jase.

– No es mi culpa – alzó las manos inocentemente – Iba a preguntarle a _____ sobre colocar su ropa en el armario.

– Emm, sí – titubeé aún nerviosa – Vamos.

– Te veo luego, nena – me agarró la muñeca y me dio un suave beso antes de dejarme ir.

Janelle bufó y rodó los ojos mientras salía de la cocina y yo iba tras ella. Sabía que a ella le divertía y que no le molestaba lo que hubiera visto, pero aún no dejé de sentirme incómoda. Todavía me resultaba como si estuviera invadiendo un espacio que no me correspondía, tanto por estar con su hermano menor como por mudarme a su casa.

Llegamos a la habitación de Jase. Todo estaba recogido y sobre la cama Jason había dejado el oso de peluche que me había conseguido en mi cumpleaños. Sonreí tontamente mientras nos dirigíamos al armario y abríamos las puertas para ver el espacio que había dejado Jason.

– Vaya, mi hermano ha sido generoso haciéndote sitio – rió Janelle – Debes de gustarle mucho.

Una vez más provocó que me salieran los colores. ¿Alguna vez iba a acostumbrarme a hablar de Jase y de nuestra relación sin mandar toda la sangre a mi cara? Probablemente, no.

– _____ – me llamó Janelle mientras abría una de mis maletas – ¿Por qué esta decisión tan repentina? – preguntó curiosa sabiendo a que se refería – Quiero decir, no es que llevéis tanto tiempo juntos, sois muy jóvenes y decidirlo de un día para otro …

Over My Shoulders (Después de la secuela "Behind My Steps")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora